CAPITULO 14 VIAJE

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Ohm sintió que su mano era casi estrangulada, mientras era apretado por el menudo cuerpo de su mejor amiga.
-Rebeca- volvió a decir el más grande alejándose de la rubia. - ¿Qué haces aquí?
-¿Cómo que que hago aquí?, se supone que me tenías que ir a recoger al aeropuerto.- le sonrió feliz.
-Lo siento, lo olvide. - se disculpó. - Te presento a Fluke, mi pareja. - le dijo atrayendo al pequeño para abrazarlo.
La chica se quedó muy quieta viendo de uno a otro, borrando su sonrisa.
-¿Tu pareja?- pregunto muy seria.
-Mi “Destinata”- le dijo feliz.
Fluke inflo el pecho y miro a esa oxigenada, sintiéndose muy bien.
-¿”Destinata”?- volvió a preguntar como en estado de shock.
-Si, por fin- le sonrió- y acerco más al pequeño. - Tenemos mucho de qué hablar, pero en este momento estamos ocupados, que te den la habitación de siempre.- le dijo sin dejar de sonreír- nos vemos más tarde- se despidió y se alejaron hacia la recepción.
Ohm sabía que había sido mal educado, y lo más correcto era que se hubieran quedado con Rebeca, pero había notado el malestar de su pequeño, y lo último que quería era estar mal con su Polcino.
-A ver amor – se detuvo en la entrada del Hotel- fuera hace mucho frio- dijo poniéndole una bufanda que el menor no sabía de donde la había sacado, y al terminar de acomodársela le beso la frente. - Vamos- lo tomo de nuevo de la mano y lo llevo fuera.
Todo ese tiempo eran fríamente observados por cierta rubia, que apretaba sus manos y los dientes.
El viento helado los golpeo en el rostro, pero Fluke sonrió como si estuviera viendo lo más hermosos, extendió su brazo libre y tomo aire profundamente.
-Esto es perfecto- exclamo el menor sintiéndose muy feliz.
-No has visto nada mi bebé- le dijo sin apartar la mirada de él.
Empezaron su excursión con paso lento, sin soltarse de la mano. Pasearon por los alrededores del hotel, pasaron frente a las cabañas que Fluke había visto hace unos días, eran más grandes de lo que espero, pero eran perfectas.
-Nunca me he quedado en una cabaña- comento el menor con ojos brillantes- ha de ser muy romántico. - dijo con aire soñador mirando a una pareja mayor que estaban en un porche frente a ellos, sentados muy juntos tomándose una bebida caliente.
-Eso lo podemos arreglar Polcino.
El pequeño lo volteo a ver.
-Mañana tengo una reunión de negocios, tenemos que ir a Guachochi, y tienen unas cabañas con unas vistas hermosas, que están en la orilla del barranco. No se comparan con las de nosotros, pero creo que te gustara- le termino de decir abrazándolo de la cintura.
-¿Me vas a llevar contigo?- pregunto emocionado.
-Claro que iras conmigo- lo apretó más. - no te dejare solo nunca más, a menos que tú me pidas espacio- se encogió de hombros.
-Gracias- le dijo apretándose al grande cuerpo. - ¿Iremos en tren? - pregunto ilusionado.
-Si es lo que quieres, así será- contesto Ohm acariciando la cabeza de su amor.
Realmente había pensado en aparecerlos en Guachochi, pero si su Polcino quería viajar en tren, eso harían. Más tarde hablaría para retrasar la junta.
-Yeiiiiii- dio brinquitos sin soltarlo.
-A veces pareces un niño- le dijo sonriendo.
-No soy un niño- se quejó alejándose un poco y haciendo un puchero.
-Y por eso te amo- le dijo antes de besarlo apasionadamente.
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Earth acaba de salir de bañarse, se dirigió a la cama para revisar su teléfono. Tenía tres llamadas perdidas de Kao. Presiono para regresarle la llamada.
-Amor perdón, me estaba bañando- dijo en cuanto contesto su novio.
-Te extrañe- dijo el otro.
-Yo también, aunque hablamos anoche- se rio coquetamente.
-Siempre que no estas a mi lado, te extraño- confeso el mayor, haciendo que su interlocutor se pusiera rojo de pena y felicidad.
-Eres un cursi- le dijo el rubio.
-Tú me haces así- dijo ronco.
-¿Ya estás en la ciudad?- pregunto para cambiar de tema. No es que no le gustara ese parte de su novio, pero a pesar de llevar meses en la relación, aun lo ponía tímido.
-Así es conejito, quiero verte.
-Kao recuerda que tengo que acompañar a mi hermano y su prometida- se quejó el menor.
-Por mí no hay problema, puedo acompañarlos. - ofreció el mayor, dejando mudo a su pareja.
-¿Hablas enserio? – pregunto emocionado.
-Te extraño, y me urge verte.
-Te veo a las cuatro en el parque central, lado oeste, frente a ese café que tanto me gusta- le dijo aun sin poder creérselo.
-Te amo conejito- se despidió Kao.
-También te amo- termino la llamada con la cara color granada.
Se dispuso a alistarse, ya quería ver a Kao. Aun no podía creer que presentaría a su novio a su hermano y prometida. Los nervios querían ganar la partida, pero los ignoro y solo dejo que la emoción y felicidad lo invadieran.
Estaban entrando al restaurante Loeb Boathouse Central Park, Earth seguía a los otros dos. Necesitaba excusarse para poder ir a buscar a su pareja, y presentárselo a su hermano. Tomaron asiento, guiados por una joven sonriente que les dejo el menú.
-Invite a alguien, espero no les importe- dijo el rubio en cuanto se quedaron solos.
-Claro que no Earth- le dijo amablemente su cuñada.
-Entonces, - empezó nervioso- en un momento vuelvo.
Prem lo miro con el ceño fruncido. Hasta donde sabia, su hermano no conocía a nadie en Nueva York.
Se levantó, sonriéndoles, y salió del lugar para ir al parque central. Camino con paso presuroso, el frio le golpeaba el rostro, había nevado el día anterior. Cruzo la calle en cuanto el semáforo se puso en verde. Su corazón latía como si quisiera salirse de su pecho, pero no podía evitar casi correr. Llego frente a su cafetería favorita de esa ciudad, pero no lo vio. Su corazón se desinflo, y con respiración agitada se puso a mirar alrededor.
-Te extrañe- escucho una voz a su espalda, siendo abrazado de su cintura.
-Kao- exclamo el rubio tomando las manos que lo envolvían.
-Perdón por llegar tarde- se disculpó besando su mejilla. - se me atravesó un asunto, pero ya estoy aquí.
-No importa- dijo el menor, feliz de estar cerca del hombre que amaba. – ya estás aquí.
-Entonces vamos a conocer a mi cuñado- recomendó el pelinegro.
Earth se giró, y sin poder evitarlo, lo jalo de su camisa y lo beso.
-Vamos nine- le dijo lamiéndose los labios, burlándose de él, ya que era su novena pareja. Parecía algo cruel si no se conocía las historias amorosas del rubio, pero como Kao lo hacía, no se molestó.
Earth era un perdido enamorado del amor y en sus cortos veintisiete años de vida, había tenido algunas relaciones, ocho antes de kao, el mayor era su novena pareja, y el número de la suerte del rubio era el nueve. Así que era un chiste interno de pareja.
Se tomaron de la mano y se dirigieron al restaurante. Entraron en el lugar y se acercaron a los dos jóvenes que veían y discutían la carta.
-Prem- llamo Earth a su hermano- quiero presentarte a mi novio, Kao Noppakao.
Este abrió mucho los ojos.
-Un gusto conocerte- dijo el pelinegro sonriendo, acercándose a la mesa.
-Prem Natouch- respondió aun sin saber cómo reaccionar, apretándole la mano- y ella es mi prometida Yiwa Suppasit.
-Un placer- se levantó la chica de su lugar y lo saludo de mano con una sonrisa.
Tomaron asiento los recién llegados.
-¿Así que eres el novio de Earth?- pregunto Prem mirándolo a los dos chicos con curiosidad.
-Así es- le respondió serio, sintiendo la desconfianza de su cuñado.
-Y, ¿Desde hace cuánto salen? - pregunto enderezándose en su silla.
-Hace unos meses- respondo el menor con premura.
-¿Dónde se conocieron?- siguió el hermano mayor.
-Vamos Prem, déjalos en paz- intervino Yiwa.- Yo ya sé que voy a pedir ¿Y ustedes?- le dijo sonriente.
La comida estuvo acompañada de un ambiente bastante incómodo. Hasta que cierto rubio con sonrisa burlona interrumpió.
-Pero que coincidencia.
-¿Tu qué haces aquí?- pregunto, sin poder creérselo Prem.
-Estoy aquí con mi hermana menor- respondió el rubio.
-Un placer conocerlos, soy Del- les dijo haciendo una reverencia tailandesa-
Los demás la imitaron.
-¿Podemos acompañarlos?- preguntó Boun.
-Claro- respondió Earth.
Los recién llegados tomaron asiento.
-Me encantan los postres de este lugar- dijo Del.
-Son los mejores- respondió la prometida.
Un mesero llego en ese momento para dar el menú a los que acaban de llegar. Los restantes hicieron su pedido. Las chicas congeniaron de inmediato, y se pusieron a platicar entre ellas, mientras los hombres se sentían bastante incomodos.
Cuando llegaron los platillos recién pedidos, Prem no pudo soportarlo y le levanto de su silla con estrepito.
-Boun, podrías acompañarme- dijo.
-Claro- asintió el rubio levantándose también.
El resto de la mesa los miro atentamente. Earth no sabía que estaba pasando, su hermano se estaba comportando bastante extraño, se podría decir que estaba nervioso, eso era raro en él.
Entraron en el baño de caballeros.
-¿Qué demonios haces?- trato de no gritar el menor.
-¿De qué hablas?- pregunto inocentemente.
-Otra vez aparecerte en donde estoy- exclamo molesto Prem.
-Es el destino- dijo caminando lentamente hacia el lavabo.
-Destino mi culo.
-Que lenguaje.
-No te hagas el estúpido. – grito.
-Créeme que de estúpido no tengo nada- respondió mirándolo atreves del espejo con una sonrisa ladina.
-Pues no lo demuestras- contesto acercándose al otro- mira, no sé qué estás buscando, o que tratas de lograr, pero ya basta.
-Pero si no hago nada- dijo sin apartar la vista del otro.
-Es claro que mientes, tienes ocho meses que te apareces donde yo estoy. Y la verdad ya me tienes harto.
-Todos mis movimientos tienen un porque- le dijo girándose hacia Prem.- No te persigo solo porque sí.
-Entonces admites que me estas siguiendo- le reclamo.
-Creí que ya lo habías notado.
-Obvio que si- lo empujó hacia el lavabo- pero tenía la esperanza de estar equivocado- le dijo con los dientes apretados.
-¿Entonces por qué estás tan molesto?- le dijo apretándose más al menor  sacando un suspiro de él.- Ya lo sabes, pero estas negándolo- acerco su rosto hacia Prem.
-No estoy negando nada- dijo molesto, y antes de que lo pensara ya estaba besando al rubio.
El beso era demasiado intenso, se comían con los labios, mientras se apretaban para sentirse más cerca. Un carraspeo los interrumpió. Se separaron de mala gana con la respiración acelerada.
-Te espero en la mesa- anuncio el mayor, dejando a un atónito Prem.
Recargo sus antebrazos en el retrete tratando de calmar su pene y su respiración. Maldición, ¿Por qué le estaba pasando esto? Entro en uno de los cubículos vacíos, necesitaba pensar en lo que acaba de hacer.
Boun llego muy sonriente a la mesa.
-¿Y Perm?- pregunto Earth.
-Parece que no se siente muy bien. Pero ya viene- dijo Boun.
-Voy a buscarlo- el hermano menor se levantó, y se fue con prontitud.
Yiwa, solo observaba toda la situación. Ya sabía todo lo que estaba pasando. Prem no la amaba, y siempre lo había sabido, al fin de cuentas, su matrimonio había sido arreglado, pero el había sido muy amable con ella. Sabía que sería un buen marido, pero no la amaba.
Como a los dos meses de haber sido presentados, Boun había aparecido, y era cuando las cosas habían cambiado, era demasiado observadora y se había dado cuenta de todo desde el principio. No amaba a Prem, pero le tenía cariño, y admitía que era un gran partido, él se había comportado como un caballero, y eso la había conmovido.
Le dolía que las cosas no hubieran funcionado, ya que en su mundo era raro encontrar hombres como Prem, pero él no era para ella. Vio regresar a su futuro ex prometido, junto con su ex cuñado.
Los dos chicos llegaron y se acomodaron en sus respectivos lugares.
-Creo que es hora de retirarnos- anuncio el menor- Yiwa y Prem, vamos- se levantó de la silla.
-Fue un placer- dijo Del, despidiéndose.
Vieron salir a los cuatro.
-Sé que Prem es tu “Destinata”- empezó su hermana- ¿Pero tenías que hacerlo tan difícil?
-No había otra manera. - Respondió el rubio.
-Te complicas mucho la vida- le sonrió negando con su cabeza.
-Vale la pena- respondió sonriendo.
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Una camioneta los había llevado hacia la estación, había empezado a nevar de nuevo, el paisaje era impresionante. Fluke no había despagado su mirada de la ventanilla, estaba encantado con el paisaje.
-Vamos pequeño- indico el mayor estirando su brazo.
Fluke tomo esa mano que le tendía su pareja, para dirigirse al tren.
-Tenemos un vagón para nosotros dos- le informo Ohm.
Subieron en el tren y se acomodaron en su lugar.
-¿Nadie más viene con nosotros?- pregunto el menor mirando a su alrededor.
-¿Para que los quieres?- cuestiono el mayor tomando asiento.
-Para nada- empezó Fluke- solo es curiosidad.
-¿Sabes que la curiosidad mato al gato?
-Lo sé- respondió sentándose a su lado.
-Me ausentare por un momento- informo el mayor apretando la mano del más pequeño.
-No quiero. Exclamo lastimeramente Fluke.
-Solo es un momento Polcino- trato de tranquilizarlo.
-Pe…pero…-
-No es nada, solo es uno minutos- le acreció el rostro.
-Está bien- concedió el más pequeño con una sonrisa.
-Ya vuelvo- le regreso la sonrisa.
Fluke después de varios minutos saco un libro. Era una saga que le gustaba bastante, Harry Potter, empezó a leer el primer libro Harry Potter y la piedra Filosofal, su preferido, ahí había empezado la magia. Como siempre le sucedía, se enfrasco en la lectura, y disfruto de la misma.
Estaba bastante concentrado cuando fue interrumpido.
-Lamento haberme tardado tanto. - se disculpó Ohm.
-No te preocupes- contesto cerrando el libro.
-¿Que leías?-le pregunto sintiéndose culpable por dejarlo más de una hora.
-Un libro de mis favoritos.
-Harry Potter-dijo leyendo la pasta.
-Así es- respondió sonriendo.
-No sé mucho sobre eso.
-Deberías de leerlo- recomendó el menor.
-Primero que nada-le quito el libro de su regazo- debería de leerte- se inclinó hacia él.
-Creo que es más interesante Harry Potter- jadeo el menor.
-Más interesante que tú, no lo creo- dijo con voz sensual.
-No subestimes a Harry Potter- susurro el menor.
-No lo hago, tu eres más interesante- se arrodillo frente a él.
-Eso es un pecado- contesto reteniendo la respiración.
El tren hacia rato que había emprendido su camino, pero eso no era importante para esos dos amantes.

SOLO MÍO (COMPLETA, EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora