Capítulo 29.
El momento cursi se esfumó cuando él y yo tuvimos que irnos por trabajos, tareas e incluso exámenes. Pero qué se le puede hacer.
Estuve vagando por ahí sabiendo que tenía que hacer un ensayo de un tema que no era difícil. Pero no quería hacer eso en este momento. Prefería caminar a solas pensando en tonterías hasta que choqué con una persona.
Pareció desequilibrarse un poco y aproveché para ver quién era. No le reconocí la cara, era una chica de mi estatura con su cabello recogido en un moño, la cara limpia sin maquillaje y sin ninguna imperfección. Sus brillantes ojos que ahora trataban de enfocarse a mí estaban entrecerrados y no pude ver de qué color eran.
Llevaba un pantalón color gris y una sudadera tres tallas más grande color morado. En sus pies traía unos bonitos tennis de marca.
Me fijé un poco más y pronto caí en la cuenta de que la muchacha que se encontraba frente a mí era la inigualable Lindsey, pero con la grata sorpresa de que estaba siendo... normal.
Me miró atónita, luego entrecerró los ojos y siguió su camino moviendo exageradamente las caderas a pesar de que nadie siquiera la estaba mirando además de mí. Siguió de largo el edificio principal y pronto desapareció de mi vista, dejándome intrigada.
A decir verdad se veía bien sin capas y capas de maquillaje, debería aprovechar el hecho de que tiene un muy alto nivel de belleza natural.
Aunque era lo único bueno que parecía que tenía en su vida. No sabía mucho de ella, y no debería juzgar, pero a simple vista se veía una persona superficial. De esas que les importa más su apariencia que utilizar un gramo de su cerebro. No todas las chicas bonitas y rubias eran huecas, ese era un error común de creer hoy en día. Por motivos que desconozco a la mayoría de las jovenes atractivas les llamaba la atención ser rubias. Y no todas las rubias eran huecas sin saber utilizar el cerebro.
Me encogí de hombros y seguí con mi camino que no era mucho pero iba tomándome mi tiempo. Podía salir un secuestrador loco merodiando por ahí, pero de igual forma continué disfrutando del anochecer que estaba culminando, dejando colores oscuros por todo el lugar, provocando en mí; ahora sí, un destello de miedo en mi estómago teniendo un mal presentimiento.
Mi mal presentimiento no estaba ligado con asesinos seriales, secuestradores o personas con mentalidad pervertida. Mas bien se aliaba con chicas en tacones altos, bolsos del color de las faldas haciendo combinación y listones perfectamente acomodados en cabellos planchados o rizados de todos los colores posibles.
Una de ellas era una chica muy alta, de piel morena, con el cabello negro hacia un lado y sus labios más grandes que los míos y los de Liz juntos. Llevaba un pequeño vestido un poco corto de color azul eléctrico.
Me miró como si estuviera viendo a un zombie comiendo a una persona. Me quedé estática. ¿Era tan normal todo esto? No, mejor ni respondo.
—¿Y tú eres? —pregunté mirando hacia arriba. ¿Cuánto mide, 1.90?
Soltó una risa y a regañadientes dio pasos cortos hasta alcanzarme, quedando unos cuantos centímetros lejos, se veía más alta ahora, necesitaba ayuda.
—Mas bien ¿Tú quién eres?
Esto se estaba volviendo ridículo. Detrás de todas estas señoritas venía corriendo ahora con tacones altos Lindsey, de verdad que cambiaba muchísimo. ¿Nadie siquiera tenía frío? Venía con un vestido entallado color verde limón, zapatos a juego, bolso y accesorios combinados. No, no tengo sentido de la moda a comparación de ella. ¿Cómo diablos se cambió tan rápido?
—¿Alguien puede explicarme qué está pasando? —solté irritada. Lindsey se acercó a la altura de la otra chica frente a mí y ambas me aniquilaban con sus ojos malévolos, me hacía cada vez más pequeña.
—Te advertí que Elliot era nuestro novio ¿O acaso no te dije que te alejaras?
—Acabas de decir "era" o sea que ya no lo es. —Sonreí cínicamente. No quería rebajarme a su nivel, pero sinceramente todos estos jueguitos tontos me estaban cansando. Me quedó claro ahora que ellas eran del club de fans, por así decirlo. No me gustaba la idea de que él tuviera fans, es un muy buen chico ¿Pero qué hizo para tener a varias chicas detrás de él? Parecía un dios para ellas. Podía asegurar que lo alababan cada vez que pasaba a un lado de ellas.
La chica con el vestido azul y Lindsey rodaron sus ojos automáticamente.
¿Estaba mal si quería reírme? Era tan tonto esto, y no quería aceptar que me daba algo de celos por lo que con la poca dignidad que me quedaba, me traté de ir.
Estaba funcionando porque ahora ellas estaban hablando de no sé qué cosas.
Rodé los ojos y me fui, al fin pude apartarme de esa multitud loca. ¡Sí que estaban locas! En serio ¿Qué le sucede al mundo hoy?
Como sea.
Me encontré a Matt cuando me acercaba a mi edificio más tarde.
—Hola Jessie —habló entusiasmado e incluso se acercó a mí y me dió un sonoro beso en la mejilla, me carcajeé porque, aunque él era así, no muy a menudo demostraba tanto afecto.
—Hola tú ¿Por qué tan feliz? —Pasó su brazo por mis hombros y caminamos así.
—¿No se puede estar feliz? —Lo miré y me reí —. Okay, me siento raro.
—¿Cómo que raro? —Llegamos hasta mi edificio y subimos por las escaleras, él no quería ir por el elevador porque dijo que en la noche le daba miedo, sí claro sólo en la noche —. Habla ya, me tienes con intriga Matt.
Se rió todo el camino hasta que quedamos frente a mi puerta. Pensé que Liz no estaría, pero al abrir la puerta ambos nos dimos cuenta de varias cosas.
1. Llevaba un vestido súper ajustado y demás corto, su cabello estaba rizado y a un lado y además de todo, llevaba zapatos altísimos
2. Estaba tan sumergida en la conversación que estaba teniendo por el celular que no nos notó.
3. Escuchamos una parte que hizo que mirara extrañada a Matt. Ella dijo: "gracias por tratar de ayudar, pero no funcionó Rider, ella sigue enganchada con su novio. ¡Ni siquiera Lindsey puede hacer nada y ella sí que está loca, por Dios!
Y fue ahí donde casi todo me vino a la mente. La constantes salidas, el repentino acercamiento con Rider y que éste viniera a mí, las extrañas chicas bonitas, ¿todo era culpa de mi mejor amiga? ¿Cuándo siquiera pasó esto? Qué tonta.
—¿Qué dijiste? —preguntó Matt con el ceño fruncido, yo me había quedado muda.
Liz colgó rápidamente y se giro lentamente como en esas películas dramáticas fulminándonos con la mirada al principio para después abrir los ojos como platos.
—Yo... eh, era una broma —sonrió, pero no le creí —. ¿Qué hacen aquí?
—¿Te sientes bien? —siguió hablando Matt, se acercó a ella.
—S-sí, yo... Jess, espera.
Me había ido, pero fue muy rápida, me sujetó.
—Déjame explicarte.
Matt contemplaba la escena y corrió a ponerse a un lado de mí, me miró y asintió, caminamos dentro de la habitación y nos sentamos.
Lo peor de las traiciones es que nunca vienen de un enemigo...
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No soy constante :/ lo siento. Pero intentaré actualizar más seguido.
¡Ya se acercan las vacaciones! :DXx
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Be Yourself
Rastgele《No quiero enamorarme》《No quiero enamorarme》se lo repetía muchas veces en el día, pero cuandro Jessie entra a la universidad no sólo ve a un chico que la vuelve loca. ¡Sino dos! Lo peor es que comienza a llamar la atención y nunca le gustó eso. Tamb...