𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒐𝒖𝒍 𝒎𝒆𝒆𝒕𝒔 𝒃𝒐𝒅𝒚

2.2K 363 53
                                    

La mayoría de las veces que Jeno veía a Jaemin en su río, recargado en las rocas, decidía ignorarlo levemente, pues apesar de que no le prestaba tanta atención siempre tenía dudas sobre él, se preguntaba que era lo que Jaemin buscaba de su río, ¿por qué se perdía entre esa roca y el suelo?, ¿por qué no iba a casa?.

Le observaba, pero nunca lo suficiente como para conocer su rostro de cerca.

Es por eso que cuando por fin despertó y le encontró a su costado en un profundo sueño no pudo evitar prestarle toda la atención que nunca se atrevió a darle mientras lo veía a lo lejos, dándose cuenta así de que ese chico introvertido al que le gustaba dormir era más de lo que él imaginaba.

Sus pestañas eran largas, tan notorias que aunque su cabello rosado estuviera sobre sus ojos él podía verlas sobresalir de éste, sus mejillas y su nariz estaban rosadas, quizá por el leve frío que había en ese momento, su piel parecía de porcelana, las imperfecciones eran casi nulas, parecía una obra de arte. Jeno no pudo evitar acercar su mano al rostro de Jaemin, quería sentirlo, ¿por qué su piel se veía tan suave?, era imposible que lo fuera, tenía que probarlo, pero esa no era la única razón por la que quería tocar su rostro, algo le decía que lo hiciera, que tenía que estar cerca de él.

Así que cuando las yemas de sus dedos tocaron la piel de esas mejillas que le inquietaban tanto no pudo evitar parpadear sorprendido, eran tan suaves como lucían.

El problema no fue que Jaemin tuviera las mejillas suaves, el problema fue que Jeno no se contuvo y empezó a tocar su rostro sin límite, fue cuidadoso en todo momento, no pretendía despertarlo, sus manos fueron de sus mejillas a sus cejas, moviendo su cabellera rosada a un lado, sus párpados no se salvaron de su toque, su nariz de ninguna manera podía ser pasada por alto, pero cuando Jeno estaba tan concentrado algo lo detuvo, no fue alguien, sino su conciencia que al momento de sus ojos llegar a sus labios no pudo evitar pensar en las posibilidades.

Pero Jeno estaba olvidandose de si mismo, él no conocía a Na Jaemin, ¿por qué a su alma le atraía tanto?, ¿por qué no pudo detenerse cuando tocó sus labios suavemente y sintió la intriga crecer dentro de él por saber cuan suaves podían ser junto a los suyos?, ¿Por qué su cuerpo y su mente no reaccionaban ante las obvias razones por las que no debía romper el limite, la burbuja que les separaba?.

¿A caso había perdido la cabeza?, estaba tan concentrado en los labios del hermoso Na Jaemin que su alma anhelaba el tacto entre ambos, tanto que empezó a olvidar que ya no era solo su alma, si no que también de Jaemin.

Al parecer el pánico le hizo despertar de su trance a solo milímetros de los labios de Jaemin, haciéndole por fin sentir la respiración del contrario sobre sus labios, Jeno recordó lo que había sucedido, recordó lo grave que el asunto se había convertido y recordó el error que había cometido.

Sus almas se habían fusionado, su ser era ahora el mismo que Jaemin, Jeno no se había dado cuenta antes, pero incluso podía sentir la fuerza vital de Na dentro de si mismo, su corazón no estaba solo y su alma tampoco, mucho menos su mente.

Podía sentir la angustia dentro de Jaemin, aquella que solo desaparecía cuando él dormía pero que Jeno podía sentir por estar despierto.

Lee no pudo evitar poner su mano sobre el pecho de Na preguntándose qué era lo que le agobiaba, ¿por qué se sentía de esa manera?. Sin querer hacerlo se preocupó, lo acercó a él sin dudarlo más y lo envolvió entre sus brazos, buscando la tranquilidad para Jaemin.

Jeno estaba preocupado, ¿que es lo que iba a hacer ahora?, la fusión solo se da una vez en la vida de un yong, ¿como es que podría explicar eso a Jaemin?, ¿cómo podría decirle que tenía que estar con él?, ¿cómo podría decirle que tenía que cuidarse y cuídarlo de ahora en adelante pues siempre había enemigos buscándolo?.

¿Cómo podría él simplemente vivir?.

Jeno no podría sufrir sin que Jaemin también lo hiciese, no podría vivir lejos de él tanto tiempo pues sus almas tenían que estar juntas.

Lo que realmente Jeno se preguntaba era el por qué había sucedido la fusión.
Ellos apenas se conocían, ellos ni siquiera podían llevarse bien, ¿cómo es que terminó llevándolo con él?, ¿que terminó condenándolo a sus propios problemas?, es como si hubiesen obligado a dos personas a casarse, lo de Jaemin era suyo y lo de Jeno era de Jaemin, no habría un sin ellos, tendría que ser un siempre juntos.

Jeno quería sentirse enojado hasta más no poder, triste para derramar lágrimas durante toda la noche pero estaba ese algo que le estaba haciendo sentir bien el estar así de cerca de Na Jaemin, la voz de su alma que le decía que lo que había sucedido era lo correcto y que ellos tenían que estar juntos.

Se negaba a aceptarlo, y era obvio que lo hiciera, pero su dragón no lo dejaba decidir por si mismo, no le estaba importando cuan grave fuera su problema él solo quería estar junto a su otra mitad sin pensar en las consecuencias de sus actos.

Cuando Jeno se convertía su mente era una pero su cuerpo y alma otra, luchaba constantemente para unirlas en una sola y poder ser aquel guerrero que su reino esperaba en un futuro, pero siempre de alguna forma su dragón, como si no fuese parte de él, le desobedecía y hacía lo que quería.

No podría decirse que eso era algo que estaba pasando justo en este momento, pues Jeno no estaba en su forma de yong pero aún así su alma siempre estaba ahí, la cuál estaba contradiciendole por primera vez, evitando que Lee reflexionara sobre el asunto, haciéndole que solo se concentrara en Jaemin.

Haciéndolo perder sus pensamientos.

• Kingdom •/  NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora