Rider y Elena.

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Capítulo 15.

Los dos chicos asienten y a regañadientes se marchan a la habitación de al lado. Supongo que estando a solas se pondrá más extraño con ellos dos. Pareciera que se odian.

La tensión que se sobre cargaba en el ambiente disminuyó un poco, pero la mirada matadora de mi amiga me puso nerviosa, a veces llegababa ser así, puede que sea bonita, atractiva, pero también tenía sus días de mala.

Tuvo que ser especialmente esta noche para que ella me sermoneé y más en la madrugada, no tengo ni idea de lo que pueda decir, así que sólo me limito a sentarme —y tratar de ponerme cómoda— para averigüar de una vez por todas lo que pasa en la mente de Liz. Que solían ser muchas cosas extrañas, a veces atemorizantes pero bueno.

—Si piensas que estoy molesta, pues te equivocas, parezco una chiquilla bipolar, estoy feliz de que al fin Elliot haya dicho algo productivo —salta Elizabeth con ojos curiosos y tomándome de la mano —, además de que odio admitirlo pero se ven bien.

Definitivamente esto si que no me lo esperaba ¿No hace menos de 24 hrs. Qué me confesó que él la había rechazado? Intento hacer una sonrisa la cual falla y me safo de su ligero agarre. Definitivamente una chiquilla bipolar, o algo así.

—¿No era que te atraía o algo parecido? —dije con una mueca tratando de entender todo este embrollo en el que ahora estaba metida.

Asintió lentamente.

—Atracción, pero no estoy babeando por él... Además mañana podemos salir a tú casa o algo ¿Qué te parece?

Que alguien me pellizque porque me estoy hundiendo en un mar de confusiones. Levanté una ceja y me acerqué a abrazarla, creo que mi amiga está más que loca.

Ella ha dado fin a la conversación cuando asentí repetidas veces, llamó a los chicos y se despidió, dejándome sola e incómoda.

Pero Matt sólo sonrío y me dió un beso en la mejilla, me dice adiós con la mano y se retira cerrando ligeramente la puerta con una sonrisa pícara, que por cierto, me asusta.

Me giro encontrándome a Elliot con su camiseta negra y su chamarra negra que lo hace parecer más atractivo si eso es posible.

No sé qué decirle pues me ha incómodado que me haya besado, no parece ese tipo de chicos, pero bueno, no es que lo conozca muy bien.

Y ya te besó. Sí, lo hizo, lo sentí tan bien y tan mal al mismo tiempo, quiero gritarle muchas cosas y a la vez hundirme en mi cama, comer chocolate y jamás volver a dirigirle palabra alguna por la vergüenza que me carcome. Claro, Elizabeth la bipolar.

—Bonita noche —se burla acercándose a mí lenta y sutilmente.

—Dirás agitada y agotadora —me cruzo de brazos ignorando cualquier llamada de mi cerebro para verle a los ojos.

Sonríe de lado y me da un pequeño beso en la frente —Ugh, qué cursi— y siento un cosquilleo, escuchó como se va alejando y abre la puerta.

Me giré y ví por última vez su rostro esa noche.

* * * * *

Eran las 10 de la mañana y apenas había despertado, giré a ver la pila de mi celular y ya se había descargado, maldije por lo bajo y lo conecté al cargador, no creía utilizarlo así que me metí al baño a ducharme.

Después de haberme bañado, me coloqué mi suéter color gris, unos pantalones negros e hice de mi cabello un moño, colocándome también mis converse favoritas.

Salí encontrándome a mi amiga viendo televisión y comiendo palomitas, alcancé a decirle que salía antes de que se ríera por lo que sea que estaba viendo y logré que saliera un ajá de su boca, dudo que me haya puesto atención.

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