CAPITULO 9 CAMINOS CRUZADOS

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Prem no podía lo podía creer lo que veía, ese maldito lo iba a escuchar. Antes de que llegara hasta donde estaba el y su prometida se levantó rápidamente.
-Querida, regreso en un momento- le dijo.
Yiwa lo miro extrañada, pero asintió con una sonrisa.
-Aquí te espero.
Esperando que su prometida no lo estuviera siguiendo con la mirada, se dirigió al rubio que los últimos meses lo sacaba de sus casillas.
-¿Qué estás haciendo aquí? - le pregunto al llegar hasta el chico un poco más alto que el.
-Cariño- le sonrió feliz.
-Nada de cariño- lo tomo del brazo para alejarlo de la vista de Yiwa.
-Sabía que me extrañabas- le dijo que otro sin inmutarse.
-¿Por qué haces esto? - pregunto mortificado.
-¿Hacer que?- puso semblante inocente.
-No te hagas el tonto Boun- dijo mirándolo molesto.
-Bebé- hizo un puchero tratando de tomar su mano, la cual fue alejada con ferocidad.
-Nada de bebé, ni soy tu amor, ni tu cariño, ni tu frufru, ni tu nada - exclamo con los dientes apretados mirándolo directamente a los ojos.
El rubio hizo una mueca de desagrado.
-¿Es que acaso me estas siguiendo de nuevo?
Boun iba a responder, pero el menor lo interrumpió.
-Para que te pregunto, si ya se la respuesta. ¿Ahora qué quieres? - se tallo los ojos con cansancio.
-Me entere que estás buscando a tu hermano menor - le soltó.
-¿Qué?, pero ¿Cómo? - dijo aun sin poder creer lo que escucho de ese acosador.
-Te dije que tengo ojos y oídos en todas partes - se encogió de hombros.
-No solo me sigues, también me espías- lo acuso.
-Que te puedo decir, me interesas - le sonrió.
-Mira, no tengo tiempo para tus jueguitos- dijo molesto dándose la vuelta.
-Se dónde está - exclamo antes de que Prem se alejada demasiado.
Esto hizo que el menor detuviera sus pasos, y se girara con los ojos agrandados.
-No mientas - lo miro furioso, sabiendo que era una de sus tantas tretas.
-Más tarde te enviare la ubicación - le dijo quitando su sonrisa y viéndolo intensamente- te veo a las ocho, ni un minuto mas ni uno menos- y con esto salió del lugar dejando a un joven en estado de confusión.
Se obligó a salir de su ensimismamiento y fue de nuevo con su prometida.
-¿Todo bien? - pregunto extrañada la joven viendo el estado en el que se encontraba Prem.
Si- contesto aun ido- ¿En que estábamos?
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Boun se subió en el auto que lo estaba esperando. Tomo su teléfono y marco a su hermano mayor.
-Hola hermanito- lo saludo cuando escucho que contestaba la llamada.
-¿Qué paso Boun?
-A mí también me da gusto saludarte- le dijo burlón.
-No estoy de ánimos para tus jueguitos- le dijo molesto.
-¿Tu también? - pregunto
-¿Yo también qué?
-Nada, nada. Recuerdas que te platique que estaba interesado en alguien.
-Si - contesto sin poner mucha atención. Tenía que tener listos esos papeles para ya.
-Bueno, pues me gustaría que lo conocieras.
-¿Tan serio es? - pregunto sorprendido.
-Tanto como lo tuyo con Fluke. - le contesto mirando pasar la ciudad a gran velocidad, acaban de subir al Free way. Escucho gruñir a su hermano al otro lado, y solo sonrió.
-Solo que quiero que cuando sepas quien es lo tomes con calma.
-¿Por qué no habría de hacerlo?
-No sé si es bueno decírtelo por teléfono.
-Boun - sentencio su hermano, ahora si poniendo toda su atención.
-Promete que no te enfadaras. - pido el rubio, y lo escucho suspirar pesadamente. -Por favor- suplico con un puchero como si su hermano lo estuviera viendo.
-Lo intentare- dijo cansinamente.
-¿Estas sentado?
-Boun- rugió perdiendo la paciencia.
-Está bien, está bien - le dijo riendo su hermano- es Prem.
-Prem, ¿Qué Prem?- pregunto guardando unos documentos en su portafolio.
-Natouch- soltó de sopetón alejando el teléfono de su oreja, sabiendo lo que se avecinaba.
-Boun Alessandro Thitiwat Rossi - grito el más grande. - ¿A qué demonios crees que estas jugando?
-No juego a nada - se defendió el menor.
-Dime que una de tus tantas bromas - le dijo molesto el mayor de los Thitiwat.
-No es broma- empezó - además, yo conocí antes a Prem Natouch que tú a Fluke.
-Tengo que irme - le dijo el mayor, dando por terminada la conversación.
-Está bien, cuídate Ohm- apenas termino de decirlo cuando la llamada termino. Soltó el aire, eso no había sido tan malo como había pensado.
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Ohm corto la llamada, antes de empezar a despotricar, no tenía tiempo para eso. El helicóptero lo estaba esperando. Hacía más de una hora que había dejado a Fluke en el pent house, tenía planeado decirle que no estaría por unos días, pero con lo que paso, ya no creyó conveniente avisarle, aunque él se daría cuenta, ya que siempre dormían juntos.
Sentía que había sido duro con el pequeño, pero no quería cometer errores y que su Polcino se tomara libertades que no tenía, al menos por ahora, mas delante podría hacer lo que quisiera, pero eso sucedería cuando Fluke no se quisiera ir de su lado.
Tomo su maletín, y la maleta que había alistado en la mañana, y salió de su oficina. Se metió en el elevador y pulso el botón del último piso.
-Thitiwat - contesto su celular sin mirar quien era, mientras subía las escaleras.
-Me alegra que tengas el mismo número - le dijo una voz que hace años no escuchaba.
-¿Kao? - pregunto sorprendido mirando la pantalla y ver un número desconocido.
-El mismo que viste y calza - contesto su amigo.
-Diablos, hasta que te dignas en aparecer. - le dijo feliz.
-Ya era momento.
-¿Dónde estás?
-En Estados Unidos.
-¿Negocios?- pregunto llegando a la puerta que llevaba a la azotea.
-Asuntos personales.
-¿Todavía?
-No, eso ya quedo hace un par de años- le dijo serio.
-Dijiste que en cuanto resolvieras eso regresarías- le dijo confundido, subiéndose en el aparato, haciendo señas al piloto para que todavía no despegara.
-Lo sé, y lamento no haberlo hecho, pero, necesitaba más tiempo.
-Kao, han pasado trece años desde que te fuiste.
-Eso también lo se Ohm, pero no estaba listo.
-¿Y ahora si lo estás?
-Algo así- le dijo algo nervioso.
-¿Cómo que algo así?
-Estoy en una relación - dijo algo incómodo- es serio.
Esto sí que descoloco al mayor. Su amigo había quedado destrozado con la pérdida de su familia, y había jurado jamás enamorarse de nuevo.
-Oh, me alegro mucho Kao, de verdad, eso me hace muy feliz por ti - le dijo con sinceridad- ¿Y quién es la afortunada?
-Es el - le dijo aún más incómodo.
-Wow, eso si .... - no sabía que decir, su amigo jamás se había sentido atraído por los hombres, en todos los siglos que se conocían, nunca se había fijado en un chico, no importaba que tan atractivos fueran.
-¿Te sorprende? - termino su amigo por el.
-La verdad si - se pasó una mano por su cabello sin poder salir de su asombro.
-Él es el motivo por el cual te he llamado. - confeso.
-No sé qué me ha sorprendido más. - dijo sin saber que decir, todo era bastante extraño.
Kao rio sin ganas.
-Te preguntaría como estas, pero sé que estas muy bien - siguió su amigo al otro lado de la línea- así que iré al grano.
Ohm estaba bastante desconcertado y curioso por todo lo que su gran amigo le decía.
-Adelante - invito al otro a hablar.
-Tienes en tu poder a su hermano pequeño- hablo muy rápido.
-Espera, ¿Qué? - pregunto creyendo que había escuchado mal.
-Mi pareja es Earth Natouch.
-Por todos los demonios- exclamo sin poder creerlo- ¿Tu también?
-¿Yo también qué?
-Hace poco me hablo Boun para decirme que esta liado con Prem Natouch- contesto molesto.
-No puedo creerlo- exclamo sorprendido su amigo.
-Es un complot ¿Verdad? - le dijo acusándolo.
-No seas ridículo Ohm, que complot ni que nada. - suspiro Kao- Yo ni enterado estaba de lo de Prem, y que el hermanito de Earth estaba en tus manos apenas me entere hace unos días.- le explicó.
-Mira - Ohm suspiro fastidiado- en este momento estoy a punto de viajar fuera del país, estaré unos días fuera, pero nosotros tres necesitamos reunirnos.
-Me parece bien - acepto el otro- sé que no dejaras ir a Fluke Natouch, si está contigo es por algo, pero si necesitamos hablar.
-¿Este es tu numero? - le pregunto empezando a agendarlo.
-Así es.
-Perfecto- contesto dando señales de despegar- seguimos en contacto.
-Ya no te desharás de mi- le advirtió su amigo.
-Más te vale.- termino la llamada mientras se elevaban.
¿La vida estaba en su contra?, se preguntó mientras sobrevolaban el paisaje blanco. Boun le había dicho que conocía a Prem antes de que el supiera de Fluke, y no tenía razones para no creerle. Su hermano era un bromista total, pero no mentía, nunca lo hacía y menos a su familia. Y su gran amigo desaparecido, que podía decir, era obvio que él tampoco le había mentido. Pero si tenía relación con Earth, ¿Cómo es que nunca lo vio en lo que vigilaba a su Polcino? Serían unos días muy largos, se recargo en al asiento demasiado cansado.
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Esa noche Fluke no quiso salir a cenar, no tenía ánimos, se la había pasado llorando todo el día, y no tenía hambre.
Las tres mujeres con su oído súper desarrollado lo habían escuchado, pero ninguna se había atrevido a ir con el pequeño. No sabían que es lo que había pasado en esa salida por el hotel, pero si sabían que ese niño no había vuelto a llorar de esa manera desde que había llegado. No insistieron en hacerlo salir, querían darle su espacio.
Su majestad Ohm Thitiwat les había informado que estaría fuera del país unos días, así que les había pedido no dejar solo al menor. Al principio habían creído que la tristeza del joven Natouch era por la ausencia de su majestad, pero llegaron a la conclusión de que eso no podía ser posible. Era verdad que se llevaban bien, se entendían, y esas miradas que se lanzaban no pasaban desapercibidas para ellas tres, pero no eran tan cercanos como para que el menor llorara por la ausencia de su majestad. En primera el mayor se mantenía bastante ocupado y no pasaba mucho tiempo con el Polcino, y en segunda, el hecho de que no supiera de su verdadera naturaleza, indicaba que no estaban en suficiente confianza.
Las tres mujeres llegaron al penh house al día siguiente como su grandeza Thitiwat les había dicho, creyendo que alegrarían un poco al pequeño, pero cuál fue su sorpresa al no obtener respuesta detrás de la puerta de la recamara. Cuando llego el mediodía, hora del almuerzo en la cual no obtuvieron respuesta, es que se empezaron a preocupar. El joven no había cenado ni desayunado, y ahora no respondía a la hora del almuerzo.
Martjha decidió sobrepasar la barrera, entraría a los aposentos de su majestad. Sabían que seguía ahí ya que escuchaban cuando se levantaba a beber agua o a hacer sus necesidades fisiológicas, además nadie salía de ahí sin saber la clave de la puerta principal, y el pequeño no la sabia.
Abrió la puerta lentamente, sintiéndose bastante nerviosa, ya que nunca había hecho eso, los aposentos eran sagrados, así que nadie que no tuviera permiso podría introducirse al lugar. Se consolaba, diciéndose que estaban preocupadas por el joven Natouch, no era normal de él, saltarse un alimento, menos quedarse encerrado en la recamara, el siempre andaba como pajarito, revoloteando por todo el pent house.
El lugar estaba con las cortinas cerradas, así que estaba todo oscuro, lo cual para su vista de vampiro no era inconveniente, pero a ese chiquillo le gustaba la luz. Miro un pequeño bulto hecho un ovillo en medio de esa enorme cama, tapado su pequeño cuerpo por completo. Avanzo con cautela, sintiendo la respiración acompasada de Fluke, estaba dormido. Llego al lado de la cama, y cuidadosamente descubrió el rostro del menor.
Su corazón se encogió el ver ese hermoso pero triste rostro. Tenía marcas de lágrimas, y el ceño fruncido como si estuviera sufriendo. ¿Estaba teniendo pesadillas?, se preguntó la mujer mayor con pesar. Estiro su mano para acariciar esa frente arrugada por el dolor, la acaricio sutilmente y con cariño. El pequeño suspiro.
-Papá - soltó en un susurro Fluke, tomando con sus pequeños puños el cobertor y se giró.
Martjha se llevó las manos al pecho al escuchar ese lamento entre sueños. Sabía que no era fácil para el joven Natouch toda la situación, pero al ver ese semblante de dolor y escuchar ese susurro, se dio cuenta realmente por lo que estaba pasando el pequeño. Decidió retirarse y no pensar mucho, su majestad no se equivocaba, nunca lo hacía y ella no era nadie para dudar de sus decisiones.
-Está dormido- les informo a las jóvenes que tenían rostro expectante.
-Abuela pero ¿Está bien?- le pregunto su nieta Itzel preocupada.
-Claro que si- respondió la canosa- nadie se ha muerto por saltarse tres comidas.
-Pero el joven Fluke no se había saltado ninguna comida- expreso con pesar Iris.
-Vayamos y sigamos con nuestras tareas- ignoro la preocupación de las más jóvenes moviendo sus manos, no quería preocuparlas.
Las llevo de nuevo a la cocina.
-Tu ve a limpiar los muebles-le dijo a su nieta-y tu ve a aspirar - le ordeno a Iris- yo ordenare aquí- dijo refiriéndose a guardar la comida que habían preparado y lavar los trastes.
Las menores obedecieron sin disimular su mirada de preocupación. Martjha suspiro con tristeza y se dedicó a organizar la cena, que esperaba, comiera el joven Natouch.
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Fluke sabía que las mujeres estaban preocupadas por él, pero no podía evitarlo. Salió a desayunar solo por la insistencia y preocupación en sus voces. La comida no le sabia, y no tenía hambre. Así que picaba la comida y daba sorbitos a a las bebidas. Sabía que lo vigilaban, y que no estaban conformes con lo que consumía, pero no estaba en él.
Hacia dos noches que Ohm no dormía con él, y mucho menos lo veía, había estado a punto de preguntar por él, pero no había tenido el valor de hacerlo. Hacía que comía, y se regresaba a la recamara. No quería ver ni saber de nada, su cuerpo se sentí muy cansado, así que se dedicaba a dormir.
Lo peor es que las pesadillas no lo dejaban, pero el sueño lo consumía. Las chicas habían tratado de llamar su atención invitándolo a leer en español, o dándole consejos de como reacomodar los muebles, pero solo quería dormir, a pesar de tener pesadillas.
Después de tratar de tomar el almuerzo, dio las gracias y se refugió de nuevo en la recamara.
Martjha había contestado las llamadas de su majestad, varias veces al día había preguntado por el joven Natouch, en las cuales no había omitido el estado del menor. Sabía que su grandeza estaba preocupado por el pequeño, y les había pedido no presionarlo, pero tampoco descuidarlo.
Como nana de su majestad, lo conocía más que nadie, incluyendo a sus padres. Y si algo sabia reconocer era los sentimientos sinceros de Ohm. Por la vida del Rey habían pasado muchas personas, pero por ninguna como Fluke Natouch, este chico era diferente a todos.
Itzel e Iris obedecían todo al pie de la letra, no entendían muy bien la situación, pero sabían que Martjha sabía lo que hacía, así que no se inmiscuían.
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El rubio llego al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, bajó disfrutando del buen clima, nada como el buen tiempo de los latinos. Argentina era una de sus países favoritos. Fue seguido por sus guardaespaldas.
Subió a la limosina que lo estaba espetando y tomo su teléfono móvil para comunicarse con su amado Prem. El día anterior se había reunido con él, y creía que habían avanzado en su relación, sonrió con picardía recordando su encuentro en ese hotel de Manhatan. ¿Por qué no contestaba?, su bebé Prem era tímido, esa era la razón del por qué no contesto.
Por otro lado, Kao tomaba un taxi hacia el Palacio Duhau. Su amigo de repente le había llamado para reunirse con él, el caso es que él, estaba en Estados Unidos y lo citado en Argentina. Nombro el más famoso hotel, para que lo llevara.
Ambos hombres se dirigían a donde había sido citados por sorpresa. Cada uno nervioso por diferente causa, pero la misma.
En el otro lado de la ciudad Ohm tomaba un baño frio, el calor eta insoportable, se había mal acostumbrado al clima invernal de Chihuahua. No sabía muy bien cómo abordaría el tema, seguía son entender como paso todo, pero pondría las cartas sobre la mesa.
No entendía ni sabía cómo dos de las más importantes perdonas en su vida podrían tener algo en común. Se dispuso a vestirse y esperar a que llegaran. Quería respuestas, y las obtendría.

SOLO MÍO (COMPLETA, EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora