La cena iba genial, habíamos decidido ir a un restaurante Italiano que había muy cerca de la parada de metro.
Estábamos toda la clase junta riendo y contándonos mil y una historia que nunca jamás hubiéramos contado.
Enfrente de mí había un chico al que nunca había prestado atención en clase.
Parecía algo callado y tímido, y sus ojos azulados mostraban algo de miedo. No parecía estar muy cómodo.
-Hola, Raúl ¿verdad? - pregunté sonriendo
-Eh…Sí, hola Aria – dijo sin levantar la cabeza
-¿Estás bien? – pregunté algo preocupada
-Sí, solo que no suelo salir mucho de casa – dijo en un tono de voz muy bajo.
-Bueno, relájate, estás con tus compañeros de siempre – dije sonriendo
-No tengo mucha relación con vosotros, siempre estoy al final de la clase – dijo alzando un poco la vista
Era bastante guapo, su mirada estaba algo más relajada y su pelo castaño le cubría parte de la frente.
-Me sorprende que me hayas hablado, siempre te he visto inalcanzable – dijo Raúl tímidamente
-¿Inalcanzable? SI soy una chica corriente – dije riendo – No destaco en nada
-Has aprobado todo y la natación se te da muy bien – dijo algo sonrojado
-¿Cómo sabes lo de la natación? – dije algo asustada
-Un día que fui al polideportivo te vi nadando y me quede un rato a observarte – dijo agachando la cabeza
Era algo raro esa explicación, pero no la di mucha importancia en aquel momento.
-¿Y qué haces normalmente? ¿Te quedas en casa? – pregunte curiosa
-Sí, suelo ir a correr algunas mañanas y por la tarde me quedo jugando al ordenador – dijo con una dulce sonrisa
-Suena divertido, yo casi siempre salgo con Diana, a no ser que tenga algún plan con un chico – dije sonriendo
-Seguro que los tienes a todos detrás de ti – dijo mirando de nuevo a su plato
-No te creas, llevo tiempo sin novio – dije mientras probaba la comida.
-Qué raro una chica como tú sola – dijo levantándose de la silla – Nunca se sabe lo que te depara el destino, ¿no?
Me quedé un rato en silencio pensativa de lo que Raúl me había dicho.
Un halo de misterio cubría a este chico, pero no sé porque no lograba quitármelo de la cabeza.
Terminamos de cenar y decidimos ir a una discoteca cercana a bailar un rato todos juntos.
-Yo me marcho a casa – me dijo Raúl sonriendo
-¿Te da miedo bailar? – dije sonriendo
-No es que tenga miedo, sino que ya estoy algo cansado – dijo marchándose hacía la boca de metro
-Es un poco raro el chico, ¿no? – dijo Diana a mi espalda
-Un poco sí, pero tiene algo que me llama la atención – dije intrigada
-¿Te gusta Raúl? – dijo Diana riendo – Si es un rarito
-No me gusta idiota – dije molesta – Solo que…déjalo, vamos a bailar – dije agarrando del brazo a Diana
Seguimos al resto del grupo hasta que llegamos a la discoteca. La fila daba la vuelta ala esquina y en la puerta había personal de seguridad.
--Hay que esperar muchísimo – dijo Marcos refunfuñando
-Teníamos que haber llegado antes – dijo Rebeca molesta
Poco a poco la fila fue avanzando y dentro de poco podríamos pasar a mover un poco el esqueleto.
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Al borde del abismo
Ficção AdolescenteSabéis ese punto entre la locura y la cordura. Entre lo bueno y lo malo. Pues así me encontraba yo tras el incidente. MI nombre es Aria y os invito a conocer mi historia.