• Kingdom •/ NoMin

𝑫𝒐𝒖𝒃𝒕

- Cielos, no pensé que la fusión actuaría tan rápido, tan solo mírate estás tan enamorado de ese chico que no puedes dejar de verlo - decía Mark Lee con burla, llamando la atención de Jeno quien volteó a verle con el ceño fruncido.

- Sabes que no se trata de eso Mark, solo no sé cómo acercarme a él, le hablé ésta mañana pero parece que en verdad no quiere saber nada de mí - empezó a hablar con más rapidez - claro que no es como que me interese, ese chico no me interesa pero tengo que hablar con él sobre esto porque si pasamos más tiempo así todo se convertirá en un desastre y mis padres van a matarme, ni siquiera me he presentado a mi reino y ya estoy fusionado a alguien a quien ni siquiera conozco y me está dando un ataque de ansiedad.

Lee Jeno normalmente no se veía frustrado por los problemas, era bastante racional y para ser un chico de la edad que tiene era muy responsable y siempre enfrentaba sus problemas buscando cualquier forma de solucionarlo siempre encontrando una respuesta que lo resolviera todo, pero esta situación lo superaba por mucho de cualquier cosa que haya pasado anteriormente en su vida.

- dude, lo sé, solo bromeo, deberías tranquilizarte, en verdad no creí que esto te estuviera carcomiendo tanto la cabeza, siempre encuentras una solución a tus problemas, me sorprende un poco que me digas todo esto, creo que solo deberías hablar con tus padres.

- No, no puedo hacer eso, ellos están muy ocupados, además yo me conseguí éste problema.

- Tienes razón, debería dejarte hacer todo a ti, a mi solo me vio pero contigo ya tiene la vida planeada.

Lee Jeno no pudo hacer más que fulminarlo con la mirada, para después regresar su vista a la mesa donde ahora ya no estaba Na Jaemin.

- Diablos ¿a donde fue? lo perdí por tu culpa.

- No te preocupes, no pueden estar separados tanto tiempo, pronto sentirá la necesidad de estar a tu la...

Jeno le había interrumpido debido a que empezó a sentir una tenue vibración calando en sus huesos, ya antes la había sentido en el instituto, pero no pensó que podría volver a sentirla, pensó que solo se trataba de su mente paranoica.

Inmediatamente sus ojos empezaron a buscar sigilosamente.

- ¿Mark sentiste eso?.

- Claro que si, ¿que rayos?.

- Nunca había sentido a uno cerca del instituto, deben saber que estamos aquí. -hablaba por lo bajo.

Por otro lado, dos chicos escondidos entre otras personas que deambulaban por los pasillos rumbo a sus clases yacían viéndoles de reojo.

- Ellos definitivamente son yong, Ren - decía el moreno.

- ¿Por qué dices? no sentí sus aromas.

- Entonces deben ser del clan Wong o Qian, si fueran de nuestro clan podrías percibirlos más fácilmente, es por eso que solo sientes tus huesos vibrar.

- ¿El clan Qian? esas basuras no se han parado aquí desde que les di una paliza hace algunos meses.

- No creo que sean las mismas personas Ren, ellos apestan a realeza, ademas percibo un ligero olor que no reconozco.

- ¿Me estás diciendo que el heredero del clan Qian podría estar aquí?. - RenJun no pudo evitar hablar un poco sorprendido, pues se tenia bien presente que nadie sabía quien era el príncipe del clan Qian.

-Puede ser, Mark Lee tiene que ser del clan Wong, el ya está presentado.

- ¿te das cuenta lo importante que es esto?, tenemos que decirle al rey Huang.

- No podemos decirle nada, siento las vibraciones pero pueden ser solo por Mark, ademas su aroma abruma demasiado.

No pudieron seguir con su extraña plática pues DongHyuck sintió ese extraño aroma cerca. De inmediato el pánico se hizo presente, temiendo por ser descubierto, de ser así una guerra podría desatarse ahí mismo y sobre todo porque la gente había comenzado a desaparecer de los pasillos, quedando RenJun y él más expuestos que antes.

A paso apresurado tomó de la muñeca a RenJun para desaparecer de ahí, pero el aroma no se iba y se escuchaban de cerca los pasos de alguien persiguiéndoles, tenia que ser él, tenía que ser el joven de extraño aroma.

Si embargo, al darse cuenta que sus huesos no estaban temblando por la cercanía su mente divagó por un segundo, hasta que una voz le hizo detenerse.

- Ren, Donghyuck, ¿de quien huyen?, intento alcanzarlos desde hace un rato.

Y ahí estaba, ese aroma emanando de ese chico de cabellera rosa que se acercaba sonriente.

No lo comprendía, Na Jaemin no era un Yong, estaba más que claro, si lo fuera se habría dado cuenta al instante debido a la cercanía que tuvieron antes, pero, ¿por qué tenía el mismo aroma a menta con un ligero toque de chocolate que había percibido cerca de Mark Lee?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando a lo lejos pudo ver al anteriormente mencionado junto a ese chico de cabellera rubia, caminando con cautela pero a la vez de una forma natural, podía sentirlo, podía ver como Lee buscaba a sus alrededores.

Claro que RenJun no pudo evitar sentir la misma tensión que DongHyuck, así que buscando una manera rápida de salir de ahí pasó uno de sus brazos por los hombros de Na Jaemin atrayéndolo hacia él.

- No te habíamos visto Jaem, debiste alzar la voz antes de que huyéramos de ti. - había empezado a caminar lentamente aún apegado a Jaemin, intentando no levantar sospechas.

"Están muy cerca" , pensó Jeno, quien les veía a lo lejos con un ligero sentimiento de ira, claro que Na Jaemin no podía pasar desapercibido de su vista, principalmente porque tenía un llamativo cabello teñido de rosa, pero también podía sentirlo, lo cual debería ser algo preocupante para él pero que estaba ignorando debido a que solo prestaba atención en cómo Huang tomaba a Jaemin sin ningún pudor.

Sus nudillos casi totalmente blancos a sus costados, a punto de darle el control a su yong quien veía con recelo aquella escena.

Casi hubiera armando todo un show de no ser porque el timbre de entrar a clases le sacó de su fugaz trance donde imaginariamente descabezaba a RenJun.

Mark había visto claramente cómo su amigo veía con rabia aquella escena, no pudo evitar preocuparse pues al parecer la fusión estaba afectando realmente rápido a su compañero.

Lee Jeno no podía explicarse el cómo su mente y cuerpo estaban reaccionando ante lo anteriormente visto, no tenía por qué sentir ira por ver algo tan simple, y sobre todo si se trataba de Na, de quien juraba rotundamente ignorar su existencia más allá de intentar arreglar su problema.