CAPITULO 33 FIESTA DE COMPROMISO

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Ohm y Fluke regresaron después de unos días a América, más felices y enamorados que antes. El más grande llevaba en su mano izquierda un anillo igual que el que le había dado a su pareja, y ahora se sentía más posesivo que antes, si eso era posible, se bajó del auto para abrirle la puerta a su prometido, le estiro el brazo para que tomara su mano, y este así lo hizo, saliendo del carro con una sonrisa.
-Por fin en casa- menciono el pequeño sin mirar la casa, si no a su hombre alto y atractivo.
Entraron siendo recibidos por el resto de su familia. Inmediatamente vieron sus anillos, y las felicitaciones no se hicieron esperar, el pequeño recibía abrazos y besos en sus mejillas, y el sentimiento le gano tanto a él, a su madre y a Panin que al escuchar el alboroto había ido a ver que sucedía.
-Tienes que decirnos como te lo pidió- dijo Erath emocionado.
-Estábamos en el yate, dispuestos a cenar- empezó el pequeño- y cuando subimos a la cubierta, todo era tan bello, había velas por todos lados y se escuchaba música de violín, una mesa para dos.
-Tan romántico- expreso Smantha con una gran sonrisa y los ojos vidriosos.
-Lo fue madre- respondió su hijo con las mejillas arreboladas volteando a ver a su pareja.
-Esto debemos de celebrarlo- exclamo el rubio menor con una enorme sonrisa, sin querer indagar mucho, ya se lo contaría todo en privado, después.
-Obviamente- secundo el otro rubio, abrazando a su pelinegro.
Kao miraba toda la escena tras su pareja, ya que esta no dejaba de tocar a su hermano pequeño, como si no creyera que este se fuera a casar, y también miraba a su cuñado, alternaba la mirada entre los dos recién prometidos.
Durante la cena empezaron a planear la fiesta de compromiso, sin dar oportunidad a otro tema. Ohm solo los escuchaba con una pequeña sonrisa, sabía que se alegrarían por su unión, pero eso era otro nivel. Sentía un tipo de calidez diferente a la que sentía cuando estaba frente a su madre, al amor que se profesaba la señora Natouch a sus hijos lo tranquilizaba y alegraba. Si solo su madre lo viera de esa manera, aparto ese pensamiento de su cabeza, y siguió disfrutando de la deliciosa cena y de la hermosa vista que le daba su Polcino, quien reía feliz en ese momento.
Después de media noche todos fueron a descansar, mañana tenían un día ajetreado.
-Mi madre estaba radiante- dijo Fluke entrando en la habitación- se veía hermosa.
-Te pareces a ella- contesto el mayor yendo tras él.
-Earth se parece a ella, más que Prem y yo- afirmo el menor.
-No me refiero al físico- siguió- aunque si tienes algo de ella- le sonrió quitándose el saco- pero más que nada, me refiero a esa luz en su mirada y la ternura en su sonrisa.
-¿De verdad?- cuestiono volteando a verle.
-Claro, es tu madre- le sonrió.
-Tienes razón- coincidió el más chico, empezó a desvestirse.
-Tomemos un baño antes de dormir- le pidió con una sonrisa coqueta, extendiendo sus brazos hacia el otro.
El pequeño acepto feliz de la vida y dejando caer sus pantalones, se dirigió hacia él y tomo su mano con una tímida sonrisa, ya que sabía que no solo harían eso. 
-Osito- llamo con voz adormilada, acurrucándose más en el otro cuerpo.
-Dime- Contesto con voz roncamente sexy.
-Te amo- susurro- gracias por amarme- termino de decir antes de caer en los brazos de Morfeo.
-Gracias a ti por aceptarme- hablo bajito dándole un beso en la frente, lo abrazo acercándolo más a él y se dispuso a dormir.
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-La señora Natouch estuvo dentro de su casa en América, no más de cuarenta minutos. Lo más extraño- siguió el hombre- es que de la nada todos los hombres que custodiaban la casa estaban inconscientes para cuando llegamos.
-¿Como que inconscientes?- Cuestiono el señor Natouch.
El joven no supo que contestar.
-Quiero ver esos malditos videos- exigió el mayor.
El otro le extendía una pequeña USB.
Natouch abrió su laptop con movimientos bruscos, y espero con escasa paciencia a que la maquina terminara de encender, inserto el artefacto y suspiro molesto.
Miro la pantalla viendo como su esposa y la vieja esa bajaban de un taxi, las malditas de alguna manera habían llegado justo cuando todos los guardias estaban en la hora del almuerzo, ¿Por qué demonios todos sus hombres comían al mismo tiempo?, tendría que cambiar eso, era obvio que había subestimado a Samantha.
Se veía a su esposa recorre toda la casa, en busca de algo, mientras Pannin le suplicaba que salieran de ahí, que era mala idea haber ido. Aun no comprendía el valor de esas dos mujeres, sabía que la casa estaba vigilada y no les importo, también sabían que el lugar estaba lleno de cámaras, malditas sinvergüenzas.
Las cámaras de la casa de Tailandia habían sido de mucha ayuda, tanto como estas. La sangre le hervía, pero siguió enfocando su vista en la pantalla de la laptop. Y algo llamo su atención, frente a las rejas de la mansión sin previo aviso apareció un alto pelinegro y un pequeño rubio, tomados de las manos.
-¿Earth?- exclamo sorprendido.
Entraron a su casa, el más alto tenía una gran despreocupación mientras el más bajo miraba a todos lados, lo cual se le hizo estúpido, sus guardias estaban comiendo, casi salió de sus labios una carcajada. No separo su mirada, de las mujeres que estaban en el ático y de los hombres que entraban en la mansión, estos llegaron a las escaleras después de llamarlas, Samantha grito el nombre de su hijo sin dejar su búsqueda entre cajas. Los dos jóvenes empezaron a subir las escaleras, mientras Pannin salía del ático.  Después de eso, Earth se acercó a Samantha y la abrazo, pero el alto pelinegro bajo de nuevo las escaleras con sigilo.
De alguna manera sabia donde se encontraban sus hombres y los había noqueado, sus golpes fueron certeros y agiles, dejando tumbados a estos. Y sorpresivamente estaba frente a las escaleras esperando que los tres restantes llegarán al primer piso, hizo que lo siguieran a un auto estacionado fuera de terreno.
-¿Esto tiene algún truco?
-No lo entiendo- respondió el joven.
-¿Qué es lo que no entiendes?- cuestiono Boston.
-Lo siento- se disculpó sin saber muy bien por qué.
-Te pregunto de nuevo, ¿Estos videos no están trucados?
-Claro que no señor Natouch, así como se grabaron, así se le estregaron- dijo el otro.
-Retírate- pido el más grande.
Cuando se quedó solo, repitió el video varias veces, sin comprender lo que sus ojos veían. ¿Quién era ese alto pelinegro? Nunca lo había visto, pero su hijo parecía confiar mucho en él. Se pasó las manos por el cabello, no sabía lo que había pasado, solo quería a su sumisa Samantha de vuelta, y para ello ya sabía qué hacer. Tomo su celular y mientras la llamada entraba salió de su oficina en Tailandia.
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Yiwa dormía tranquilamente, mientras sus padres la miraban desde la puerta. Habían estado tan asustados, creyeron que jamás la volverían a ver, pero ahí estaba de nuevo, junto a ellos. Se retiraron con sigilio y cerraron la puerta de la recamara.
Se dirigieron a la sala, para poder conversar sobre todo lo que habia pasado.
-¿Qué haremos ahora?- pregunto la señora Supasit a su marido tomando asiento en uno de los sillones.
-Primero que nada, romperemos el ridículo compromiso. - contesto este muy serio.
-¿De verdad?- cuestiono tratando de controlar el volumen de voz para no despertar a su hija.
-Siempre tuviste razón- reconoció avergonzado- nunca debí anteponer la felicidad de nuestra hija a la empresa. Buscare otra manera de que podamos salvarla, pero no a costa de nuestra Yiwa.
-Gracias, gracias- dijo ella yendo a abrazar a su marido.
-No me des las gracias- le devolvió el abrazo- en primera, no tendrías que darme las gracias por dejar ser feliz a nuestra hija- la apretó más- y en segunda, te pido perdón, perdón por haberme dejado llevar por lo que creí que era correcto para ustedes, ahora veo que el dinero con compra la felicidad.
-Harold- sollozo Gloria contra su hombro- dices que no te tengo que dar las gracias- hizo una pausa ya que el llanto no la dejaba- pero lo tengo que hacer.
Después de un rato el matrimonio se separó con los ojos acuosos y sonrisa temblorosa.
-Tengo una enorme duda- exclamo Gloria.- ¿Qué era eso de “Desti…”?- frunció las cejas.
-“Destinata”- termino su marido- es en Italiano, ¿De dónde saco esa palabra Yiwa?
-No lo sé, pero me imagino que fue algo sin sentido.
-Ella se veía muy aturdida, es cierto- secundo su esposa.- Iré a ver como esta.
-Ve- le sonrió el señor Supasit- y, Gloria- la detuvo antes de que se alejara. - Te amo, a ti y a nuestra hija.
-También te amamos- le dio un pequeño beso en los labios, y fue a ver como estaba su hija.
El señor Supasit tomo su teléfono móvil, e hizo esa temible llamada.
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Del se sentía fatal, sabía que la manera en que había hecho las cosas no había sido la correcta, pero era la única manera que sabía, ser directa e ir al grano. Golpeo furiosa la mesa, rompiéndola y tirando todo en ella.
La impotencia que sentía no se conformó con eso, así que dejo todos sus sentimientos salir, golpeaba y gritaba, y nada la calmaba.
-Del- llamo el rubio, pero su hermana seguía despotricando y aventando cosas- Del- tepitio elevando la voz.
-¿Por qué todo lo hago mal?- la chica se dejó caer en la alfombra, amortiguando el sonido de su dramática acción.
Bound se acercó rápidamente al ver en ese estado a su hermana.
-Del- grito asustado ya que nunca había visto así a su pequeña hermana.
-Boun- dijo apretándose a él con el cuerpo tembloroso por el sufrimiento.
-Todo estará bien- le dijo acariciando su espalda.
-No, nada estará bien, la asuste.
-Solo un poco-reconoció- pero no es el acaboses- trato de bromear.
-Lo dices porque tu “Destinata” te acepta.
  -Y así será contigo y Yiwa- la trato de confortar- tu más que nadie sabe lo que yo pase-le recordó a su hermana.
-Tu Prem es alguien bastante difícil- reconoció controlando las lágrimas.
-Tú la tienes mucho más fácil con Yiwa.- se alejó un poco para verla a los ojos.
-¿Lo crees?- cuestionó esperanzada.
-No digo lo mismo de sus padres- le sonrió socarronamente- pero son buenas personas, y quieren lo mejor para su hija.
-Así que la tengo difícil- aseguro ella.
-Solo un poco, pero nada imposible.
-¿Qué sugieres?
-Primero que nada, tienes que ganarte a tu “Destinata”.
-Lo intente- dijo bajando la cabeza avergonzada.
-Siempre tan apresurada- la critico. -A todo esto, ¿Cómo no me habias dicho nada sobre Yiwa?, ¿Sabes los malos ratos que pase?- la acuso.
-Lo siento- empezó Del- trate de esperar el tiempo justo para decirle la verdad, ya que estaba prometida con Prem- lo miraba con ojos acuosos.
-Tenias que habérmelo dicho- se alejó de ella.
-Lo siento Boun – se disculpó de nuevo- supe de mi “Destinata, poco después de que supieras del tuyo.
-¿Por qué no me lo dijiste?- cuestiono sorprendido su hermano.
-Estabas tan emocionado, que no te quise quitar protagonismo.
-Eso es un pretexto- la miro muy serio-  nadie mas que nosotros sabe lo importante que es un “Detinata”.
-Por lo mismo, no te lo dije. Despues de tantos siglos, lo logramos- se acerco a el- se lo importante que fue para ti. - le tomo de las manos- por favor comprende mis motivos, no son excusas.
-Lo se- le tomo los hombros- lamento haberme puesto tan pesado- solo que siempre nos hemos contado todo, y de repente sucede todo esto- le sonrió.
-Perdóname, no quería hacerte sentir mal- le regreso una sonrisa triste.
-Perdóname tu a mí, por haber actuado de esta manera.
-Ya que todo está bien, ¿Me podrías ayudar? – dijo descaradamente.
-Eres todo un caso- se rio el rubio alborotando el cabello de su hermana pequeña.
-Así me amas- confirmo con una enorme sonrisa y secándose las lágrimas de su rostro.
-Veamos- la insto a sentarse- como ya te dije, tienes que trabajar tu relación con Yiwa.
-Pero arruiné todo cuando la encontré en ese bosque.
-¿La encontraste en un bosque?- cuestiono sorprendido.
-Realmente la seguí- confeso esta.
El rubio se lo quedo un momento.
-Nos estuviste siguiendo todo este tiempo. En el parque, ¿Escuchaste todo?- dijo abriendo mucho los ojos.
-No quería escuchar lo del parque, aunque si, lo del restaurante.
-¿Tú también?
-Siempre la sigo.
-Yo también lo seguía.- reconoció.
- Entonces me entiendes.
-Lo hago Del, y me vergüenza que hayas visto esa parte de mí, tan celosa.- se sentó a su lado.
-Y posesiva- dijo su hermana.
Su hermano se rio.
-Solo un poco- le contesto.
Eso hizo que la menos soltara una carcajada.
-Si te destacas por ser imprudente- empezó Boun- ¿Porque hasta ahora le dijiste todo a Yiwa?
-Soy bastante cobarde- confeso – hasta que vi que mi “Destinata” está libre, y además que acepto realmente de corazón que Prem no estaría con ella, fue cuando me acerque.
-¿Quieres decir que Yiwa sentía algo por Prem?- cuestiono sorprendido.
-No lo ama, si a eso te refieres- se levantó- solo que fue el primer hombre que realmente la acepto.
-No entiendo.
-Ella está enamorada del amor, no de Prem.- lo consoló- Se enamoró de lo que le dijeron lo que era el a amor, alguien que la tratara delicadamente, que la tomara en cuenta, y que no la viera como alguien inferior- suspiro y se dirigió a la mesa central- Debes estar muy orgulloso de tu “Destinata”, la trato como una Reina.- toco con delicadeza las flores del florero que estaba en esta- yo me siento orgullosa de tu “Destinata”- se giró y le regalo una hermosa sonrisa.
-Ven acá- se levantó y la atrajo hacia si para abrazarla- gracias.
-¿Por qué me das las gracias?- pregunto devolviendo el abrazo a su hermano.
-Por ver lo especial que es Prem- le dijo.
-Alguien digno de mi hermano- se apretó más a e sintiéndose muy feliz, a ´pesar de las circunstancias.
-Sabes que te ayudare con Yiwa- le acaricio el cabello.
-Gracias, te amo mucho Boun.
-También te amo Del.
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El sol se estaba metiendo, mientras unos seres inmortales revisaban su plan.
-¿Qué paso con Tin?- cuestiono malhumorada Rebeca.
-Sigue revisado en perímetro.
-¿Qué le lleva tanto tiempo?- dijo Rebeca desesperada.
-Tranquila preciosa- la abrazo por detrás el castaño.
-Quiero que todo salga según lo planeado- se recostó en su enorme pecho.
-Así será- Mew le acaricio la cintura.
-Si esto falla, estamos perdidos- le anuncio.
-Lo se preciosa, todo estará bien.
-Eso espero- se giró y lo beso apasionadamente. - Ya sabes la repercusiones- despegando sus labios, levanto su rostro para mirarlo fijamente.
-No te fallare- afirmo el más alto.
-Lo sé- aseguro esta- lo de las islas maldivas no funciono- se quejó furiosa.
-No pienses más en ello, tenía seguridad y no había manera de llegar a él en esa isla.- le acaricio el rostro.
-Aquí es diferente- le regalo una sonrisa bastante macabra- es una ciudad muy grande.
-En algún momento Fluke Natouch se quedará solo.
-Por eso me gustas- paso sus brazos por su cuello- piensas como yo.
-Por eso nos entendemos- la beso de nuevo.
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Fluke y los demás salieron de la mansión para ir a buscar lo necesario para la fiesta de compromiso. Los dos coches atravesaron el portón de la propiedad para dirigirse al centro de la gran ciudad.
Recorrieron es asfalto disfrutando de las vistas, y teniendo una agradable conversación, sus sonrisas no dejaban los rostros.
-¿Quieres algo en especial?- le pregunto el pelinegro.
-Me gustan los colores alegres, pero también los sobrios- contesto el pequeño.
-Algo intermedio- aseguro Ohm sin soltar la mano del otro.
El pequeño afirmo con su cabeza.
-Mamá, tú tienes buen gusto-le dijo girándose al asiento trasero del carro.
-Todo estará perfecto- respondió esta con una sonrisa.
-Gracias- respondió Fluke acomodándose de nuevo en el asiento.

SOLO MÍO (COMPLETA, EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora