Capítulo 8.

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Dione.

—¿Te encuentras bien, Jake? Dya y Charlie dijeron que lo habías pasado mal. ¿No has mejorado nada?

Bella cambio de tema rápidamente, se estaba sintiendo muy culpable.

—No estoy tan mal —contestó.

—Ha pasado mucho tiempo desde que estuve aquí. Probablemente, me habré perdido un montón de cosas. ¿Cómo están Sam y Emily? ¿Y Embry? ¿Cómo se tomó Quil…?

—Ah, Quil —Jacob suspiró y yo no pude evitar la sonrisa divertida que se instaló en mis labios.

—Lo siento —se disculpó Bella entre dientes.

—No se te ocurra decirle eso a él —gruñó Jacob, casi me reí pero no lo hice.

—¿Qué quieres decir?

—Quil no busca compasión, más bien todo lo contrario. Está que no cabe en sí de gozo. Es feliz —dije divertida mientras me bajaba de un salto de la espalda de Jacob, si seguí allí me iba a quedar dormida, el rápidamente entrelazo nuestras manos —Lo ofenderías al pensar que no le gusta ser parte de la manada.

—¿Qué?

Jacob sonrió burlón y puso los ojos en blanco.

—Él considera que esto es lo más genial que le ha pasado nunca, en parte se debe a que al fin sabe de qué va la película, pero también le entusiasma haber recuperado a sus amigos y estar en la onda —Jacob bufó —Supongo que no debería sorprenderme, es muy propio de él.

—¿Le gusta?

—¿La verdad…? A todos nos gusta —admitió Jacob con voz pausada —No hay duda de que tenemos ciertas ventajas: la velocidad, la libertad, la fuerza, el sentido de familia. Sam y yo éramos los únicos que sentimos una verdadera amargura, y él hizo el transito hace mucho, por lo que hasta hace poco yo era el único «quejica».

Jacob se rio de sí mismo, sonreí un poco.

—¿Por qué Sam y tú son diferentes? En todo caso, ¿qué le ocurre a Sam? ¿Cuál es su problema?

Jacob y yo nos miramos.

—Es una larga historia —dijimos al mismo tiempo, ella nos miro divertida.

—Yo he contado otra bastante larga, además, no tenemos ninguna prisa en regresar —dijo mirándome a lo último.

—¿Se va a enfadar con ustedes? —nos pregunto Jacob con el ceño fruncido al pensar en el vampiro.

—Sí/Tal vez, no es como si me importará —admitimos al tiempo Bella y yo.

—Cree que yo soy la mala influencia —dije ahora yo —Si supiera.

—No soporta que haga cosas que considera… arriesgadas —dijo Bella.

—¿Como andar por ahí con lobos?

Jacob se encogió de hombros.

—No vuelvan entonces, Bella te puedes quedar en la habitación de Rachel y Dya... tu puedes dormir conmigo —sus mejillas se ruborizaron un poco, lo mire divertida.

—¡Qué gran idea! – rezongo con ironía —En tal caso, vendrá a buscarnos.

Jacob sonrió con sorna.

—¿Lo haría?

—Si temiera encontrarme herida o algo similar…, probablemente.

—La perspectiva de que se queden cada vez me gusta más —sus ojos brillaron cuando posó su mirada en mi y trague saliva fuerte, conocía esa mirada, mi loba ronroneo.

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