HYBRID II

Capítulo 2.

Dione.

"Hoy no te salvas."

Escuche en mi cabeza, por lo que me apresure a caminar más rápido, a los pocos segundos tenía a Bella con su brazo entrelazado con el mío dirigiéndome a la cafetería en contra de mi voluntad, hice una mueca de asco al ver a Edward en la mesa.

—Bella... —intente hablar pero sólo me dio una mirada mortífera que me hizo quedarme callada.

—Un día, es lo que te pido —murmuro.

Suspirar pesadamente mientras me dejaba arrastrar por ella a la mesa, la dejaría disfrutar por ahora, pronto nos graduaremos y me libraría de la presencia Edward, la libertad ya estaba cerca y ese simple y hermoso pensamiento hizo que sonriera en grande.

Habían señales por todas partes las cuales señalaban nuestro poco tiempo el la escuela, los posters se apelotonaban en las paredes de la cafetería y las papeleras mostraban un colorido despliegue de folletos que rebosaban los bordes: notas para recordar comprar el anuario y tarjetas de graduación; plazos para encargar togas, sombreros y borlas; pliegos de argumentos en papel fluorescente de los de tercero haciendo campaña para delegados de clase; ominosos anuncios adornados con rosas para el baile de fin de curso de ese año. El gran baile era el fin de semana siguiente.

—¿Han enviado ya sus tarjetas? —preguntó Ángela cuando Bella y yo nos sentamos en la mesa. Se había recogido el cabello marrón claro en una improvisada coleta en vez de su habitual peinado liso, y había un brillo casi desquiciado en sus ojos.

Alice y Ben estaban allí ya también, uno a cada lado de Ángela. Ben estaba concentrado leyendo un cómic, con las gafas deslizándosele por la pequeña nariz. Alice escudriñó el conjunto que tenía Bella, sonriendo satisfecha, sabiendo que quien había escogido su ropa había sido yo y no ella misma, a mi igual me analizó y sonrió feliz, la mire divertida, ella sin duda me caía demasiado bien.

—No —le contestó Bella a Ángela —No hay necesidad, la verdad. Renée ya sabe que me gradúo. ¿Y a quién más se lo voy a decir?

—¿Y tú qué, Alice?

Ella le sonrió.

—Ya está todo controlado.

Me miro ahora a mi.

—¿Dione?

—Mis padres y mis abuelos ya están al tanto, están muy emocionados.

—Qué suerte —suspiró entonces —Mi madre tiene primos a miles y espera que las manuscriba una por una, me voy a quedar sin mano, no puedo retrasarlo más y sólo de pensarlo…

—Yo te ayudaré —me ofrecí.

—Yo igual —dijo Bella animada —Si no te importa mi mala caligrafía.

—Realmente son un encanto, me pasaré por la casa de Bella cuando quieran, tengo entendido que ambas viven juntas.

—En realidad ya no vivimos bajo el mismo techo —dije incomoda por la mirada brillante de Edward.

—Por qué no quieres —dijo Bella con un puchero —en mi casa eres más que bienvenida.

La mire divertida.

“Mientras ese vampiro del demonio siga de acosador ni en sueños.”

Ella frunció el ceño un poco.

“No es tan... Acosador.”

Sonreí divertida

“Ni tu te lo crees.”