capítulo 31

75 11 0
                                    

Comenzaba a hacer algo de frio, pero el calor que desprendía el cuerpo de Mario hacía que estuviera a gusto.

-Deberíamos regresar - dijo Mario sonriendo
-Sí, es algo tarde - dije mirando el móvil

Me incorporé un poco y bese suavemente a Mario para ver si de verdad era real.

-Me lo he pasado muy bien - dijo Mario sonriendo
-Yo también - dije sonrojada

Nos vestimos rápidamente y bajamos al coche con mucho cuidado.

-Ha sido un gran día - dije sonriendo - Hacía mucho tiempo que no veía las estrellas
-EN la ciudad es difícil verlas, la contaminación no suele permitirlo - dijo Mario sonriendo

Después de unos minutos en silencio nos acercábamos a mi casa, no quería bajar del coche, no quería dejar que se fuera. Quería que se quedase esta noche conmigo.

-Sube a mi casa Mario - dije sin pensarlo
-Es muy tarde, tu madre estará durmiendo - dijo Mario algo sorprendido
-Quiero que esta noche sea nuestra, que tu y yo nos quedemos juntos toda la noche, me da igual estar despierta si puedo estar contigo - dije algo nerviosa
-Cálmate Aria - dijo Mario agarrándome por los hombros - Yo tampoco quiero irme, pero está noche ha de ser así, el fin de semana iremos a un sitio tu y yo solos - dijo Mario sonriendo
-De acuerdo - dije algo decepcionada

Mario se acercó a mí y comenzó a acariciar mi pierna y a besarme suavemente.

-TE quiero dulce Aria
-Te quiero Mario - dije sonrojada

Bajé del coche y me despedí de Mario hasta que ya no pude verle más.
Subí a casa y sin hacer mucho ruido entre en la cama y cogí el móvil para revisar si había algo interesante.

-Nada, no hay nada - pensé para mí

Busqué entre los contactos Mario y comencé a escribirle un sms.

"Hoy ha sido un gran día, espero que podamos repetirlo otro día, avísame cuando estés en casa. Te quiero mucho. BSS Aria"

Poco a poco me fui durmiendo lentamente, pero un leve zumbido hizo que me despertase.

"Acabo de llegar, espero no despertarte. Ha sido un gran día. Te quiero Aria. Mario <3"

No respondí el mensaje, pero dormí con una gran sonrisa en la boca. Mario era perfecto. Mario era mi protector.

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora