Fiestas navideñas.

17 2 0
                                        

Capítulo 38.

Un mes después las cosas habían mejorado considerablemente.

Al fin podíamos disfrutar de vacaciones, era diciembre y estaba en familia.

Mamá había hecho un espacio en su apretada agenda para que pasáramos las fiestas juntas. Lo cual, la verdad era demasiado sorprendente.

Además me permitió invitar a mis amigos: Elena, Matt, Rider y por supuesto mi novio.

Me preguntó por Liz pero la verdad no podía responder nada.

Digo, ¿qué podía decirle? Realmente nuestra amistad se terminó de una manera estúpida y boba.

Primero nos distanciamos, ya no era lo mismo, pasaba tiempo con sus amigas y yo con los míos. El sentimiento de añoranza me atravesaba siempre; sin embargo nunca pasamos el debido tiempo juntas. No como antes.

Después mis celos porque ella tenía incontables amistades por doquier, incluso me hacía sentir como plato de segunda mesa.

Además se puso súper mal con el hecho de que Elliot estaba saliendo conmigo.

Era más bien una amistad tóxica. Los recuerdos siguen ahí; pero no se seguirán creando más.

La primer persona que tocó el timbre fue Elliot -como era de esperarse- además cuando mamá abrió la puerta, el chico le entregó un ramo de alhelís. Sus flores favoritas.

Y no, no sabía que él sabía ese dato de mi mamá.

A mí me regaló un bonito peluche de un perrito sosteniendo una enorme fresa. Estaba lleno de un aroma en partícular.

Ese olor me recordaba tanto al primer día que lo vi, en enero... cuando su mera presencia me irritaba.

La fresa tenía escondida una foto de nosotros dos. Era demasiado tierno que lo abracé sin importarme que mi mamá estuviese ahí.

—Ugh, muestras de amor —Salió de la habitación disgustada pero yo sabía que tenía una sonrisa en su cara. Mamá había cambiado demasiado su actitud desde que el trabajo ya no le consumía tanto tiempo.

—Víspera de Navidad y tu novio no podía faltar —sonrió ampliamente —, además mi papá ha estado menos ocupado últimamente y quizás pasemos año nuevo juntos.

Me pidió que cerrara los ojos por un rato y cuando me dijo que ya podía abrirlos, frente a mí se encontraba el ser más tierno del mundo.

Danny venía vestido como un reno con una enorme nariz roja y sus mejillas a juego.

En cuanto me vio abrir los ojos su carita se iluminó en seguida y abrió sus bracitos para que lo cargara.

Detrás de ellos estaba... Heather.

—Cuida bien a mi Capitán —le dijo a Elliot sonriendo de lado y poniendo su mano en su frente para hacer un saludo. El niño le sonrió de vuelta aún en brazos de su hermano.

Elliot asintió y después la chica desapareció en su auto. Llevaba el cabello rubio platinado y sus facciones se marcaban más haciendo que luciera aún más hermosa.

Mamá regresó hasta nosotros e inmediatamente que vio a Danny, se lanzó a él abrazándolo y llenándolo de besos.

*

—¡Un muérdago! —grité al ver a Matt y a Elena debajo de uno.

Rider me miró mal. Pese a nuestras diferencias era un chico muy agradable.

La pareja sonrió y se besaron tiempo después.

Elliot le tapó los ojos a su hermano y Rider los suyos.

Yo me reí por la reacción de todos.

Ya era de noche.

Aún faltaban dos días para Nochebuena pero mi madre había aceptado con gusto que todos se quedaran.

Obviamente en una habitación alejada de la suya y la mía.

El árbolito de Navidad había sido puesto hoy porque Matt, Rider y Elliot habían ayudado. Digamos que a mi mamá no le apetecía estar decorando para el mes de diciembre.

Elena y yo lo llenamos de escarcha, esferas, cartas que habíamos hecho los cinco (infantiles todos), y uno que otro moño a juego.

Debajo estaba un tapete de un dorado brillante que decía Feliz Navidad en diferentes idiomas.

Estábamos todos frente a la chimenea.

Mi mamá ahora tenía al pequeño Danny en sus brazos con una cobija encima. Elena y Matt estaban en el suelo sentados con otra manta. Rider estaba mirando el fuego detenidamente y Elliot y yo en el sillón más grande con una taza de chocolate caliente.

—Puras parejitas aquí —se burló mamá arrullando a Danny.

—Sí señora, esto es horrible —concordó Rider haciendo una mueca de disgusto que nos hizo reír.

—Llámame Marie —sonrió feliz.

Rider sonrió. Su sonrisa era muy bonita e irradiaba felicidad al fin, después de mucho tiempo.

—Al parecer éste muchachito —señalo a un adorable Danny dormido —debe ir arriba a descansar.

Mamá subió dejándonos a todos mirando al fuego de la chimenea.

—Gracias por invitarnos a todos Jessie, en verdad. —Elena dijo con una gran sonrisa tomando la mano de su hermano y la de su ahora novio.

Me encogí de hombros —No hay de qué, son todos mis amigos.

Elliot levantó las cejas y me hizo reír. Le di un pequeño beso en la mejilla y después bajó mamá.

—¡Traigo películas!

*

—Demonios mujer, ¡no entres ahí!

Sin duda la película era nada más y nada menos que de miedo. Rider era quien se encargaba -junto con mamá- de gritarle a los protagonistas de la película.

Mientras todos los demás reíamos, o en mi caso... taparme un poco disimulando el miedo que me daba, no era mucho pero bueno.

Aunque me daba risa cuando le gritaban a la pantalla desesperadamente. Parecían niñitos pequeños revolviéndose en su asiento inquietos gritándole al televisor.

Era tan extraño que pasara navidad de ésta manera.

Desde lo que sucedio con mi papá, la época más horrible del año era ésta.

Como mi mamá se sentía algo culpable pese a que ella no tenía nada que ver, prefería que yo pasara la navidad en Oklahoma con mi abuela.

No me quejaba de eso, me agradaba pasar tiempo con ella, es de esas personas que las ves y te dan ganas de abrazarlas. Lo malo es que nunca lo pasábamos las tres juntas.

Mis abuelitos se divorciaron hace años, aún frecuentaba a ambos hace tiempo; pero después ella comenzó a salir con alguien más.

Y parece que él me odia.

No quiero que mi abuelita se quede sola y amargada pero tampoco me cae bien él.

Quisiera que ella pudiera venir aquí, a la "ciudad".

Trato de disfrutar estar con todas las personas a mi alrededor, este año ha tenido sus altas y sus bajas. Me alegra mucho poder demostrar quién soy sin temerle al qué dirán.

Al fin y al cabo de eso se trata la vida ¿no? Descubrir quién eres y ser tú mismo siempre. Porque las cosas siempre están cambiando que a veces se nos va de las manos.

_________________________

Vaya, penúltimo capítulo. Esto no se acaba hasta que se termina. ¡Gracias a todos!

Be YourselfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora