capítulo 44

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Por fin habían pasado los días y me iba de vacaciones con Mario, Diana y mi madre, habíamos estado buscando un buen sitio para irnos de vacaciones. Finalmente decidimos por irnos a Málaga, un sitio muy bonito y bastante tranquilo y el sitio perfecto para que Raúl comience a perderse.

-¿Llevamos todo? - preguntó mamá sonriendo
-Sí, están las maletas listas y Mario y Diana vienen de camino - dije con una sonrisa

Hacía mucho tiempo que no iba a ningún lugar de vacaciones, y ahora que papá no estaba se nos hacía bastante difícil irnos a ningún sitio. Pero nos vendría bien.
EL timbre comenzó a sonar, era Mario y Diana que nos esperaban abajo

-Buenos días - dije con una sonrisa y suave beso a Mario
-Pues traed que guarde las maletas y nos vamos - dijo Mario cogiendo mi maleta y la de mi madre

Mario guardó las maletas mientras nos íbamos sentados en el coche. MI madre y Diana se pusieron atrás y yo me puse adelante junto con Mario que era el que iba a conducir

-Aria, enciende tu móvil ahora - dijo Mario sonriendo - Veamos que ocurre

Saqué el móvil del bolso y lo encendí, después de haberlo tenido apagado tanto tiempo, Raúl se quedaría sorprendido.
EL viaje comenzó, cinco horas en el coche todos juntos y esperando llegar para poder oler el olor del mar.
Me quedé dormida un tiempo y al abrir los ojos me encontré rodeada de montañas por todos lados, parecía que íbamos a otro sitio.

-Mario, ¿no íbamos a la playa? - dije medio dormida
-Claro, antes de llegar a Málaga hay unas montañas, no te preocupes que ya mismo llegamos - dijo Mario sonriendo

Miré hacia atrás y vi a Mamá y a Diana durmiendo tranquilamente.

-Te habrás aburrido mucho - dije sonrojada
-Tranquila, estabais cansadas y además iba pendiente de ese coche que nos lleva siguiendo casi todo el viaje - dijo Mario sonriendo - Debe de ser Raúl, aunque mantiene mucho la distancia con nosotros sabe a dónde vamos.

Me quedé mirando el coche por el retrovisor, pero no reconocía el rostro del chico. Unos kilómetros más adelante el coche nos adelanto, por lo que nos quitamos las sospechas de que fuera Raúl, pero en seguida se dio la vuelta y venía de cara a nosotros, dispuesto a darnos un ben golpe.

-¡Mario apártate de en medio! - grite asustada
-Lo intento, pero se mantiene delante - dijo agobiado - Aria prepárate

Un golpe seco en un lateral del coche, el sonido de la frenada y la cara de Raúl es lo último que recuerdo. Cada día durante dos años, es lo único que consigo recordar, que me persigue en mis sueños

-Eso es todo doctor, es todo lo que ocurrió - dije fatigada con el pulso acelerado
-Entonces no has logrado superarlo aún, ha pasado mucho tiempo Aria, deberías haber comenzado a olvidar pequeños fragmentos - dijo el Doctor
- Lo sé, pero es imposible, su cara me persigue cada vez que cierro los ojos - dije llorando
-Tranquila, ven dentro de cinco días, desconecta e intenta relajarte - dijo el Doctor
-Lo intentaré doctor, gracias - dije saliendo de la consulta

Salí de la consulta más angustiada que cuando entré, no esperaba que el psicólogo me hiciera recordar todo eso en una sola sesión.

-¿Ya has acabado Aria? - preguntó Mario sonriendo
-Sí, vamos a ver a Diana, que estará nerviosa - dije algo más tranquila.

Aquel día en el accidente perdí a mi madre, Mario quedo gravemente herido y Diana se quedó en coma dos meses. Raúl murió por el impacto, y yo sufrí un fuerte golpe en la cabeza que lo único que podía recodar era el instante del golpe.
Raúl fue y es mi mayor pesadilla todos los días, aunque estoy viviendo con Mario en nuestra casa, me cuesta mucho olvidar a mi madre, a todo lo que paso aquel día y sobre todo a Raúl, que tanto daño me hizo sentir.

-Ahora no pienses nada Aria - dijo Mario sonriéndome - Has salido de la consulta y vamos a disfrutar de un gran día juntos.
-¿Sabes Mario esa sensación de estar en un acantilado constante, en querer terminar con la vida y que todo llegué a su fin? - Dije mirando al frente - Es una sensación que tengo cada día, pero entonces llegas tú y me das la mano para que no salte al vacio, te quiero mucho
-Siempre te la daré, no dejaré que te pase nada y verás como logras olvidar esas pesadillas - dijo Mario besándome suavemente en los labios

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora