capítulo 37

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Ya habían pasado seis meses desde que empecé con la terapia, era bastante dura, pero con el tiempo me fui abriendo más y conseguí recuperarme casi por completo, no tenía grandes problemas de ansiedad y conseguía controlarme cada vez que Raúl aparecía en mi vida.
La policía nunca lo detuvo, y las pruebas del depósito no eran concluyentes, según dijo el juez. Por lo que Raúl quedó libre. Eso hizo que recayera de nuevo, pero con la ayuda de Mario y Diana salí de nuevo.
Todo había mejorado, pero en mi interior tenía una amarga sensación.

-¿Qué hacemos hoy? - dijo Diana sonriendo
-Podemos ir al parque de atracciones - dijo Mario alegremente
-¿Y que tal al parque acuático? Ya ha empezado el buen tiempo - dije sonriendo
-Eso me gusta más - dijo Diana gritando
-Decidido, a las dos en mí casa y vamos al parque acuático - dijo Mario con una sonrisa

Diana se marchó a casa y me quedé a solas con Mario, a su lado me sentía protegida y no tenía miedo de nada y poco a poco nuestra relación se fue haciendo más fuerte, tan fuerte que estábamos pensando en vivir juntos dentro de poco.

-¿Te apetece ver una peli? - dijo Mario mirando el DVD
-Prefiero otra cosa - dije sentándome en sus rodillas y besándole

Las manos de Mario se enredaban en mi pelo, acariciaban cada parte de mí. Mi cuerpo se estremecía con cada caricia, con cada beso.
MI cuerpo se movía solo y poco a poco fui quitándole la ropa a Mario, quedándonos los dos unidos en un montón de amor, pasión y desenfreno

-HA sido increíble - dije sonrojada - Debería irme casa
-Quédate a comer aquí, dentro de un rato tendrás que volver - dijo Mario abrazándome con fuerza
-Pero no tengo bañador para esta tarde - dije sonriendo y dándole un suave beso
-Tranquila, todo pensado - dijo Mario sonriendo - Tenía pensado dártelo más adelante, pero ya que vamos hoy - dijo Mario levantándose y yendo a por una bolsa
-¿Qué es? - pregunté mientras me tapaba con la sábana

Abrí la bolsa y en su interior vi algo de color negro. Lo saqué de la bolsa muy ilusionada

-Guau Mario, este bañador es perfecto - dije sonriendo - ¿Cómo lo sabías?
-Bueno, era para ir a la playa, pero que mejor momento para estrenarlo - dijo Mario acercándose hacía mí.
-Muchas gracias - dije besándole apasionadamente

Me probé el bañador y aunque era una única pieza, dejaba a la vista el estomago y unía el pecho con la cintura mediante unas tiras negras que iban por la cintura, dejando también la espalda a la vista

-Es precioso Mario - dije sonriendo
-Y te queda genial - dijo guiñándome un ojo

ME quedé en casa de Mario a comer y a pasar otro ratito más a solas antes de que viniera Diana para ir al parque acuático
Estaba viviendo en una nube, todo era perfecto en mi vida

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora