Pasaron 5 años desde que la familia Van Zeller perdió a uno de los suyos. Ante la incompetencia de los policías y detectives, y ante la desesperación de Dedrick Van Zeller de no encontrar a su hija menor, recurre a su yerno favorito, Sebastian Stan...
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||Sebastian Stan||
05 de septiembre del 2022
No podía dejar de observar a Aiden mientras ella hacía reír a Chris. La atmósfera en la habitación estaba calmada hasta que Chris rompió el silencio.
—¿Y tú, Sebastian? ¿Tienes algo que hacer? Ahora que lo recuerdo, me dijiste que venías a Londres para investigar algo.
Sentí la mirada de Aiden sobre mí, y su presencia en el momento no era ideal. No quería responder preguntas sobre por qué investigaba a Madeline, especialmente cuando aún no había definido qué decirle.
—Oh, sí. Vine para investigar la. . .
Justo entonces, mi celular comenzó a sonar, cortando mi respuesta. Al ver la pantalla, noté que era Adina.
—Permítanme un momento, vuelvo enseguida —dije, levantándome rápidamente y dirigiéndome hacia las escaleras para evitar que me escucharan.
—Hola —contesté al teléfono, asegurándome de que el sonido no se filtrara.
—Hola, Seb. ¿Estás ocupado? —preguntó Adina con un tono preocupado.
—No, solo estaba desayunando —respondí, mirando alrededor para asegurarme de que no hubiera interrupciones—. ¿Sucede algo malo?
—No, es solo que. . .
—¿Es papá? —Se escucharon dos vocecitas desesperadas de fondo, y me reí por debajo.
—Como verás, ciertas personitas te extrañan.
—Pásamelos —dije, y pronto el sonido de la conversación se llenó con la emoción infantil.
—¡Papiiiiii! —gritó Sarah con entusiasmo.
—Hola, princesa. ¿Cómo estás?
—Triste porque no estás aquí —respondió ella con un tono que me hizo sentir aún más lejos de casa.
—¿Sarah, me lo pasas? —escuché a Robert lloriquear un poco. Aunque no había estado mucho tiempo lejos de ellos, ya los extrañaba profundamente.
—Dejen, pongo a su padre en modo altavoz —dijo Adina, y al hacer el cambio, su voz se hizo más clara.
Mientras Adina tomaba el teléfono para ponerlo en altavoz, me moví un poco y pasé por el comedor. Noté que Aiden me miraba desde su lugar, le sonreí y le guiñé el ojo. Quería aprovechar cualquier oportunidad para pasar más tiempo con ella, especialmente ahora que ella se quedaría a dormir en la casa de Chris.
—No me digas que es Sebastián —dijo Chris.
—No te lo diré entonces —respondió ella con una sonrisa.
