Pasaron 5 años desde que la familia Van Zeller perdió a uno de los suyos. Ante la incompetencia de los policías y detectives, y ante la desesperación de Dedrick Van Zeller de no encontrar a su hija menor, recurre a su yerno favorito, Sebastian Stan...
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||Sebastian Stan||
20 de septiembre del 2022
Había terminado de hacer las compras que necesitaba y, sintiéndome hambriento, decidí pasar por el área de comidas del centro comercial. Pero justo cuando me estaba dirigiendo hacia allí, me detuve al ver un anillo en forma de ojos de búho con piedras azules.
Aiden vino a mi mente al instante. Recordé que mencionó que los búhos eran uno de sus animales favoritos. Pensé que sería un buen detalle regalarle algo así.
Después de comprar el anillo, finalmente me dirigí a un restaurante para comer algo, ya que no había nada en el área de comidas que me apeteciera. Mientras esperaba mi pedido, mi teléfono sonó. Era una llamada del Sr. Dedrick.
—¡Sr. Dedrick! No esperaba su llamada —respondí, mientras intentaba masticar rápidamente lo poco que había comenzado a comer.
—Hola, Sebastián. ¿Interrumpí algo?
—¡No, para nada! Solo estaba comiendo.
—Perdona por la interrupción. Te llamaré más tarde.
—¡Está bien, Sr. Dedrick! No me molesta. ¿A qué debo su llamada? ¿Pasa algo?
—No es nada grave. Solo quería saber cómo van las cosas por allá. Sé que han pasado solo unas semanas, pero quería saber si has encontrado algo.
—Perdón por no haberme reportado antes. En cuanto a lo de su hija, he encontrado algunas cosas, pero siento que tengo más preguntas que respuestas.
—Entiendo. Dime, ¿qué has encontrado?
—Una noche antes de la graduación, alguien o varias personas eliminaron el rostro de Madeline de varias cosas: de los periódicos escolares, algunos anuarios y de las pequeñas noticias en las que aparecía. Además, todas sus redes sociales fueron borradas.
Hubo un breve silencio por parte del Sr. Dedrick, mientras yo tragaba saliva, esperando alguna reacción o más detalles sobre la información que había dado.
—Entiendo. . . —dijo finalmente, y no pude discernir si su respuesta era buena o mala—. Gracias, Sebastian. Gracias por la ayuda.
—No tiene que agradecer, Sr. Dedrick. Estoy aquí para ayudarle en lo que necesite. Usted ha hecho mucho por mi familia y por mí, así que quiero devolverle el favor.
—Lo aprecio. . . Sebastian, ¿por qué no te das todo el mes de octubre para ti? Sarah ya me está regañando por haberte mandado a Londres —comenzó a reír, y yo me uní a él.
—¿Está seguro? Porque creo que aún hay muchas cosas por. . .
—Sí, pasa tiempo con tu familia. Disfrútalos que no son para siempre —Podía notar la tristeza en su voz, aunque esta vez no sonaba como antes; había algo diferente—. Ya después puedes retomar la búsqueda. Además, tu madre organizará la reunión por el cumpleaños de tu padre, y no me gustaría que por mi culpa te lo perdieras.
