capítulo 38

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-Hola Diana - dije abriendo la puerta de casa de Mario
-¿ME habéis echado de menos? - dijo Diana sonriendo
-Mucho - dije besándola la mejilla
-Quita, quita - dijo riendo - Dáselos a Mario

LAS risas llenaban la casa de Mario, cuando estábamos juntos todo era risa y diversión.

-¿Entonces nos vamos ya? - dijo Mario cogiendo las mochilas
-Claro - dije quitándole las llaves del coche

Mario comenzó a perseguirme por las escaleras del portal, corría con todas mis fuerzas con cuidado de no caerme por las escaleras.
Sin darme cuenta Mario me tenía cogida de la cintura y me revoloteaba por el aire.

-Ven aquí y dame eso - dijo entre risas
-Parecéis niños chicos - dijo Diana sonriendo
-YA lo entenderás - dije riendo y dándole las llaves a Mario
-Venga vámonos que se va a hacer tarde - dijo Mario secándose las lagrimas de los ojos

El día comenzaba muy bien, entre sabanas, risas y amigos, ¿Qué más se podía pedir?
Tardamos poco menos de una hora en llegar al parque acuático, el atasco que había era increíble. Pero eso no nos echo atrás para pasar nuestro día junto.
Después de comprar las entradas y entrar a cambiarnos salimos fuera a buscar a Mario.

-Joder Aria que bien te queda ese bañador, ¿es nuevo? - preguntó Diana mirándome fijamente
-ME lo ha regalado Mario - dije sonrojada
-Pues tiene muy buen gusto - dijo sonriendo
-SI que tardáis - dijo Mario riendo
-Teníamos que hacer una pasarela y bueno, sacamos tiempo para ti - dijo Diana entre risas

Diana iba preciosa con un bañador de dos piezas de color blanco con unos pequeños volantes en la parte de abajo del bañador. Realmente Diana era muy guapa, y no tenía una fea cicatriz en un lateral. Que por suerte el bañador que eligió Mario la tapa entera.
Buscamos una zona donde dejar las tollas y poder vigilarlas mientras íbamos a darnos un baño juntos. LAS atracciones de agua eran increíbles y enormes, imponían mucho respeto.
Noté un pequeño escalofrió que me recorría la espalda y sin saber porque me gire sobre mí misma y justo vi a la única persona en el mundo que no deseaba ver. Un día increíble lleno de nubes por culpa de él.

-¿Estás bien Aria? - dijo Mario preocupado
-Bueno, será mejor que sigamos - dije entrando en el agua

Con un poco de suerte Raúl no me ha visto y no creo que pueda hacer nada malo en un sitio con tanta gente. EN mi mente pasaban un montón de pensamientos y de ideas descabelladas para acabar con él. Pero no quería ser igual por lo que decidí divertirme y pasarlo bien con mi mejor amiga y mi novio.

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora