Be Yourself

Heather Aldrich.

Capítulo 33.

Elliot.

Al subir por el elevador, comencé a sentirme extraño. Llegué al piso correspondiente y al abrir la puerta con la llave, mi hermano corrió hasta mí abriendo sus bracitos.

Era la cosa más tierna del mundo, después seguiría Jess.

Me despedí de Heather quién me miraba demasiado extraña.

-Danny, ¿te gustaría conocer a alguien? -dije en el elevador con él aún en brazos. Ya sabía hablar bien aunque a veces se trababa o no pronunciaba bien e incluso era muy inteligente para su edad.

-¿A quién? -preguntó con esa vocecita que a veces se volvía fastidiosa, pero que jamás cambiaría.

Le sonreí ampliamente y caminé hasta el auto. Los ojos de Jessie se abrieron demasiado y bajó del auto emitiendo un "awwww". Danny era algo volado, lo sé, así que le sonrió pero se había chiveado y se puso rojo.
-¿Quién es este guapo muchachito?

Danny se rió. Estábamos afuera pero nadie nos miraba. Me alegraba esta escena era una combinación de las dos cosas más adorables que conozco, de seguro exprimían miel, corazones y cosas cursis.

-Danny, mi hermanito.

Sonrió pero ocultó su sorpresa, no me dijo nada y los tres entramos al auto, no tenía la silla esa especial pero Jess se ofreció a cuidarlo en el asiento de atrás y se amarró junto con mi hermano con el cinturón.

En menos de diez minutos se había enamorado de mi hermano, genial.

Llegamos a mi pequeño departamento, los tres nos bajamos, Jess traía a Danny en brazos y seguía parenciéndome demasiado adorable.

Cuando entramos, la chica pelirroja abrió los ojos como platos otra vez. Está bien, el departamento era algo grande, pero no me gustaba aludir sobre eso.

-Santo Dios, sí que eres misterioso Elliot.

-Eh, un poco. -respondí. Su mirada viajó hasta una foto en un estante de madera, cuando seguí lo que veía me arrepentí de no haberla quitado. Era casi reciente la foto.

-Oh ¿quién es la chica guapa de cabello azul? -sonrió, me gustaba su sonrisa.

-¡Heather! -gritó Danny, apenas pudiendo pronunciar el nombre de mi amiga. Jess sonrió de nuevo.

-Es como mi mejor amiga. Me lleva más o menos un año. -Me rasqué la nuca como un acto involuntario.

¿Por qué me ponía nervioso hablar de Heather? Al fin y al cabo me conoce desde hace tiempo.

-¡Vaya! Es preciosa -bajó a mi hermano y se acercó más al retrato.

Me acordaba muy bien de esa fotografía. Fue un poco antes de iniciar este ciclo, ella y yo nos habíamos ido a un campamento, no resultó tan bien, pero en ese instante estábamos riendo por una broma que dijeron nuestros demás amigos, en ese entonces ella tenía el cabello azul.

Claro que Heather era preciosa, todo mundo lo sabía y se lo hacían saber muy a menudo. Usaba eso de ventaja.

Pero... Jess, ella era completamente distinta y me parecía muchísimo más bonita que mi amiga, además el hecho de que no sepa que es muy muy bonita la hace ver aun más, si es que eso fuese posible.

Probablemente me estaba volviendo asquerosamente cursi, pero ¡No lo podía evitar!

-Sí, un poco. -Rodé su cintura por atrás y apoyé mi cabeza en su hombro, las cosas pueden cambiar demsiado rápido.