Be Yourself

Nuevos Amigos.

Capítulo O6.

Cuando levanté mi cabeza me encontré con nada más y nada menos que Matt, me sequé las lágrimas de mi cara e intenté calmarme.

—En excelentes condiciones.

—No hace falta que me mientas —se rió-. Aparte no entiendo tus lágrimas, dices querer ser invisible, pero también quieres llamar la atención.

—¿Perdón? ¿Llamar la atención? —musité extrañada.

—Sí, la atención de tú mamá... —Se quedó un poco callado —. Este, escuché la conversación, perdóname. Pero de verdad quiero ayudarte, quiero entender porqué eres así, me agradas Jessica.

Me quedé callada, no suelo decir mucho. Pero sus ojos me miran con decisión, no puedo contarle aún, llevo muy poco conociéndolo.

—¿Por qué soy así? ¿De qué hablas?

—Eres muy misteriosa —sonrío de lado —, además eres tan callada, no sé explicarlo, es como si fueras... De todo un poco.

—Claro, te entiendo a la perfección.

—¡Oye! No utilices el sarcásmo conmigo —se ríe, pero luego frunce el ceño —. Lo único que quiero es que seamos amigos.

Al ver que no digo nada agrega —Empecemos de nuevo ¿sí? —se aclara la garganta —. Hola soy Mathías, pero puedes decirme Matt.

Me empiezo a reír como loca, me averguenzo y me tapo la boca, pero él se ríe también, así que le tomo la mano y nos reímos hasta que el tiene que irse, la realidad vuelve a golpearme. Pues él tiene que recuperar su reputación.

Bien, por lo menos ahora me considera su amiga, somos nuevos amigos y de verdad me pone de buen humor por un tiempo.

Al fin termino de leer mi libro. Ya en la tarde, sin que yo lo espere llega Liz. Y me mira disculpándose.

No quiero que piense que de verdad me afectó, a veces sus crueles comentarios me duelen mucho, siempre intenta recordarme lo mucho que no encajo, aunque sepa que es verdad, la herida sigue ahí.

Sólamente se sentó al lado de mí, duró mucho tiempo callada. Luego rompió el silencio.

—Lo lamento —susurra con una pequeña sonrisa —, se que estuvo mal lo que te dije pero me agarró el mounstro de los celos... y ya sé que es ridí... —la interrumpí.

—¿Celos? ¿De mí? ¿Por qué? —hablé dolida, a pesar de todo es mi mejor amiga.

—Ya sé que es tonto, pero bueno, le hablas bien a Matt, Elliot siempre te persigue, aunque los dos sean lunáticos a su manera ¡Son los más populares de aquí! —se tranquilizó—. Perdóname, soy una boba, ya se que es cansado cuando me pongo a querer llamar la atención.

Sólamente la abracé, al final yo se que es así, y que nunca va a llegar a cambiar.

Pero me gusta que sepa que soy misteriosa y no me pregunte nada.

Al día siguiente las clases terminaron más tarde de lo habitual, se extendieron gracias a que la maestra se inspiró.

Liz estaba en la cafetería mientras yo me sentaba en el pasto a sacar otro libro, debajo de un árbol.

Una sombra interrumpe mi lectura, cuando levanté la vista me dí cuenta otra vez de esos asombrosos ojos grises.

Matt sólo se rió y se sentó a un lado mío, un gesto que me sorprendió bastante, Jennie y su grupo nos miraba de lejos, por primera vez no me importó.

No dijo nada mientras yo leía y de verdad me agradó, se limitaba a verme unos segundos y cuando sentía su mirada apartaba sus ojos de mí.

—¿Viniste sólo para mirarme? —Me sonrojé un poco.

—No, pero cuando lees te olvidas de lo que ocurre alrededor, entonces esperé hasta que tú me hablaras.

Lo miré, estaba de perfil mirado un punto fijo, tenía sus labios gruesos fruncidos, sus cejas casi unidas y los ojos entrecerrados.

—¿Sucede algo? —pregunté incorporándome e irguiendo la espalda.

Me indicó con la cabeza dónde. Jennie quien traía su pelo negro recogido nos miraba fijamente con un gesto neutro.

Al parecer el rumor seguía pero ni Matt ni yo le hacíamos caso, las personas seguían comentando cosas, pero Jennie aún no lo superaba.

—Mejor olvídala, ¿te gusta leer mucho verdad? —cambió repentinamente de tema, asentí.

—Cuando quiera hablar solo, acudiré contigo.

Creí que se había molestado, me fijé y se estaba burlando, negué con la cabeza y me atreví a golpearlo en el hombro.

Me aventó pasto, fue lo único que se le ocurrió y comencé yo también a tirarle pasto.

Habíamos hecho un desastre total hasta que alguien carraspeó.

—Tan bonita pareja.

Aunque haya sido un comentario 'bueno' y aunque me haya molestado, me pareció que no lo dijo de buena manera.