Capítulo 16: En carne viva .

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Cuando Allison y su padre lo encontraron, Scott deambulaba sin un destino fijado por las calles de NY, casi parecía un zombie, o que iba con el piloto automático y no tenía pasado pararse a pensar en qué estaba haciendo o a dónde iba. Los dos Argent empezaron a seguirlo en el coche en el que iban sin dudarlo ni por un segundo, eran familia al fin y al cabo.

-¿Scott tiende a hacer estas cosas?-Allison negó con la cabeza frunciendo el ceño, acto seguido se estiró para alcanzar la ballesta que estaba en el asiento trasero y ponerle una flecha. Su padre dejó ver una sonrisa de satisfacción y asintió con la cabeza.

-Scott no está loco papá-Añadió-. Así que sea lo que sea a donde vaya es de carácter paranormal.

-Hoy no es luna llena-Apuntó el mayor, parando el coche ya que el lobo se adentraba en el bosque alejándose de cualquier camino que pudiese haber.

Los cazadores empezaron a caminar tras el lobo en su ensoñamiento, descubriendo que se había desvanecido como si nada. La menor apoyó su espalda en la de su padre apuntando con la ballesta allá donde fijaba su mirada. Su padre hacía lo mismo, aunque mucho más tranquilo debido a los años de experiencia con lo paranormal de los que su hija carecía.

Los gruñidos empezaron a oírse, al momento el círculo de lobos que los rodeaban se dejaron ver, quizás fuesen seis, todos normales, no habían ojos brillando ni una pizca de humanidad en ellos, por un momento Allison juró ver desesperación en los ojos de uno de ellos, pero al momento se lanzó a atacarla y ella lanzó una flecha que le atravesó el cuello, escuchó a su padre disparar y quejidos de parte de los lobos.

Allison trató de perder el menor tiempo posible en recargar y apuntar al siguiente lobo, pero antes de disparar el primer lobo le mordió el pie, jalando de ella con fuerza, como si no tuviese una flecha atravesándole el cuello, como si no hubiese estado muerto hacia apenas un segundo. Chris Argent se giró al dejar de sentir el roce de la espalda de su hija, al girarse y ver lo que pasaba sacó el móvil de forma rápida dejando salir un pitido que inmovilizó a los caninos por un momento qur aprovecho para coger a su hija en peso y salir corriendo de allí.

/... /

Con los primeros rayos del sol Lydia ya estaba en la mansión Hale junto con Malia, quien se despedía de su familia alegando que tenía que volver a Nueva York por un asunto con la que identificaba como su manada. Aunque aquella despedida era más bien una pelea con su tía sobre si estaba a salvo o no.

Peter se acercó a la pelirroja y soltó: «¿Te puedo llevar a un sitio?» Ella simplemente asintió, cansada ya de hacerse la dura con todos y todo desde que había llegado, estaba tan cansada de decirle al padre de Stiles aue comiese sano como de aguantarle la mirada a un montón de betas que se creían lo mejor del mundo.

Lydia se subió al coche del hombre lobo, quien condujo durante media hora por caminos estrechos de la reserva hasta que llegó a una de las zonas mas elevadas de la reserva. Entonces paró el coche y su mirada fue a su compañera, quien se bajó del coche nada más dejar de estar en marcha, subiéndose en el capo en un gesto rápido y pegando su espalda contra el cristal. Su pelo cobrizo no tenía nada que envidiarle al cielo.

Él la imitó, saliendo del coche, cerrando la puerta y subiéndose sobre el capó junto a ella.

A sus pies estaba todo Beacon Hills, los edificios, las personas, incluso parte de la reserva... todo completamente iluminado, aunque el cielo opacaba la belleza de la vida cotidiana

-Gracias por traerme-Susurró la pelirroja, apoyando la cabeza en el cristal y mirando al lobo-. Pensaba que todos en tu familia erais unos psicópatas que solo saben gruñir y fruncir el ceño. Palabras de Malia, no mías.

Peter negó con la cabeza de forma lenta, imitando el gesto íntimo de la chica y perdiéndose en sus ojos verdes. Estaba seguro de que si en ese momento decidía ordenarle que se tirara por el barranco lo haría.

-Hay cosas de mi pasado que no recuerdo así que no puedo negar que lo haya hecho-Añadió, tratando de encontrar el coraje para decirle que creía que él la había convertido en banshee.

-A mi también me pasa, tengo una laguna de la semana en la que me convertí en Banshee, según me contaron anduve desnuda por la reserva sin ser consciente de lo que hacía. Y aún después de eso todo fue muy complicado a nivel personal hasta que me largué de Beacon Hills y me fui a Virginia con Stiles y Scott.

-Parecen buenos chicos.

-Lo son-Espetó Lydia-. Y a los dos les pasaba lo mismo que a mi, habían sido convertidos y no tenían un guía ni nada en todo esto. Scott se terminó convirtiendo en un alfa verdadero no sé ni como y Stiles es el pegamento que nos une a todos como manada, sin el hacia mucho que habríamos sucumbido a nuestros instintos animales, por llamarlo de alguna forma.

-Lydia, no quiero hablar de tu manada, sino de ti-La pelirroja rodó los ojos.

-No sé que quieres de mi pero no te lo voy a dar.

-Quiero que me escuches, y que no repudies a Malia por lo que te voy a decir-Lydia frunció el ceño mirando fijamente lo ojos claros drl lobo.

-Adelante

-Estoy casi cien por cien seguro, de que yo fui el que te convirtió y de que tu me resucitaste.

Black Wolfs [Sterek].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora