CAPITULO 31 PROPUESTA

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Después de ducharse juntos, ambos salieron hacia la habitación.
-Quiero que te pongas esto- dijo Ohm sacando un traje blanco de tela fresca, era un conjunto de pantalón corto y camisa, con botones color turquesa, y las costuras del mismo color.
-Es precioso- exclamo el menor acercándose a tocar la tela. – Es tan suave.
-Y también esto- le mostro una delicada prenda blanca de encaje.
-U…una tanga- dijo poniéndose colorado y abriendo mucho los ojos.
-Lo compre en línea, en una página de ropa interior para caballeros. - le sonrió pícaramente.
-Lo… los hombres no usan encaje y menos tanga- exclamo abochornado.
-Si lo hacen amor- dejo la ropa sobre la cama- solo debes saber dónde buscar- lo tomo de la cintura.
-¿De verdad?- abrió más los ojos.
-Te hace falta aprender tanto- lo pego a el- y pienso enseñártelo todo- gruño esto último.- ¿Quieres aprender?- le empezó a besar el cuello.
-Mmmm si- dijo bajito Fluke.
-¿Todo?- beso su clavícula.
-Todo- dijo jadeando, disfrutando de los besos recibidos.
-Bien, porque esto apenas empieza- le beso los labios, y se separó de él. – vamos a cambiarnos.
El pequeño se quedó unos segundos en el mismo lugar, y se obligó a despabilar, tomo el conjunto de ropa, y con manos temblorosas también cogió la tanga de encaje. No podría ponerse eso frente a Ohm, así que con pasos rápidos se volvió a meter en el baño, lo que causo la risa baja del más alto.
¿Cómo se pondría ese pequeñito trozo de encaje?, se cuestionó el castaño sosteniendo la prenda entre sus dedos como si lo fuera a morder. Suspiro, lo haría por él, solo por él. Se empezó a poner la ropa interior, subiéndola lentamente por sus blancas piernas, y con valor se la acomodo en su lugar. Se vio en el espejo que estaba frente a él y todo su cuerpo subió de temperatura. Por dios, se llevó las manos a su cara roja como el tomate y dio un gritito.
-¿Polcino? – pregunto alarmado Ohm y entro como tromba en el baño, y se quedó estático frente a lo que veía.
-Vete, vete ,vete- grito el menor empujando a un anonadado Ohm que no podía dejar de verlo- y cerró la puerta de golpe sintiéndose mortificado y queriendo que la tierra se lo tragara.
El mayor se quedó quieto a un palmo de la puerta recién cerrada. Nunca pensó que Fluke se pudiera ver más hermoso y apetecible, y se había equivocado, ¿Cómo aguantaría hasta después de la cena?, se dirigió con pasos lentos hacia la cama, para tomar su ropa y cambiarse.
Con manos temblorosas el pequeño termino de ponerse la ropa, se sentía tan avergonzado y no sabía porque, además su prometido ya lo había visto todo de él, todo. Se dispuso a cepillarse el cabello, era ridículo sentirse así solo por un tanga de encaje. Cuando estuvo listo, salió a la habitación.
-Te ves hermoso- le dijo el mayor al mirarlo.
-Gracias, tú también te ves muy guapo- le sonrió.
Ohm, con un traje muy parecido al de él, pero con botones rojos, y pantalón largo.
-Gracias amor- le sonrió y se acercó tomando una de sus manos- vamos a cenar- indico y lo saco del camerino.
Subieron a la superficie del yate y el pequeño se quedó pasmado del asombro. Ya todo estaba oscuro y el lugar estaba lleno de velas, había un trio tocando el violín, una mesa para dos con mantel blanco, y cerca una pequeña mesa tenía una cubeta que contenía una botella entre hielos.
-¿Qué es esto?- pregunto anonadado el más pequeño.
-Sorpresa- le dijo abrazándolo por los hombros.
-Es hermoso- expreso con una sonrisa.
-Me alegro que te guste- le beso la cabeza.
-Por aquí por favor- les dijo un joven con su uniforme blanco.
Ohm arrastro una de las sillas, y le indico a su Polcino que tomara asiento, y este así lo hizo. El más alto se giró para sentarse en la silla de enfrente.
Les llevaron la cena, y para sorpresa del menor, que esperaba algún platillo de alcurnia, lo que tenía frente a él era un platillo con chilaquiles verdes, frijoles y arroz, y lo que creyó que era un vino tinto, era una botella de tequila.
-Ya que te enamoraste de la cultura mexicana, que mejor que esto- señalo todo con una de sus manos.
Fluke dio un grito y se levantó tan estrepitosamente que casi tira la mesa con la comida, saltando a sus brazos.
-Gracias, gracias, gracias- dijo feliz cubriendo el masculino rostro de pequeños besos.
-Todo por ti mi Polcino- tomo su rostro y le dio un apasionado beso.
Después de eso, se dispusieron a disfrutar de la cena, su plática se centró en todo lo que habían hecho durante el día.
-¿Lograste hablar con tu madre? – cambio de tema el mayor.
-Sí, gracias- le sonrió- ella está encantada en tu casa.
-Nuestra casa- le tomo una mano a través de la mesa.
-Nuestra casa- admitió con pena el castaño.
-Así me gusta- apretó más su mano.
-Gracias por todo, me lo he pasado de maravilla.
Ohm se levantó de su asiento, se posiciono a un lado del pequeño y lo insto a levantarse. Fluke lo miro extrañado y abrió mucho los ojos cuando este puso una de sus rodillas sobre el piso, y mientras Ohm sacaba de uno de sus bolcillos una pequeña caja de terciopelo color azul, Fluke se llevaba las manos a su bonita boca y sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Hay muchas maneras de ser feliz, pero ninguna tan satisfactoria como la felicidad que encuentro a tu lado- empezó- Mi destino es a tu lado, te amo de esta manera porque no conozco otra forma de amar, no puedo imaginarme mi vida sin que tu estés conmigo, sin regalarte mi amor cada día, te amo y necesito expresarlo de todas las maneras posibles. Es simple lo que quiero decirte, he decidido pasar el resto de mi vida a tu lado prometiéndote amor eterno. Fluke Natouch, ¿Me harías el honor de casarte conmigo?.- Saco un hermoso anillo, que tenía incrustados  pequeños diamantes azules en toda su longitud.
Para ese entonces, Fluke lloraba a cantaros, de una felicidad que creía no le cabria en el pecho.
-S…si, si, acepto- contesto con voz estrangulada y entrecortada.
El mayor le tomo su mano izquierda y puso en anillo en su delgado dedo corazón, lo levanto en brazos, y beso las lágrimas que corrían por su hermoso rostro.
-Ta… también te… te amo- hipo el pequeño, sin poder detener el llanto de felicidad.
-Mi amor no llores- le pidió- levantándolo en brazos, y llevándolo de vuelta al camarote. Lo sentó sobre la blanda cama, y siguió besando su rostro y sus labios con cariño, mientras el pequeño hipaba y se empezaba a calmar. Los besos sobre sus belfos se fueron haciendo más intensos.
El más alto se separó solo para sentarse a su lado y llevarlo a su regazo, Fluke abrió las piernas para rodear la cintura del más grande, y lo beso con ardor haciendo abrir su boca para introducir su pequeña lengua. Ohm tomo el trasero de su prometido, para sentirlo más cerca, si eso era posible. Sin despegarse, solo lo suficiente para tomar aire, se empezaron a desnudar solo quedándose en ropa interior.
El mayor se levando y dejo con cuidado a su preciado tesoro sobre la cama.
-No me canso de decirte lo perfecto que eres- dijo mirándolo con adoración y deseo.
Fluke ahí tendido sobre las sabanas de seda y solo con la prenda de encaje, era la cosa más bella y deliciosa. Sus hermosos ojos brillaban de pasión, y sus labios estaban húmedos y entreabiertos, su plano vientre subía y bajaba con rapidez. Todo era perfecto, pero el blanco y rosado pene duro, atrapado en el encaje blanco, lo estaba volviendo loco.
Se subió en el colchón, abarcando también el delicado cuerpo, quedando encima de él.
-Te deseo tanto- susurro Fluke levando sus delgados brazos hacia el cuello del mayor, haciendo titilar las piedras preciosas de su anillo de compromiso.
-No más que yo- contesto- con este encaje te ves tan apetecible. - rozo con un dedo la protuberancia del pequeño.
-Si- reacciono Fluke a la caricia tan íntima.
-Gracias por aceptarme- avasallo los labios del otro.
Y de ahí, ninguno de los dos volvió a decir palabras coherentes. El más alto se encargó de besar todo el cremoso y suave cuerpo ajeno, lamio y mordió delicadamente, sacando jadeos del de abajo, y le quito la respiración cuando su boca enfoco su atención sobre lo que ocultaba esa sexi ropa interior.
Fluke quería sentir todo, no solo las caricias y besos atreves de la tela, pero aun así no se quejaba, se sentía amado, y era lo único que importaba. Ohm bajo para seguirse deleitando con su sabor, y lamio con presteza los blancos muslos, hasta llegar a sus tobillos, de ahí volvió a subir, deteniéndose de nuevo en la prenda de encaje.
-Por favor- pidió tomando el cabello negro en sus pequeñas manos.
Ohm levanto su rostro, con la mirada llena de deseo, y le quito la última prenda. Se giró y fue de rodillas hasta ese bello rostro, y puso sobre la boca que respiraba agitadamente, su miembro erecto. Se inclinó sobre el otro pene y sin dar un respiro tomo con toda su boca su objetivo. Fluke levanto las caderas sin poder evitarlo, y al abrir más sus labios sintió el glande del pene ajeno, así que lo tomo con hambre.
Los hombres se enfocaron en su tarea sin de dejar de disfrutar lo que el otro hacía. Después de unos minutos el menor llego al clímax, cuando los temblores terminaron, sintió su orgasmo llegar y se separó para poder descargar todo su placer a un lado de la cama. Se dejó caer con la respiración agitada, lleno de satisfacción.
El más pequeño se sentó aun con al cuerpo temblando, y miro con los ojos velados a su prometido.
-Eso fue fantástico- le dijo en una voz baja montándose en el- ¿Por qué no lo habíamos hecho antes?
-Me alegro que el sesenta y nueve te haya gustado. - sonrió abriendo los ojos y tomando la cintura, acomodándolo mejor sobre su casi despierta erección.
-Sesenta y nueve- siseo frotando su trasero en el pene ajeno. - tiene sentido- jadeo.
-Amor, hagamos una pausa- rugió tratando de controlar la reacción de su cuerpo.
-¿Por qué?- hizo un puchero.
-Es importante, se levantó y se llevó con él para sentarlo a su lado, le tendió un bóxer.
Fluke abrió mucho sus ojos bastante sorprendido, y lo tomo. Ohm también se puso su ropa interior.
-¿Qué sucede?- pregunto el pequeño empezándose a preocupar.
-Debía de haberte hablado de esto hace mucho tiempo- empezó Ohm volteando a verlo con mirada aprensiva. - es que es algo tan difícil y me ha dado miedo. - confeso con voz angustiada.
El menor sintió como si estrujaran su corazón, era la primera vez que veía así a Ohm, la primera vez que lo veía vulnerable. Ohm Thititwat era un hombre poderoso, tenía a mucha gente a su cargo y que lo protegían, dueño de unos de los hoteles más famosos del mundo, además, por si fuera poco, era el Rey del mundo sobrenatural y un vampiro.
-Por favor- continuo- promete que cuando me escuches, no me rechazaras enseguida- pidió hincándose frente a él.
-Amor ¿Qué pasa? - cuestiono asustado el pequeño- me estas asustando- exteriorizó.
-Perdón- tomo sus manos- lo último que quiero es asustarte, lo que te pido es que me escuches, y pienses bien en lo que te diré.
-¿Es… es malo?
-No, bueno depende el cristal con que se mire- se encogió de hombros – lo único que me queda, es tener la esperanza de que me ames con tanta locura, que después de lo que te pida, no me abandones- termino con voz temblorosa y suplica en su mirada.
-No digas eso, nunca te dejare, no importa lo que pase.- exclamo angustiado, llevando sus pequeñas manos sobre el rostro preocupado del mayor.
-Eso espero- contesto levantándose, sin querer perder el contacto de su Polcino.
-Quiero que sepas que, al aceptarme, tu vida va a cambiar- empezó Ohm tratando de calmar su nerviosismo. - y no solo me refiero a que serás Rey del mundo sobrenatural, sino a muchas cosas más. Al sellar nuestro compromiso, no solo beberé tu sangre como lo hago siempre que hacemos el amor, si no que tú también tendrás que beber la mía.
-¿Beber tu sangre?- pregunto, sin entender muy bien.
-Es parte del ritual para unir nuestras almas para la eternidad. – le contesto.
-Si… si es lo que se necesita, lo hare- dé dijo más aliviado.
-Yo lo se amor- le sonrió, pero, así como esta llego, se fue- pero no es solo eso. Este intercambio de sangre, tiene sus repercusiones.
-¿Qué repercusiones?- pregunto levantándose de la cama.
-Cuando ambos bebamos la sangre del otro, aparte de que nuestras almas estarán unidas para siempre- hizo una pausa- tú te convertirás en vampiro también, para que puedas gobernar a mi lado.
El menor se volvió a sentar en la cama, y se quedó sin habla.
-Si no estás de acuerdo, podemos casarnos, siguiendo tú con tu mortalidad.
-Pe… pero significaría, que yo moriría y tu seguirías vivo.- contesto aturdido Fluke.
-Así es- confirmo Ohm, sin dejar de verlo.
-No quiero- se volvió a levantar con rapidez. - no quiero morir dejándote aquí, con el dolor de mi perdida- dijo con lágrimas en sus ojos de solo imaginar el escenario.
-Yo tampoco lo quiero- exclamo Ohm desesperado- pero quiero que tu tomes la decisión.
-Acepto, sabes que acepto, no podría vivir de otra manera- se lanzó a sus brazos.
-Polcino- dijo devolviendo abrazo- ¿Sabes lo que significa que estés de acuerdo?
-Lo sé- se apretó más al contrario- sé que no va a ser fácil, y algunas cosas serán dolorosas, pero me gustaría que nos preocupáramos de eso en su debido momento.
-Gracias- le beso el cabello- gracias. No sé qué hubiera hecho si me rechazabas.
-Nunca lo haría- se separó para poder verlo a los ojos- ¿Qué no sabes que te amo más que a mi vida?
-También te amo más que a mi vida.- y antes de que el pequeño dijera algo más, lo beso con pasión.
Fluke respondió de inmediato, abriendo su pequeña boca para darle acceso. El más grande tomo los glúteos de su futuro esposo, y lo levanto haciendo que le rodeara la cintura con sus hermosas piernas, y lo llevo de nuevo hacia la cama, dejándose caer con cuidado encima del pequeño. Se separaron cuando sus pulmones ya no resistían. El más alto siguió con los besos, bajando por el lechoso y tentador cuello, de ahí a sus clavículas, dando pequeñas mordidas, que sacaban jadeos del de abajo. Siguió su camino hacia abajo, disfrutando de la suavidad de su prometido, quedándose un buen rato en el ombligo.
-Osito- susurro Fluke de placer.
Ohm dejo de hacer, y levanto la mirada al escuchar el apelativo cariñoso.
-¿Osito?- cuestiono con sonrisa sexy, subiendo hasta que su rostro quedara frente de Fluke.
-Eres tan reconfortante, y contigo me siento a salvo. - dijo con voz agitada.
-Entonces seré tu osito- le sonrió satisfecho con lo que acababa de escuchar, y volviendo a devorar esos llenos labios.
La lengua del más grande avasallo la del más pequeño, recorriendo todos los recovecos de esa dulce boca, sus pequeños dientes y su paladar, haciendo estremecer al menor, y sintiéndose satisfecho por la reacción de su pareja. Bajo sus manos para hacia los pequeños y deliciosos botones que ya estaban erguidos, logrando que el pequeño cuerpo se arqueara hacia sí.
Bajo sus manos para seguir acariciándolo, dejo que su boca siguiera el mismo camino de las manos y llego hasta sus delicados pies.
-Ohm- jadeo Fluke, disfrutando de los besos y caricias recibidas.
-Ya voy pequeño- susurro roncamente- empezando a subir por el delgado cuerpo, e hizo que su Polcino levantara sus caderas, para poder bajarle el bóxer.- mira que delicioso postre se encuentra aquí- termino diciendo antes de disfrutar la erección que había quedado frente a él, también usos sus manos para masajear los testículos de su amado.
-Por favor- pidió el más pequeño, sintiendo que iba a explotar, y así lo hizo, se dejó llevar por el gran placer que lo embargaba.
Ohm disfruto de los temblores de su “Destinata”. Cuando termino de tragar el precioso líquido que había soltado el menor, se separó lentamente, y se quedó a su lado para dejar que se repusiera. Lo abrazo y así se quedaron quietos algunos minutos.
-Ohm- dijo arrebujándose contra el- te amo, te amo, te amo.
-Yo a ti- respondió con el corazón henchido de felicidad. Le giro el rostro para besarlo apasionadamente.
El calor los incendio de nuevo a ambos, y cuando menos pensaron, ya estaban en el vaivén más antiguo del mundo, llenando el camarote de respiraciones agitadas, jadeos y palabras de amor. Su sincronización era tan perfecta que cuando sintieron el orgasmo venir, ambos hombres se dirigieron a sus cuellos y se mordieron cuando explotaron en éxtasis.
Fluke sintió un sabor dulce y amargo en su boca, dejando el líquido correr por su garganta.
Ohm, nunca hubiera creído sentir más satisfacción, que cuando hacia el amor con su “Destinata”.
Se quedaron abrazados, el menor sintiendo el pesado cuerpo encima de él, pero no le molesto. Era su osito, y le daba calor y seguridad.
Ohm se giró lentamente para no aplastar al pequeño, y lo acerco a él.
-¿Estas bien?- le pregunto preocupado el más grande.
-Estoy excelente- dijo sinceramente.
-¿Estás seguro?- cuestiono besando su mejilla.
-¿Cómo logre morderte?- cuestiono, ignorando la pregunta el pequeño levantando su rostro para mirarlo a los ojos.
-Cuando me aceptaste completamente, tus colmillos aparecieron para poder hacer nuestra unión.
-Así que fue eso- dijo sonriendo el menor.
-No me cansare de decirte gracias- expreso Ohm besándolo.
-Yo debo de debo de decirte gracias- inicio Fluke- gracias por haberme secuestrado.- se rio sin poderlo evitarlo.
-No lo menciones-pidió el más grande mortificado.
-Lo siento- siguió riendo.
-No te burles- lo beso- sé que no fue la mejor forma de empezar, pe…-
El menor lo volvió a besar, interrumpiendo sus palabras.
-Lo hice- jadeo después de ese beso delicioso- y no estoy orgulloso de ello.
-Nunca me trataste mal- inicio el castaño- es verdad que no fue el mejor principio, pero agradezco que lo hayas hecho. Gracias a eso te conocí, y gracias a eso te amo. – le dio otro beso.

SOLO MÍO (COMPLETA, EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora