Be Yourself

Empezar de nuevo.

Capítulo 16.

Un incesante ruido me despertó, me senté pesadamente y me quedé mirando a un punto fijo. No sé cuánto tiempo me quedé así, pero pronto escuché otro ruido proveniente de la parte de abajo.

Tomé una bata y me recogí el cabello, abrí ligeramente la puerta de mi habitación, salí sólo un poco porque realmente me dio miedo encontrarme con un asesino serial. Claro.

Seguí caminando por el pasillo hasta que al fin escuché la voz de mi mamá, me entusiasmé y bajé las escalerads corriendo para abrazarla. Me correspondió con una sonrisa, comenzó a hacer las típicas preguntas de una madre que no te ve por varios días.

—muchos días para ser exactos— y las respondí calmadamente a pesar de que me había entusiasmado con su presencia. Encontré también una bandeja con comida y tomé varias cosas para luego subir.

Estaba sentada con una blusa enorme que me encontré que parecía ser de mi papá y unos shorts blancos, veía la televisión y comía. Pronto escuché el timbre y mi mamá no abría, así que bajé, ví por la ventana a Elena y abrí.

—Hooola —sonrió muy entusiasmada, pero atrás de ella había una no grata sorpresa— Bueno, sé que somos nuevos aquí pero organizaremos una pequeña fiesta, por cierto, logré entrar a tu misma escuela.

Reí con ella, era muy agradable y después prosiguió.

—La fiesta será como en una semana, espero hacer amigos o sólo acudiremos nosotras y mi hermano —lo señaló y este frunció el ceño —. Bueno era eso, quería invitarte y nada, qué pases buen día.

Ella se retiró dando pasos largos, giré mi cabeza y me encontré con su hermano, de verdad que ya no quería verlo, pero su mirada me recorrió y fue cuando recordé como estaba vestida.

Quería cerrar la puerta en su cara pero no me fue permitido, la detuvo Vaya qué fuerte, y me crucé de brazos.

No dijo nada por un rato, se limitaba a mirarme y sonreía muy egocéntrico. Maldije porque quería cerrar la puerta pero me era inútil hacerlo.

Empujé varias veces que mi cabello se despeinaba cada vez más y eso que ni peinado estaba. Él sólo se reía cada vez más pero parecía que ni fuerza utilizaba.

Gruñí y me rendí, era imposible querer cerrarla y me dí la vuelta, me tomó del brazo y me alarmé No me toques me resultaba repugnante.

—¿Qué? —Ya estaba molesta como para decir cosas agradables.

Su sonria se amplió aún más y rodé los ojos tratando de no demostrar nada. Pero no me soltaba.

—Oye, ya sé que empezamos mal, lo siento, en serio. ¿Qué tal si empezamos de nuevo?

Al fin me dejó libre y me miró esperando alguna respuesta, me quedé pensando, últimamente no parecía yo, este muchacho me daba miedo y me miraba con cara de... pervertido.

—Está bien. Soy Jessica.

Asintió ligeramente pensando qué decir y me tomó la mano depositando un beso. Vaya qué confiancita tiene eeh.

—Rider, es un placer preciosa.

Y volví a rodar los ojos, cosa que le causó gracia, genial.

Supuse que Elena le había gritado o algo, se sobresaltó e invadió mi espacio personal dandome un beso en la mejilla, me sonrió como un bobo y se marchó.

Me estremecí, Elena parecía una chica genial que podría hacer muchos amigos en un solo día, en cambio Rider parecía un polo opuesto a su hermana.