Basta.

45 5 3
                                    

Capítulo 27.

¿Y es que alguien podía ser así de perfecto?

No, nadie es perfecto, pero puede ser que esa persona se vuelva casi perfecta para ti. ¿Cómo? Mira más de una vez y aunque veas e identifiques todos y cada uno de sus defectos pensarás que es casi perfecto. Así qué; bienvenido, estás enamorado.

No esperes no salir dañado.

Ambos estábamos sentados ahí conversando de cualquier tema que se nos viniera a la mente.

—¿No has visto a Rider? —preguntó, pero no supe si fue molesto o preocupado.

—Sí... Pero no he estado a solas con él —Intenté dar explicación —. Si es lo que pensabas.

—¿Habías pensado o sospechado antes que tú le gustabas o algo? —Temas muy comunes que pregunta un novio cualquiera a su novia. ¿Verdad?

—No, siempre fue como un cretino, pero me hacía reír.

Me miró divertido, quería aligerar el ambiente aunque no sabía cómo hacerlo. Pero pronto oscureció y decidimos marcharnos de regreso a la institución.

Estando cada quien por su lado todo fue más relajado.

Ya en mi habitación me encontraba sola nuevamente por la desaparición de mi ahora 'supuesta amiga'. Últimamente estabamos distanciadas, me dolía; pues de las dos quien más trataba de arreglar las cosas era yo, aunque no me funcionaba puesto que ella no me escuchaba o se hacía la indiferente.

Me senté en el pequeño sofá que estaba ahí, es increíble como han pasado las cosas tan rápido y además de eso, demasiado.

—Hola —Le marqué a Matt porque hasta ahora, era el único que me respondía tan rápido en cuanto yo le marcara.

—Hola Jessie —respondió entusiasmado y eso hizo que se me contagiara la emoción, aunque ya lo estaba. Pasar todo un día con Elliot mejoraba mucho mi estado de ánimo.

—¿Has visto a Liz? —Corté el silencio que se había creado, aunque no duró mucho.

—Nop... creí que ya estaban juntas —habló con tono misterioso, como si hiciera que me planteara varias dudas. Y así pasó.

¿Por qué desaparecía todo el tiempo? ¿Adónde iba todo el día? A veces ni siquiera la veía por las noches, que era cuando solía llegar. Todas eran preguntas hipotéticas, pues sabía que no iban a ser respondidas.

—Aguarda... —interrumpió mis pensamientos causando más intriga en todo esto —. Elena dijo que tampoco ha visto a su hermano, lo cual es raro porque siempre suelen estar juntos.

—Tienes razón, qué extrañ... Ah ¿Estás con ella ahora mismo?

—Eh... ¡Me tengo que ir Jessie! Cuídatequieromuchoadiós —Lo dijo tan rápido que ni siquiera pude contestarle de regreso. Qué raro.

Sin más que decir me dirigo al baño para hacer todo lo necesario y además tomar una ducha.

Pero antes de que pudiera hacer todo eso, escuché como tocaban la puerta haciendo que me sobresaltara, pensado que era Liz; tomé una bata, que me coloqué después y fui hasta la puerta a abrir.

—¿Otra vez se te olvidaron las ll... —Me interrumpí yo sola por la sorpresa —¿Qué se supone que haces aquí?

—¡Mi chica favorita! —Rider pasó sin mi permiso y por instinto apreté más el lazo que sujetaba mi bata.

—Creo que debes irte... —sugerí amablemente.

—Yo creo que no —Se acercó —¿No te alegras de verme, cariño?

Muy bien, ¿y a éste qué mosca le picó? Definitivamente no estaba en sus cinco sentidos porque jamás lo había oído hablar así, me asusté.

—No soy tu cariño... Por favor vete.

Lo pensó un momento, negó con la cabeza y pasó su brazo por mis hombros pegándome a él, me estaba sacando de quicio y no podía hacer nada.

—Oh vamos. Todas quieren un Rider en su vida, y la principal deberías ser tú.

—Estás loco Rider.

—Sí —sonrió —Y por tí.

—¿Podrías ser más original por favor? —Me aparté y seguía con su sonrisa burlona. Me quedé lejos.

—Bien, repítelo y trataré de impresionarte, vamos, anda.

Me reí sarcásticamente —No lo voy a hacer, eso es ridículo.

—Anda, anda, anda, anda, anda —repitió varias veces hasta que por cansansio accedí sin saber a qué nos llevaba esto.

—Rider, estás loco —Rodé los ojos. Era completamente tonto.

—Síp, es lo que dice el médico, ya sabes. Uno no puede hacer ciertas cosas porque lo creen loco. Por cierto, tu línea era al revés. —Lo dijo tan pacíficamente que por un momento le creí.

—Bien, ya puedes irte.

—Veo que ya no eres esa chica que intimidé hace varias semanas ¿Verdad? ¿Qué te hizo cambiar?

No supe que decir, me había dejado sin palabras. La gente no cambia ¿O sí?

—Basta Rider, en serio quiero descansar. Por favor vete, quiero estar sola.

Su boca ya no sonreía burlona y se acercó más a mí, plantó un beso en la frente y después se marchó con lo que parecía un rostro avergonzado.

Me quedé ahí de pie ¿En realidad yo le gustaba? ¿Desde cuándo? De igual manera no teníamos mucho tiempo conociéndonos aunque no creo que eso sea un obstáculo, nada podría detener tan fácil a Rider Collins, cosa que me asustó.

*

—¿No has notado raro a Rider? —pregunté dirigiéndome a Elena estando ambas sentadas en la cafetería tomando un café mañanero. Esta vez hacía un poco de frío, por lo que no me importó quedarme más tiempo de lo usual.

—Jessie... Rider es raro por naturaleza, así que no es novedad —dijo riéndose de mí. Su cara pasó de estar burlona a ponerse seria cuando notó que no me causó tanta gracia como a ella —. Está bien, sí lo he notado más extraño de lo usual. Ya no pasamos tanto tiempo juntos como hace poco, por lo que sé, pasa tiempo con Liz.

Asentí pero eso no descifraba aún lo que en mi mente rondaba. Era verdad que pasaba muchísimo tiempo con Liz; diría que la mayor parte del día pues en cada lugar lográbamos verlos.

—¿Crees que estén saliendo? —pregunté cuando ambas ya estábamos en silencio. Frunció los labios y se alisó la falda incómoda. Eso era algo raro en ella —. Eh ¿Te sientes bien?

—Se que es tu mejor amiga —pausó —. Pero hay algo en ella que no me gusta.

—Oh claro, pero Rider es todo un santo ¿O no? —me burlé.

—Bueno... pero algo traman los dos y no me gusta para nada.

Asentí lentamente y de repente ví como Matt entraba y se sentaba a un lado de mí agarrando mi café y dando un gran trago para después mirarnos a ambas. Fruncí el ceño cuando noté que se lo había terminado.

—Hey chicas. ¿Qué se cuentan?

—Oh por favor no hables así. —Elena le dijo riéndose y pronto me hicieron sentir mal tercio. ¡Desearía que se dieran cuenta que se quieren! Lamentablemente no lo hacen, bueno, mejor no digo nada nuevamente...

Be YourselfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora