Los niños corrían por todo el salón, estaban jugando a los encantados.
-Encantada- grito Darién alcanzando a su prima Sakura, la cual se quedó quieta parada en un solo pie, con la boca abierta.
El más grande de los primos se giró y corrió hacia su hermana pequeña, que era la que estaba más cerca de todos.
-Encantada- grito tocando con su blanca mano la espalda de esta, dejándole con los dos pies anclados, pero los brazos hacia arriba.
Había diez pequeños niños en esa mansión, cuatro eran los hijos de los Reyes, dos de Boun y Prem, tres de Earth y Kao y uno de Del y Yiwa, en espera del segundo.
Darién y Serena tenían siete años, de ellos seguía su hermano de en medio Rei con cinco años, y la más pequeña de tres años era Molly. Sus primos, hijos de Boun y Prem, eran Sakura de seis años y Esteban de cuatro. Earth había tenido solo un embarazo, con trillizos, Luna, Dimitris, y Artemis, y si, también estaba embarazado de nuevo, por ultimo Emma de cinco años, hija de Del y Yiwa, que esperaba con ansias la llegada de su hermanito.
-Niños- anucio una de las niñeras- se terminó el juego.
Se escucharon varias negativas, pero las mujeres los ignoraron y guiaron a los pequeños a sus respectivos cuartos.
Intouch estaba en una iluminada recamara, sentada frente al espejo, mientras su hermano Earth la peinaba.
-Sabía que el amarillo se te vería genial- dijo sonriente.
-Tienes suerte de que también su color favorito sea al amarillo- se burló Fluke, sentado en la cama, junto a él estaba su cuñada Del, y del otro lado estaba Prem.
Era el día de la boda de su hermana, y todos estaban muy emocionados, era la más pequeña de todos, y la única mujer. El pobre de su cuñado la había tenido difícil, y no solo por ellos, sino que sus esposos también habían intervenido en su noviazgo. No habían hecho nada fuera de lugar, solo le habían dado mucho dolor de cabeza a Antonio Del Prado, un español que Intouch había conocido hacía dos años.
-Créeme que si el amarillo no fuera de mi gusto...- le sonrió malévolamente a su rubio hermano a través del espejo.
-Lo sé, lo sé- respondió calmadamente sabiendo que, si les seguía el juego a sus hermanos, no saldrían de ahí a tiempo- lo que importa es que te ves magnifica- le sonrió con cariño.
-Lo sé - confirmo muy pagada de sí misma- pero sé que también es gracias a ti.- con una de sus manos toco la del otro que estaba sobre su delgado hombro.
-Me van a hacer llorar si siguen así- anuncio Prem levantándose.
-¿Seguro que no estas embarazado?- cuestiono Del.
-Los cielos nos amparen- bromeo el pelinegro.
-Mila y Esteban ya les dan demasiada guerra- dijo Samantha entrando a la recamara seguida de Yiwa.- te vez perfecta mi vida- exclamo mirando a su pequeña hija.
-Todo es gracias a Earth- se levantó esta y fue hacia ella.
-Tenemos que irnos ya- informo Yiwa ayudando a levantarse a su muy embarazada esposa.-Benditas las niñeras- agradecía subiendo la mirada al cielo.
-Pobrecita- se burló Earth acariciando su enorme vientre.
-No sé cómo le hacen- confeso Yiwa llevándose a su pareja para que descansara un poco antes de la ceremonia.
El resto se despidió de la novia, dando sus buenos deseos, quedándose solo en el lugar la esta y su madre, los demás tenían que ir a ver como estaban sus hijos y sus maridos.
La boda se llevó a cabo en España a petición del novio, ya que su familia era muy numerosa y longeva, así que no quería que sus parientes mayores tuvieran que viajar hasta Tailandia. Nadie había tenido ningún reparo con esto, al contrario, conmovió a todos por su preocupación por estos.
Fue un hermoso evento, y muy numeroso. Los de más edad se retiraron temprano, y el resto se quedó a disfrutar del baile.
-Te ves precioso- le dijo Ohm a su esposo con mirada intensa, mientras bailaban entre las demás parejas.
-Ya me los has dicho unas cuantas veces- respondió sonriente- pero nunca está de más.
El más alto rio divertido.
-Me alegro que Intouch haya encontrado un buen hombre- giro suavemente al más bajo al ritmo de la música.
-Creo que todos nos aseguramos de que Antonio fuera un buen hombre.- subió los ojos el castaño.
-Es la pequeña de la familia, teníamos que protegerla- se encogió de hombros como si no hubiera hecho sufrir al pobre hombre.
-Fuiste el peor de todos- le golpeo suavemente el pecho- ni nosotros sus hermanos fuimos tan duros.
-Repito, es la más pequeña de la familia.
-No me imagino como serás con Serena y Molly.- le dijo divertido.
Ohm dejo salir un suave gruñido lo que hizo soltar una carcajada a Fluke.
-Tranquilo papá oso, todavía falta mucho para eso. - acaricio el pecho ajeno.
-Estoy preparado- gruño.
El menor volvió a reír divertido, y se apretó más al otro.
Mientras bailaba abrazada a Noel, Samantha miraba a sus hijos. Ohm y Fluke, parecían muy divertidos, o más bien su pequeño hijo, ya que su yerno tenía una cara muy seria. Boun y Prem estaban susurrándose cosas, sentados en una mesa, y Kao y Eath bailaban muy románticos, mientas el pelinegro acariciaba su enorme vientre. No podía ser más feliz, le hubiera gustado poderle dar hijos a su esposo, pero en ese aspecto, no había podido ser.
Para empezar Noel era estéril, eso lo habían descubierto al inicio de su matrimonio, y en segunda, aunque hubiera podido procrear, había sido muy riesgoso, ella ya no era una jovencita. Pero no quería pensar en eso, sacudió la cabeza sin perder el ritmo. Lo que importaba era el presente, y su familia no era pequeña, tenían cuatro hijos, cuatro yernos, diez nietos, dos en camino y los que faltaban, sonrió.
-¿Esa sonrisa, querida?- cuestiono el padre de la novia.
-Soy muy feliz- le respondió.
-Me alegro, nuestra pequeña hija encontró un buen hombre.
-Así es, todos nuestros hijos son felices, al fin todos somos felices.
-Lo somos querida- le acaricio el cabello con mirada tierna.
La fiesta siguió hasta bien entrada la madrugada, los niños tenían varias horas dormidos junto con sus guardianas. Lo recién casados partieron muy temprano de la mansión Thitiwat, otra de las muchas que estaban por todo el mundo, donde los habían acogido Ohm y su marido.
Ciertamente la familia de Antonio era muy dócil y complaciente, nadie tenía quejas de una familia tan cariñosa, al contrario, estaban agradecidos por que su pequeña Intouch fuera tan afortunada de formar a una familia política con tanta humanidad.
Paso un mes después de la boda, y Ohm les tenía una sorpresa a su familia, esperaba que gritaran de emoción.
-¿A dónde vamos papi?- pregunto Serena sentada en su regazo.
-Es una sorpresa- contesto por milésima vez el pelinegro.
Las mucamas estaban haciendo el equipaje de todos, Darién molestaba a Rei con el juego de las canicas, y Fluke vestía a Molly.
-Papá no te lo dirá- sentencio su hijo mayor tratando de apuntar su canica más grande y brillosa contra las otras pequeñas- a papá le encantan las sorpresas- lanzo la pequeña esfera de vidrio, golpeando las otras que estaban sobre la alfombra.
-No molestes a tu hermana- ordeno el castaño calzándole los zapatos a su hija pequeña.
-No la molesto, solo digo la verdad- dijo muy serio Darién tomando las canicas que había ganado.
Rei grito frustrado por el buen tiro de su hermano.
-Dejen eso que ya nos vamos- anuncio Fluke tomando en brazos a su pequeña.
Los niños tomaron sus canicas obedeciendo al instante, y se acercaron a sus padres.
-Agárrense fuerte- dijo el pelinegro a su esposo e hijos, abrazándolos con fuerza.
La familia Thitiwat Natouch se desapareció en una estela. Todos aparecieron en un lugar con paredes de piedra, era muy grande, pero bastante humedo.
-¿Dónde estamos? - pregunto Fluke mirando todo el lugar, aun con Molly en su brazos.
Sus otros tres hijos veían el lugar con enormes ojos.
-Esto es Aguamarina- les respondió el más grande.
-¿Qué hacemos aquí?- cuestiono de nuevo su esposo.
-Tu y los niños tienen que conocer poco a poco el mundo sobrenatural- no he tenido la oportunidad de traerte aquí- lo miro.
-Yo ya conozco bastante- le beso la mejilla.
-No todo- le sonrió dulcemente.
En esos días visitaron el Rey Tritón y su familia, disfrutaron de varias fiestas y juegos marítimos. Los pequeños estaban encantados, habían tomado una poción para poder disfrutar de los eventos bajo el mar preparados. Habían montado en delfines, y jugado a las escondidas con pulpos, también habían lanzado algunos hechizos contra rocas, convirtiéndolas en sus más preciados deseos. Incluso había hecho participar a su Rey Fluke, el cual tenía alma de niño, y no se había avergonzado de gritar de emoción y reír de felicidad.
-Me agrada mucho Tritón- dijo sonriente el castaño quitándose la playera- parece ser muy rudo y malo, pero no lo es.
-Las apariencias engañan- respondió terminando de desvestirse.
-Lo sé- contesto quitándose el resto de la ropa.
Al día siguiente partirían de ese lugar, y el único que lo sabía era Ohm. Los llevo al Reino de las hadas, aunque Fluke ya lo conocía, sus hijos no, después de eso, viajaron el lugar de los duendes donde los niños habían disfrutado en la búsqueda de la olla de oro al final del arcoíris, habían sorteado varias pruebas dignas de unos niños tan pequeños.
-Pero no tengo sueño- se quejó Serena.
-Si lo tienes- dijo su padre tomándola en brazos- tus hermanos ya están durmiendo- Ohm acaricio la pequeña espalda.
-Puedo encontrar más tesoros- refuto esta.
-Debes de dormir amor- camino hacia la recamara de sus hijos.
-Pero papá- susurro somnolienta.
-Hoy debes de descansar princesa- la acostó en su cama- prometo que mañana será emocionante.
-¿Lo prometes?- pregunto la pequeña en su voz baja.
-Lo prometo- beso su frente, la miro por largo rato con ojos endiosados. Giro su rostro mirando a sus otros pequeños y sonrió.
Regreso a la cama donde su bello esposo estaba dormido plácidamente. Tomo una ducha y se reunió con Fluke, lo envolvió con sus brazos y se dejó llevar por Morfeo.
Al día siguiente tuvieron que despertar a los niños, extrañamente hacían eso. Los niños seguían dormidos después de la estela, su niñera los había ayudado a cargar a la más pequeña. Los llevaron hacia la habitación destinada, y los dejaron descansar.
Omh y Fluke, recorrieron la mansión Thitiwat en la tierra de los aires, el lugar era bastante acogedor, el aire llenaba sus pulmones y las vistas eran impresionantes. Tomaron el almuerzo en un extenso jardín que tenía una gran caída libre.
-Si nadar con sirenas y criaturas marítimas los volvió locos de felicidad, no me imagino esto- opino Fluke sonriendo a su marido llevando su taza de té a sus labios.
-Yo también creo que volar les emocionara mas que haber surcado los mares- concordó Ohm devolviéndole la sonrisa.
-Son almas libres- dejo la delicada taza sobre el pequeño plato.
-Como nosotros- el mayor le tomo la mano a su esposo.
-También yo estoy emocionado- apretó su agarre- ¿Me enseñaras a volar?
-Te enseñare lo que desees. - se inclinó y beso sus labios.
Una de las niñeras anuncio que Molly ya había despertado y reclamaba su presencia, así que se dirigieron con sus hijos.
Al principio los niños se mostraron aburridos y obtusos frente al panorama que tenían frente a ellos, solo eran rocas con grandes vistas, ¿que tenía eso de especial contra el inmenso mar? Después de unas horas, en las cuales tuvieron que tomar un baño, desayunar y escuchar la plática de sus padres donde les decían que debían de ser cuidadosos y cuidarse unos otros.
Los adultos los guiaron por una enorme cueva, que a sus infantiles ojos pareció eterna, hasta que por fin se veía la luz del día. Caminaron lentamente hasta esta, y después de unos minutos llegaron hasta la orilla de la misma.
-Papi, ¿Qué hacemos?- cuestiono Serena a Fluke jalando su brazo.
-En poco lo veras- contesto sin saber realmente que hacían en la orilla de esa profunda cueva, ya que como todos sabían a su marido le encantaban las sorpresas.
En ese momento unas enormes aves de color carmesí envueltas en llamas empezaron e llegar y aterrizaron unos metros bajo de ellos.
-¿Qué son?- cuestiono el gemelo mayor avanzando hacia la orilla.
-Son aves Fenix Gigantus- respondo Ohm tomándolo por el hombro antes de que su pequeño llegara a la orilla.
-Son hermosas- susurro Darién sin apartar la mirada de dichas criaturas.
-Son bastante dóciles- dijo Fluke emocionado - con aquellos de corazón puro, aseguro recordando una de las tantas lecturas que había hecho sobre el mundo mágico.
-¿Estan preparados a volar?- cuestiono el mayor girándose a mirar a su esposo y cuatro hijos.
-Siiii- gritaron.
Ohm tomo a los gemelos de la mano y Fluke a los dos pequeños, no sabía que seguía pero confiaba plenamente en su marido.
-A la cuenta de tres debemos saltar.- anuncio el pelinegro.
Todos lo miraron con grandes ojos.
-Estoy bromeando- les dijo riendo al ver sus caras de susto.- Síganme por aquí- les indico unas escaleras que no habían visto, por las cuales llegarian a una gran roca plana donde los esperaba una gigantesca ave, más grande incluso que las otras que habían visto. Encima de esta estaba una silla de montar, con dos sillones, uno frente al otro. Parecía una gran jaula ya que estaba protegida por barrotes delgados en todo su alrededor, incluso el techo.
-Ella es la madre de los otros Fenix que vimos hace un momento- empezó e explicar el mayor mientras que las crías de esta aterrizaban cerca de ella- no deben de temer nada, como dijo su papi, son muy dóciles y nobles.
Los cuatro niños miraban fascinados ese enorme animal, que parecía más grande que los dinosaurios, como los que habían visto en un museo.
-¿Cómo subiremos papi?- cuestiono Rei jalando su mano.
-Con una escalera- contesto Serena muy orgullosa por su conclusión.
-No podremos montarnos sin su permiso- dijo Ohm mirando a su pequeña y señalando a la gran ave.
-¿Tenemos que pedirle permiso?- pregunto Darién frunciendo su ceño- pero yo no sé hablar lenguaje ave- confeso como si fuera lo peor que le podría pasar, esto causo la risa de los demás, lo que hizo que el pequeño hiciera un puchero idéntico al de Fluke.
-Simplemente haremos una reverencia sincera- dijo sonriendo el pelinegro a su hermosa familia.
-Reverenchia chicheraaaa- repitió Molly sin dejar de mirar a la enorme bestia de color tan llamativo.
-Vengan conmigo- pidió Ohm sonriendo- para hacer esa reverenchia- tomo la mano de las pequeña.
Todos se pusieron frente al ave, imitando a Ohm.
-No se suelte de las manos- ordeno el más alto- a la cuenta de tres todos debemos de reverenciar de corazón, y con nuestro corazón y buenos deseos debemos pedir mentalmente que nos permita montarla.
Y a la cuenta de tres todos se inclinaron y en sus mentes dijeron frases amables, pidiendo montarla para poder ver ese hermoso paisaje que se extendía a sus espaldas. Después de unos segundos la enorme ave inclino su real cabeza dando su permiso. Los pequeños gritaron felices y dieron pequeños brincos en su lugar.
-Es hora de volar- anuncio su padre llevándolos a un costado de la grande criatura.
Arriba de sus cabezas se abrió una puerta, y una extraña fuerza los elevo poco a poco, lo que hizo gritar a todos, menos a Ohm que ya conocía el procedimiento del Fenix. Bajo sus pies estaba una enorme y mullida alfombra carmesí, que los llevaba lentamente hacia arriba, hasta llegar a la altura del manto de la criatura (espalda). Subieron con cuidado sobre las plumas de esta, ya que temían hacerle daño con su peso.
Se sentaron en los cómodos sillones de terciopelo mientras la puerta que no era puerta se cerraba. Al principio mantuvieron sus ojos cerrados cuando sintieron sus estómagos en la garganta hasta que los gritos de júbilo los hicieron abrirlos. Lo que vieron frente a ellos los dejos impresionados, era una vista tan espectacular que los dejo con la boca abierta, obviamente habían viajado muchas veces en avión, pero desde sus pequeñas ventanas no habían podido apreciar lo que sus ojos veían en ese momento, no se llenaban de tanta belleza, era demasiado perfecto.
El tour conformo varias horas, lo cual no había sido suficiente ya que la gigante ave los había llevado a explorar varias tierras mágicas. En algún momento se había vuelto invisibles e incorpóreos ya que habían bajado casi tocando tierra sin destruir nada ni molestar a las criaturas que habitaban en estas. Disfrutaron mucho del paseo, tanto que los niños se habían despegado de los barrotes, ni cuando sus padres les dieron jugos y sándwiches para alimentarlos, esto les causó sorpresa y gracia a sus padres.
Cuando ya estaban de vuelta el sol ya se había metido y aunque los niños querían seguir disfrutando del viaje, se quedaron dormidos en los brazos de sus progenitores. Fluke le sonrió cálidamente a su esposo que estaba frente a él con Molly en los brazos y Darién recargado en su hombro, mientras a sus costados dormía plácidamente Serena y Rei.
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Fluke daba vueltas por su habitación, estaba muy nervioso, ¿Y si él no estaba de acuerdo?, no lo creía realmente, pero aun así los nervios no lo dejaban y le hacían pensar tonterías, se estrujaba las manos. La fiesta empezaría pronto y él se seguía devanando la cabeza con tonterías. Se paró frente al espejo y trato de tranquilizar su respiración, se miro detenidamente, su peinado era perfecto, su hija Serena lo habia trenzado, asi que era mas que perfecto, Darién también había tratado de ayudar en peinar a su papi, pero el pobre no tenía esa destreza, sonrió a su reflejo, observando una trenza bien hecha y la otra algo floja y con cabellos sueltos, se veía perfecto. Rei había elegido el pendiente y collar que llevaría puesto con su atuendo para el festejo, mientras Molly le había ayudado con los calcetines, se levantó el pantalón de vestir, viendo sus peculiares mallas amarillas con lunares rosas.
Sus hijos eran perfectos, lo mejor que le había pasado junto a su amado esposo. Tomo un grande suspiro y salió de la habitación antes de que Ohm lo fuera a buscar, era el octavo cumpleaños de los gemelos, y la fiesta no tardaría en empezar.
Cerrando la puerta, choco con ancho y musculoso pecho, lo que causo un pequeño grito.
-Te estabas tardando- lo abrazo Ohm.
-Lo... lo siento- se disculpó pegando su frente en su camisa.
-Has estado demasiado serio los últimos días- le acaricio el cabello- ¿Qué sucede?- lo separo cariñosamente y lo miro a los ojos.
-Solo es el estrés de la fiesta- mintió valientemente el castaño.
-¿Seguro?- cuestiono sabiendo que su pareja mentía, no sabía por qué, pero lo averiguaría.
-Claro- le sonrió tomándolo de la cintura y regalándole una enorme sonrisa.
-Entonces vamos- le regreso la sonrisa y lo tomo de la mano.
Ese año tocaba temática mexicana, cada año se turnaba un ambiente diferente. El festejo empezó sin pormenores, y todos se divertían de lo lindo, con la lotería, el tequila, las enchiladas, jugar a las canicas y los trompos, todo era del agrado de los presentes. Incluso Ohm estaba vestido de charro, mientras Fluke estaba de revolucionario. Los presentes se veían bastante llamativos en el jardín del castillo de Italia, con tantos colores llamativos y sombreros.
Después de que los niños se abalanzaron al suelo tratando de tomar los dulces que caían cuando la piñata en forma de burro de varios colores reventó por los golpes recibidos y se formaron para recibir su bolsita de dulces, fue cuando Fluke tomo el valor y tomando de la mano a su marido lo llevo a un lugar alejado del bullicio.
-¿Qué sucede?, ¿Por qué me alejas de la pachanga?- cuestiono Ohm divertido en español.
-Tengo algo importante que decirte- dijo nervioso el castaño.
-Sabía que algo tenías que decirme- dijo tranquilo el pelinegro mirándolo a los ojos.
-Sé que es ridículo que me sienta de esta manera- empezó Fluke- y me mortifica hacerlo.
-¿Qué es lo que tanto te inquieta?- le pregunto empezándose a preocupar al ver el estado de su esposo.
-Me siento tan mal por hacerte sentir inquieto por algo que se, no es tanto problema, pero- sollozo.
-No por favor- lo abrazo con fuerza contra si.- no te pongas así- pidió Ohm sintiendo como su corazón se estrujaba- te había notado distante y preocupado, pero no creí que fuera algo...
-Perdón por preocuparme mi oso precioso- lloro casi sin poder hablar- es culpa de las inestables hormonas.
-¿Inestables hormonas?- pregunto desubicado.
-Estoy embarazado- confeso sin dejar de llorar, apretando más la cintura de su esposo- ya tenemos cuatro hijos, y pensé que eran suficiente, y que no querías mas, al verte tan feliz con ellos, pero... pero.
-Voy a ser papá- grito levantándolo a vuelo- voy a ser papá- repitió lleno de júbilo.
-¿No estás enojado?- pregunto Fluke con voz temblorosa.
-Fluke Thitiwat cuando todos se vayan, te castigaré por preguntar algo tan tonto- beso su boca abierta por la sorpresa.
El menor se dejó llevar en cuanto los labios ajenos invadieron su boca.
Después de mucho, los padres de los festejados se dejaron ver en la fiesta. Ohm pido el micrófono del grupo musical mexicano que habían contratado, interrumpiendo el baile.
-Gracias a todos por haber venido- empezó el Rey- para nosotros es muy importante su presencia en esta ocasión- miro alrededor hasta que sus ojos se posaron en su esposo, que seguía tomado de su mano- hace ocho años fuimos los padres más felices, y después lo seguimos siendo- dijo viendo como sus cuatro pequeños se acercaban a ellos, sonrió abiertamente, como rara vez lo hacía frente a otras personas, ya que su familia ya estaban acostumbrados a ese gesto.- La familia Thitiwat Natouch les informa que otro miembro viene en camino- acaricio el vientre de su "Destinata".
Los presentes se dejaron llevar por el jubilo, la mayoría eran seres mágicos, entre ellos Phoebe, que había recuperado su memoria, lo cual fue muy doloroso en su momento, eso hacía más de cinco años, gracias a la petición de Fluke había olvidado todo, ahora estaba junto a Cole su esposo y su pequeña hija Piper.
Los Reyes recibieron a sus gemelas con orgullo, Luna y Sol.GRACIAS A TODXS MIS LECTORXS, AGRADESCO MUCHO QUE TOMEN TIEMPO DE SU PRECIOSA VIDA PARA TOMAR EN CUENTA LO QUE ESCRIBO. NO CREI LLEGAR TAN LEJOS, Y ME REFIERO... A QUE MIS HISTORIAS FUERAN LEIDAS POR TANTAS PERSONAS. SOLO SON DOS, TENGO POCO EN ESTE AMBITO, ASI QUE SOY ALGO INGORANTE EN EL RAMO. POR ESO ESTOY TAN GRADECIDA, LLENAN MI CORAZON DE GRATITUD. DE VERDAD GRACIAS POR SUS LIKES, POR SUS COMENTARIOS, LAS PALABRAS NO ALCANZAN A DESCRIBIR LO AGRADECIA QUE ME SIENTO. ¡GRACIAS, DE VERDAD GRACIAS!!! ESPERO SIGAN APOYANDOME EN LA SIGUIENTE HISTORIA.
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SOLO MÍO (COMPLETA, EN EDICIÓN)
FanfictionSINOPSIS Su padre lo había vendido al mejor postor, Fluke no lo podía creer todavía. Sabía que Boston Natouch nunca había estado en buenos pasos, y que hacia tratos con gente de cuestionable reputación, ¿Pero al grado de salvar su pellejo a costa de...