Capítulo 8:En carne viva (III)

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Abrió los ojos de forma repentina.

Era de noche y la única luz que entraba en el apartamento era gracias al gran ventanal, el pequeño brillo lejano que provocaban las farolas a tantos pisos de distancia, y los blancos y suaves destellos de la luna. No había ni un solo ruido en el apartamento, todo estaba dentro de lo normal teniendo en cuenta la ausencia de su tío. Se giró tratando de volver a dormirse, en ese momento la pantalla de su móvil de encendió atrayendo su atención y consiguiendo que estirase el brazo para mirar el mensaje.

M.

"Ey""Me gustaría pedirte un favor"

"o más bien información"

"He estado escuchando rumores de que hay una criatura sobrenatural a las afueras de NYC, has oído algo?"

Were D.

"No"

Stiles apagó la pantalla, llevando sus manos al pelo para desordenarlo. Scott alzó una ceja dedicándole una rápida mirada de preocupación.

-¿Todo bien?-Preguntó el alfa, Stiles asintió con la cabeza de forma efusiva-. Soy un hombre lobo. ¿Se te olvida?

-No es nada grave Scott.

-Stiles-Recalcó, el castaño dejó el móvil sobre el portátil, se reclinó en la silla y rodó los ojos con un sonoro suspiro.

-Malditos detectores de mentiras-El latino fue incapaz de contener la suave sonrisa que le decoró el rostro por un momento-. Si pudiera te lo contaría Scott, pero es tema federal confidencial.

El alfa hizo uso de sus ojos de cachorrito con algo parecido a un puchero.

-Soy inmune a eso-El castaño le dedicó una sonrisa, sus ojos color ámbar brillando levemente por la lamparita encendida cerca de la mesa sobre la que ambos estaban trabajando. Los ojos de Scott recorrieron las facciones de su amigo de forma rápida antes de volver hacia la pantalla de su portátil.

-Sea lo que sea, puedes contármelo-El castaño asintió con la cabeza de nuevo, esta vez más lentamente.

-Esta bien, Scott, no te preocupes-Miró la hora en la pantalla de bloqueo de su propio celular, casi eran las cinco de la mañana y todavía no había ni rastro de cansancio en ninguno de los dos. Culpa de las bebidas energéticas y de la naturaleza sobrenatural del latino.

La pantalla se encendió sola, atrayendo su atención de forma rápida una vez más.

Lyds

"Sé que te dije que te mandaría un mensaje en cuanto llegara, pero se me olvidó. Lo siento por eso"

"Malia y yo estamos en tu cuarto, tu padre se ve bien, feliz de volver a tener gente por casa"

"En cuanto a los Hale, no te imaginas la cara que se le quedó al padre de Malia cuando Jordan se detuvo frente a la mansión familiar para recogernos"

"Me ha subido el ego y todo ver a tantos hombres lobos confusos"

"Malia te manda saludos, nos vamos a acostar ya"

Sty

"Buenas noches chicas"

"Yo también me acostaré pronto"

-¿Sigue despierto?-Preguntó Malia, con una camiseta holgada que Stiles se dejó cuando salió del nido.

-Sep-Contestó recalcando la "p". Lydia estaba sentada con las piernas cruzadas sobre la silla de ruedas que llevaba años sin ser usada, la coyote tirada en la cama del chico.

-¿Te acuestas conmigo?-Inquirió la castaña alzando una ceja, la pelirroja frunció el ceño mirándola mal por encima del móvil-. Vamos Lydss sé que quieres.

Soltó golpeando el hueco en la cama a su lado. Lydia se talló la ceja con una sonrisa, acto seguido dejó el móvil sobre el antiguo escritorio de Stiles y se dejó caer al lado de la coyote siendo abrazada al momento.

-Cuando conocí a Stiles era un chiquillo de extremidades largas incapaz de no tropezarse-Empezó la pelirroja-. Pero siempre fue tan listo como siempre, aunque fuese una cabrona con él sabía que si alguna vez necesitaba algo del ahí estaría.

-Conmigo fue igual, desde que lo vi por primera vez supe que podía confiar plenamente en él.

-Tiene algo extraño que atrapa a la gente a su alrededor.

-Cautiva-Puntualizó Malia.

-Cautiva-Repitió la pelirroja.

-Mañana mi tía te va a hacer un interrogatorio digno del Sheriff Stilinski-La pelirroja rio.

-Podré con todo lo que me eche.

La coyote se enroscó en la pelirroja volviéndola la cucharita pequeña y enterrando la nariz en el hueco entre su cuello y su hombro.

-Hueles a manada-Susurró, cerrando los ojos y dejándose llevar por el sueño.

-Ha sido un día largo-Murmuró en respuesta tirando del edredón para cubrirlas moviéndose lo menos posible.


/.../


El frío le calaba los huesos, sobras abstractas de todos los tamaños y formas. Estaba frente a un sendero, un simple camino de tierra que comenzó a seguir, dejándose guiar por un susurro de su subconsciente, lo único que nunca le había mentido, lo único en lo que sabía que podía confiar. Sus pasos estaban muy lejos de ser seguros y su vista estaba muy lejos de ser capaz de enfocar dos palmos más allá de su cara, todo estaba muy oscuro, casi podría asegurar que el susurro de los animales del bosque era inaudible.

-Lydia-Una voz grave y aterciopelada la llamaba, en su cabeza sonaba como un canto hipnótico que tiraba de una cuerda invisible alrededor de su cuerpo. Algo así como si ella tirara de la correa de Prada-. Lydia.

Un cosquilleo nació en la planta de sus pies, haciendo que frenase su paso y tuviese que esforzarse por no detenerse, la vos seguía repitiéndose en su cabeza, cada vez con más fuerza y menos paciencia. La ansiedad subía lentamente, al igual que aquella sensación que iba resultando dolorosa según subía por su cuerpo.

Entonces gritó, tratando de ahuyentar aquél dichoso hormigueo. Cayó en el suelo, golpeándose contra algo duro, húmedo y a la vez pegajoso, por pura inercia llevó las manos cerca de los ojos para ver que era aquél líquido, volvió al gritar al ver la sangre, y otro grito al ver el cadáver con un rostro desenfocado junto a ella.


/.../


-¡Lydia!-Gritó la coyote zarandeándola, la pelirroja abrió los ojos como platos respirando con dificultad, Malia la abrazó con fuerza para que pudiese volver a respirar bien-. Ha sido una pesadilla, tranquila.

Ambas chicas se miraron por un momento a los ojos. Se conocían desde hacía mucho tiempo, habían pasado por muchas cosas juntas, pero el sentimiento fraternal que se tenían era más bien resiente. Lydia se consolaba pensando que si pasaba tanto tiempo con Stiles era porque también era una buena persona, una persona ágil y rápida mentalmente en la que poder confiar y con la que poder mostrarse vulnerable sin miedo a ser el hazme reír o el centro de chistes.

-Perdóname-Se disculpó, agachando la cabeza y pegándose a la otra chica en una especie de abrazo.

-No pasa nada chica-Añadió.

Black Wolfs [Sterek].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora