Llegaron a su destino, y cuando Fluke termino de bajar del tren bajo Ohm, se quedó quieto, pues frente a ellos estaba la rubia del día anterior.
-¿Qué hace ella aquí?- pregunto el menor sin moverse, sintiendo que algo ni iría bien.
-Rebeca y Saint son nuestro abogados amor- contesto volteando a verlo, ya que se habia detenido.
-¿Abogados? – miro al chico que debería de ser Saint.
-Así es, venimos a cerrar un gran trato, y ellos vienen a asesorarme.
-Tú debes ser Fluke- se acercó el rubio a ellos. –Un gusto conocerte, me llamo Saint Suppapong- se presentó con una sonrisa, y le extendió la mano.
-Fluke Natouch, el placer es mío- le estrecho la mano.
-Y ella es Rebeca De la O- señalo a la mujer que lo había seguido. - ambos somos buenos amigos de Ohm.
-Un placer- le dijo el menor a la alta rubia- tratando de que su sonrisa se viera genuina.
-El placer es mío pequeño – le tomo la mano con una sonrisa que no le gusto para nada al más chico. – aunque he de decir que estoy molesta contigo Ohmie- fue y tomo al brazo del mayor- lo tenías bien escondido. - le hizo un puchero.
Fluke clavo la mirada en esa estilizada mano que se aferraba al brazo de su hombre. Ohm a sentir el pequeño cuerpo tenso y esa mirada que mataba, se deshizo del brazo de su amiga con delicadeza.
-Vamos a dejar las cosas a las cabañas- dijo y volvió a tomar la mano de su Polcino para guiarlo por el lugar.
Fluke hervía de coraje, pero sabía que no se podía desquitar con Ohm, así que lo siguió en silencio. ¿Quién se creía esa tipa para tocarlo de esa manera? Se subieron en los autos que los esperaban.
-Amor quita esa cara- ordeno el mayor.
-¿Cuál cara?- pregunto abrochándose el cinturón.
-Esa de Polcino regañado- le dijo tomando su pequeña mano y mirándolo.
-Yo no hago esa cara- se quejó el pequeño mirándolo con el ceño fruncido.
-Si la haces- le dijo suavemente alisando con la mano libre la frente de su pareja.
-Es que…- empezó, pero no sabía que decirle, ya que el realmente no había hecho nada malo.
-Es que estas celoso de Rebeca- Fluke abrió la boca para rebatir, pero el mayor no lo dejo- y no tienes por qué- le sonrío con ternura acariciando su mejilla, y apretando suavemente la pequeña mano. – ella es una vieja amiga, nos conocemos desde niños.
-¿Solo una amiga? – le pregunto inseguro y con miedo de lo podría escuchar.
-Así es, es como una hermana para mí.
-Y… ¿Y nunca fue nada más? - pregunto odiándose a sí mismo, esos malditos celos, no los podía controlar. Nunca había sido tan posesivo, era algo extraño e incómodo.
-Nunca Polcino- le aseguro el mayor tomando su barbilla, ya que este había agachado la cabeza con esta última pregunta. - escúchame bien, Rebeca solo es una amiga, siempre lo ha sido y siempre lo será. Tu eres mi “Destinata”, el único al que amo, mi amor hasta que muera, ¿Me entiendes?
Fluke suspiro aliviado, y asintió con la cabeza, sintiéndose más liviano.
-No me gusta que te toque con tanta confianza- confeso poniéndose rojo.
-No lo hace con maldad corazón- trato de tranquilizarlo.
-Pe… pero- se quejó como niño chiquito.
-Pero nada- le dijo sonriendo ladinamente, y lo tomo de debajo de los brazos y lo puso sobre sus piernas a horcajadas. -Si no fuera porque no tenemos tiempo, te haría el amor aquí mismo. - le empezó a besar el cuello.
-No podemos- le dijo ladeando su cuello para darle mejor acceso.
-Si nos apuramos, podemos tener un rapidito. - le dijo cambiando al otro lado del cuello.
-Llegamos señor- anuncio el chofer.
-Maldición- dijo molesto el mayor separándose y dejando con cuidado a Fluke en el asiento. –Vamos amor. - Le dijo bajando del auto.
Tras de ellos siguió el otro coche, del cual se bajaron los dos rubios.
-Odio el frio - se quejó Saint bajando del mueble, y arrebujándose más en su abrigo.
-Hubieras traído a Perth para que te calentara- le dijo la mujer poniéndose a su lado.
-También odia el frio- dijo.
-Pobrecitos- se burló la rubia entrando en el lugar, moviendo con exageración las caderas, desde el punto de Fluke.
Se registraron, y cada uno fue a su cabaña. Saint a la de él, Rebeca a otra, y Ohm y Fluke la de ellos. Lo bueno es que esa bruja no había intentado acercarse a Ohm, pensó el pequeño entrando en el lugar donde dormirían.
-Wooooow- grito el menor al ver el paisaje atreves de las puertas corredizas de la terraza- esto es, impresionante- corrió los cristales y salió al clima frio.
-No te acerques mucho a la orilla- ordeno el mayor dejando la maleta que Fluke les había preparado la noche anterior con emoción.
-Esto es hermoso Ohm- le dijo sin apartar la vista de ese paisaje de ensueño, recargándose en el barandal de madera.
-Me alegro que te guste Polcino- dijo tras el alejándolo de la orilla, y abrazarlo por detrás.
-Me encanta, gracias por traerme- le dijo recargando su cabeza en el pecho del más grande, y poniendo sus delgadas manos sobre las más grandes que rodeaban su vientre.
-Tengo una reunión en cinco minutos- le dijo sobre su cabeza- y en este momento es lo último que quiero, alejarme de ti. Así que, ¿Me quieres acompañar? - beso su coronilla.
-¿Una aburrida junta con abogados?, si digo que no, ¿Sabrás comportarte?.- se giró para mirarlo a la cara.
-Yo siempre me porto bien- le dijo sonriendo y bajando sus manos al trasero del menor.
-¿Seguro?- le pregunto bajando un lado su rostro para señalar las enormes manos que en ese momento masajeaban su retaguardia.
-Solo tú me haces portarme mal- le contesto empezando a darle mordiditas en su cuello. - sabes tan delicioso- gruño lamiendo la tierna piel.
Fluke empezó a respirar pesadamente, y dejo que sus manos viajaran entre ellos y con presteza desabrocho el pantalón de Ohm.
-¿Qué crees que haces Polcino?- pregunto reteniendo la respiración al sentir que su ya erección, era rozada por el mas pequeño.
-Te quiero dentro- dijo desvergonzadamente.
-No, no podemos- jadeo.
-Si podemos, su alteza- contesto con voz sensual, tomando el miembro entre sus manos.
-Demonios- se separó y con presteza tomo en brazos al menor y lo llevo a la cama. - tendrá que ser algo rápido- sentencio con mirada seria, quitándose la ropa inferior, dejando ver su gran pene excitado.
Fluke con rapidez se desnudó, sin dejar de mirar a su pareja.
-Ven acá- invito con mirada velada, poniéndose en cuatro. Nunca lo habían hecho así, pero había investigado al día anterior en la computadora de Ohm. Después de regresar de su paseo, este le había dado la clave de la puerta del Penth house, y a su lap top personal, y también le dijo que le regresaría su teléfono celular. No sabía por qué no se lo había dado de inmediato, pero eso no importaba.
Ohm se éxito más sobremanera, si es que eso podía ser posible. Nunca se imaginó que su Polcino se expondría de esa manera, tan vulnerable y solo para él. Se subió lentamente a la cama, ya que no quería perder la vista que le ofrecía el más pequeño.
-Espera- dijo el mayor alejándose rápidamente y tomar su teléfono para teclear algo, lo dejo de nuevo sobre la mesa y regreso a la cama.
-Si no te apresuras, la vergüenza me ganara, y salimos perdiendo ambos- anuncio Fluke, empezándose a sentir tonto en esa posición.
-Nada de eso Polcino- dijo Ohm tomando su trasero entre sus manos- de aquí no te vas amor.
Abrió esa abertura que lo llamaba, y se deleitó con la vista que le ofrecía el fruncido circulo rosado. Se inclinó, y sin demorar más, lo saboreo. Fluke retuvo su respiración al sentir esa lengua tan diestra sobre una de sus zonas más sensible. Ohm se deleitó lamiendo y saboreando el líquido que el pequeño empezaba a soltar.
-Sabes tan dulce mi Polcino- le dijo roncamente, y prosiguió con lo suyo. El menor empezó a retorcerse de placer.
-Por favor- pidió apoyando la frente en el colchón.
El más grande tomo el miembro del otro, y empezó a masturbarlo. Introdujo con cuidado un dedo en la abertura rosada, y empezó a imitar el movimiento del vaivén que le gustaría estar haciendo con su pene. Cuando lo sintió más dilatado, introdujo otro dedo, logrando sacar un pequeño grito del afectado. Siguió un rato así, hasta que ya no pudo más, y apunto si erección hacia la entrada. Con cuidado empezó a introducirse, tomando las pequeñas caderas, enterrando los dedos en la delicada carne.
Empezó el vaivén, lentamente para no lastimar a su Polcino.
-Du…duro- susurro entre jadeos el más pequeño.
Si Ohm fuera una persona normal, no hubiera entendido lo que Fluke había dicho, pero como era un ser sobrenatural, un vampiro, ese pequeño susurro lleno de súplica, había llegado a sus oídos, alto y claro. Así que hizo lo que su “Destinata” le pedía, empezó a hacerlo duro, apretando los dientes y disfrutando del placer.
Fluke no podía evitar gemir y gritar.
-Siiiiii, asiiii, más duro- decía el menor mientras sus caderas no dejaban de moverse.
El placer los invadió, haciéndolos terminar en el éxtasis mas delicioso, que una pareja puede compartir.
Ohm se dejó caer en la espalda del pequeño cuerpo. Ambos jadeaban, con sus cuerpos sudorosos y pegajosos.
-Sabes que llegaremos tarde a la junta. - dijo el más grande aun cansado sin moverse.
-Ellos lo entenderán- contesto satisfecho el menor.
-¿Que tardamos por estar haciendo alocadamente el amor?- pregunto divertido, haciendo rodar su cuerpo para caer a su lado.
-Claro, ¿Por qué más? - le dijo moviéndose para poder mirarlo.
El más grande rio, sin poder creer lo que acaba de escuchar.
-Eres un sinvergüenza- le dijo divertido y lleno de ternura, también girándose para verlo.
-Así me amas- contesto muy seguro.
-Obvio que sí, mi bello pollito- le contesto en español acariciándole el brazo.
-También te amo- le dijo dándole un beso pequeño en los labios- tomemos un baño- se levantó muy sonriente y desnudo y se dirigió al que creyó era el baño.
Se ducharon entre caricias y besos castos. Deshicieron la maleta y se vistieron.
-Te aclaro- empezó el pequeño terminándose de peinar- que voy a esa aburrida reunión solo para que esa oxigenada no se te suba.
- ¿Oxigenada? - pregunto divertido Ohm, terminando de abrochar su camisa.
-¿Acaso es natural?- le dijo volteándose para mirarlo, levantando una de sus cejas.
-Temo decirte que si es natural- contesto tomando la corbata que usaría.
-¿De verdad?- le pregunto acercándose a él para anudarle el lazo.
-Para mí, es oxigenada- hizo una mueca de desagrado- ya sabes, toda ella, artificial- empezó a hacerle la corbata.
-No tienes muy buena imagen de ella- le dijo serio.
-Ni un poco- confeso sin tapujos Fluke, terminando de acomodarle la corbata.
-¿Confías en mí?- le tomo ambas manos.
-Totalmente- contesto mirándolo a los ojos.
-Entonces, eso es lo único que importa.
-Así es- confirmo el menor con una sonrisa.
-Entonces vamos, que nos esperan.
Llegaron cuarenta minutos tarde a la junta, pero nadie dijo nada sobre eso. Lo único es la cara de desagrado de cierta rubia.
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Prem no podía creer lo que estaba haciendo. Sus manos estaban sudando, y su respiración era errática. ¿Por qué lo había hecho?, no lo sabía. Bueno, sí, todo eso era culpa de Earth, le había metido ideas ridículas en la cabeza. ¿Y si no venía?, nunca le había contestado el mensaje, así que posiblemente el estaría con taquicardia, por nada.
Se levantó de la cama, era mejor irse, se dijo, arrepintiéndose de todo. La puerta se abrió si avisar.
-Una suit presidencial, no me lo esperaba- dijo el rubio entrando en el lugar.
El pelinegro se quedó quieto, no sabía qué hacer. Ya estaba arrepentido de su decisión.
-Creo que esto fue un error- dijo y trato de salir.
-Nada de error- lo detuvo antes de que llegara a la puerta.
-Déjame ir- pido agachando la mirada.
-Nunca te dejare- le respondió Boun, haciendo que diera un par de paso hacia tras.
-De verdad, no sé qué quieres de mí. - exclamo sintiéndose acorralado.
-Lo mismo que tú quieres de mi- le respondió serio.
-Yo no quiero nada contigo- le dijo mirándolo a los ojos.
-Eso no es cierto- dio un paso hacia delante.
-Claro que sí, desde que te conozco, me has hostigado y molestado. - le recrimino.
-Reconozco que, no he hecho las cosas de la mejor manera- dijo acercándose un poco más. -Pero tú sabes que todo pasa por algo.
-Algunas cosas sí, pero esto- los señalo a ambos- esto no.
-No lo niegues mas- dijo levantado la voz.
-No estoy negando nada. - exclamo alterado.
-Si lo haces- se acercó con rapidez tomándolo de los brazos.
-Déjame ir- exigió con los dientes apretados.
-Sabes que eso no lo hare- dijo en un susurro- llevo casi un año tratando de enamorarte.
-¿Enamorarme?- pregunto con cinismo- llamas enamorar, al acoso que has hecho todo este tiempo, pero yo lo veo como acoso, y hostigamiento.
-Prem, tu eres mi “Destinata”, y eso no se puede cambiar.
-¿”Destinata”?- Pregunto sin entender.
-Mi pareja destinada- respondió acariciando su rostro con ambas manos.
-Debes de estar bromeando- le dijo son separarse de él.
-No lo hago- al terminar, capturo sus labios con pasión.
Prem no quería responder, no quería sentir nada, pero su cuerpo y su corazón que latía apresuradamente no le hacían caso. Se dejó llevar por todos los sentimientos que lo abrumaban, y no pudo hacer más que dejarse amar y devolver al favor, por segunda vez.
Cuando sus cuerpos estabas saciados y sudorosos, el pelinegro se preguntó que debía hacer. No sabía si era el destinado de Boun, y tampoco sabía lo que realmente sentía por él, lo único que ya tenía claro, era que no podía seguir con su matrimonio.
Se levantó sintiendo aun su cuerpo pesado, y con piernas temblorosas.
-¿A dónde vas?- pregunto volteando a mirarlo.
-Tengo cosas que hacer- respondió buscando su ropa en el piso.
-¿Algo más importante que yo?- también se levantó de la cama.
-No sé lo que está pasando- dijo poniéndose el pantalón- pero necesito terminar mi compromiso- confeso poniéndose la camisa.
-Siendo así- Contesto bastante sorprendido el rubio – te dejo ir.
-No te tengo que pedir permiso- salió de la habitación sin mirar atrás.
El rubio se dejó caer de nuevo en la cama, con una gran sonrisa.
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La reunión, desde el punto de vista de un Botánico, era bastante aburrida, pero ni loco se separaba de Ohm, estando esa bruja cerca.
-Les agradecemos su confianza- dijo Off Jumpol, terminando de firmar la última hoja.
-Yo estoy agradecido- expreso Ohm- las hadas de la tierra media son muy importantes para nosotros.
-Y ustedes para nosotros- expreso Gun, tomando la mano de su Rey y esposo.
-Me alegra que todo haya salido bien- Saint miro a los presentes- como ya se vio, todo fue solo un mal entendido.
-Así es- prosiguió el Hada Rey- nuestro pueblo también se alegrará- se levantó, llevando con él al padre se sus hijos.
-Pronto nos comunicaremos- anuncio la rubia también levantándose, al igual que el resto.
La pareja Jumpol, hizo una reverencia, y desaparecieron del lugar.
Fluke había guardado silencio en toda la junta. Había escuchado algunas cosas que no entendía, y otras que solo había leído en cuentos. No había querido interrumpir con sus dudas, pero era obvio que lo que Ohm le había pedido leer anteriormente, era verdad. Todas esas criaturas, eran reales. Eso lo asustaba.
-Gracias por su arduo trabajo- dijo Ohm a sus abogados.
-Esto merece una celebración. Dijo el rubio feliz.
-Tendrán que festejar solos, Fluke y yo ya tenemos planes- contesto el mayor.
-Siendo así, Rebeca y yo iremos a la cantina- anuncio Saint jalando a la mujer, tomándola por sorpresa, y sacándola del lugar.
- ¿Y qué te gustaría hacer? -pregunto el más alto en cuanto se quedaron solos.
-Siendo sincero- empezó Fluke- tengo muchas preguntas.
-Pediremos comida, que la lleven e la habitación- ofreció Ohm- ¿Qué te parece? - lo volteo a ver.
-Me parece bien- respondió con un semblante nervioso.
Ambos se dirigieron a la recepción tomados de la mano, y el mayor hablo con uno de los jóvenes, para pedirle la comida. Fueron hacia su cabaña. El más pequeño no sabía que decir en todo ese tiempo.
-Lamento que todo esto te haya tomado por sorpresa- se disculpó el más grande cerrando la puerta. –Sé que todo es nuevo para ti, pero esta es tu vida ahora.
-Reconozco que es bastante impresionante- dijo Fluke.
-Por eso te pedí que me acompañaras, para que conocieras mi mundo. - lo miro directamente.
-Te lo agradezco, le sonrío nervioso- pero también estoy bastante sorprendido, y asustado.
-No tienes por qué estarlo- lo abrazo cálidamente- yo estoy contigo- lo apretó a su cuerpo.
Fluke le regreso el brazo.
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SOLO MÍO (COMPLETA, EN EDICIÓN)
FanfictionSINOPSIS Su padre lo había vendido al mejor postor, Fluke no lo podía creer todavía. Sabía que Boston Natouch nunca había estado en buenos pasos, y que hacia tratos con gente de cuestionable reputación, ¿Pero al grado de salvar su pellejo a costa de...