Capítulo 20: Stairs.

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Varias semanas después.
Nueva York.

El edificio estaba prácticamente abandonado, la sangre seca y adherida a las paredes como si fuesen grafitis con décadas de antigüedad. El suelo de madera estaba sucio e hinchado por la humedad y la falta de mantenimiento en aquella parte principal de la casa.

—Parece abandonada—Murmuró el mayor de los Argent, y el único cazador presente.

—Porque a nadie le interesa cuidar lo que todo el mundo ve—Contestó el humano, haciendo de guía para los tres que le seguían, aquella era la primera vez de Derek, Jackson y Chris en aquella casa que hasta hacía no mucho había sido el refugio de los alfas.

Una fachada que imponía grandeza, un interior ruinoso y la parte oculta de la casa devolvía su elegancia y estatus, uno digno de todos aquellos alfas que convivían con un propósito común.

Stiles fue al viejo comedor, abriendo el gran armario vacío que estaba apoyado en una de las paredes y con fuerza se apoyó en el fondo, provocando que el fondo falso cediera y apareciera el pasillo hacia la otra parte de la casa, la parte que si se mantenía cuidada.

—¿Cómo sabías que eso estaba ahí?—Preguntó Derek.

—Soy federal, mi trabajo es saber estas cosas—Contestó—. Y era amigo de Deucalion, solía estar por esta casa.

—Amigo—Repitió Jackson finalizando con un chasqueo de lengua.

—Sí—Afirmó tosco—. Amigo.

Jackson rodó los ojos y Stiles siguió caminando como si nada, ignorando los ceños fruncidos de los más mayores del grupo.

El humano empezó a caminar con total tranquilidad por los pasillos de aquella casa, tocando levemente las paredes cuando no había nada entre la suave superficie y sus dedos. Cuanto más caminaban más sangre parecía ver, haciendo más pesada la atmósfera hasta que dieron con la segunda sala de la casa.

Todos los muebles de aquella habitación estaban empotrados en una pared, todos elegantes y caros, parecían los muebles de algún hotel de cinco estrellas. Había agua por la habitación, cadáveres de alfas que se empezaban a hinchar y una bañera a rebosar al fondo de la habitación. De resto había regado por aquí y por allí, cuerdas, bolsas vacías o más sangre de los integrantes de aquella manada.

Derek frunció el ceño, el olor del chico a su lado era tan persistente en el aire como la sangre mezclada con la leve capa de agua del suelo.

—Debería decirte que Ethan se despertó—Soltó Jackson, rompiendo el silencio en el que se habían metido al ver el verdadero estado de la casa—. Me ha dicho lo que estaba pasando, estaba asustado, Stiles.

—Teníamos un trato Jackson—Soltó, como si aquél acuerdo aún fuese impronunciable y sagrado, como si le quemase el simple hecho de mencionarlo—. Hablaremos de esto después.

—No—Intervino el cazador—. ¿Qué coño pasó aquí? Porque mi experiencia me dice que tiene que ver con los lobos fuera de control del bosque.

—Había algo rondando, Deucalion tenía la teoría de que poco a poco empezaba a controlar a todo el mundo—Stiles de relamió los labios buscando las palabras correctas y el coraje suficiente—. Me di cuenta cuando vi a Derek y Peter en la universidad, cada día hay menos gente en la calle y las personas que hay siempre tienen la misma rutina, las mismas conversaciones. Como si fueran marionetas.

El castaño cerró los ojos con fuerza.

—Está nevando en abril—Añadió abriendo los ojos—. En la jodida Nueva York.

—Continúa—Pidió Argent.

—Yo, no recuerdo exactamente lo que pasó. Como soy el único humano con el que tienen trato y les debía una por dejarnos estar en su territorio accedí, y ellos me necesitaban para acercarse al alma de esa cosa y saber que era. El día que pasó esto no era la primera vez que lo hacíamos, llevábamos casi un mes, pero los vio—Volvió a pausar—. Recuerdo moverme sin consciencia y caer al suelo fuera de ma bañera, supongo que me hice bola para recuperar algo de calor corporal pero cuando me desperté esto ya estaba así, fuera ya nevaba y no había ni rastro de Ethan.

El humano cogió aire con fuerza antes de volver a hablar.

—Además de eso, no paro de escuchar un silbido en mi cabeza desde ese día, a la mínima que me despisto ahí está.

—¿Qué tipo de silbido?

—Es macabro, tenebroso y a la par un presagio de que algo malo va a pasar.

—Lydia dijo algo de que alguien hurgaba en su mente para ver sus visiones y que ella no lo hiciese, ¿Crees que puede estar relacionado?—Preguntó el kanima con el ceño tan fruncido como el del hombre lobo.

—No de forma directa—Stiles se desplomó en el suelo antes de escuchar nada más, su respiración errática y su pulso tan arritmico como siempre, sus ojos estaban fuertemente cerrados y pareció palidecer de un momento a otro.

Derek juró haber escuchado el silbido del que hablaban, pero ninguno de sus acompañantes pareció percibirlo, así que lo desechó a un segundo plano en el orden de preocupaciones.

Black Wolfs [Sterek].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora