Capítulo 26: Walk

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La lluvia seguía cayendo con fuerza, golpeando contra las ventanas oscuras de aquél coche a las afueras de la gran Nueva York. Un hombre, ya conocido como el alfa de los alfas, salió de la puerta del conductor y empezó a caminar adentrándose por uno de los miles de caminos sin marcar de aquél bosque que conocía a la perfección.

Un convoy de todoterrenos negros se pararon junto al coche del alfa. Del vehículo de en medio salió una mujer de rasgos asiáticos, vestida de forma elegante y con unas gafas de sol que la volvían misteriosa. Junto a ella se bajó un hombre, portando un paraguas y evitando que la señora se mojara. Los dos se metieron por el camino que hacía nada había seguido Deucalion, caminando con la seguridad que les daba la posición de la alfa Yukimura.

-¿Y bien?-Preguntó la mujer cuando vio al otro alfa, quién permaneció quieto dándole la espalda-. ¿Has resuelto mi problema?

-Algo así-Contestó el lobo, la mujer frunció el ceño.

-¿Si o no?-Recalcó. El alfa se giró levemente, mirando por encima de su hombro a la mujer, al momento se le escapó una sonrisa maquivélica que hizo que las alertas de la alfa japonesa se dispararan, sin embrago no hizo nada, yendo en contra de sus instintos por la seguridad de su familia.

-Mi problema con mi manada está resulto-Dijo-. Pero lo que me pidió que hiciera no. Ya no necesito su ayuda Sra. Yukimura.

-¿De qué estas hablando, Deucalion? Toda tu manada está muerta, la noticia de que el alfa de alfas se ha quedado solo ha corrido como la pólvora.

-Soy consciente de que se sabe de la muerte de Enis, Kali y Aiden.

-También se sabe que Ethan ya no forma parte de tu manada, se ha ido con la de McCall por su novio.

El lobo terminó de girarse, mirando a los ojos a la mujer. Así permanecieron un par de segundos, impasibles en un duelo de miradas por ver quién era el más fuerte si él o ella.

-Si no vas a cumplir con tu parada yo ya me he hartado de ti. Me haré con todo el territorio de Nueva York, tienes dos días para irte o te mataré.

-¿También a los McCall y a los Hale?

-Ellos no me han tocado las narices, ni han hecho algo antinatural

-No estoy de acuerdo con esa decisión alfa Yukimura-Comentó.

-¿Y qué vas a hacer para impedírmelo?-Sin ella saberlo había una sombra sobre los miembros de la manada, lobos salvajes, sin parte humana ni consciencia moviéndose únicamente por la sed de sangre y la necesidad de obedecer a su nuevo amo-. Estas sólo, no tientes a tu suerte y simplemente vete.

-Yo nunca estoy solo, siempre tengo un haz bajo la manga. A estas alturas ya deberías saberlo-La mujer alzó la cabeza al cielo, mirando el borde del paraguas y como las pequeñas gotas de la lluvia caía rebotando en el. El olor a sangre de su manada no tardó en llegarle a las fosas nasales.

-¿Qué has hecho?

-Lo que tenía que hacer.



Scott tenía un don para ser capaz de dormirse aún cuando una compañera de su hermano se había colado en su casa e intentado matarle, por desgracia tenía un sueño no muy profundo y la persona que estaba tocando la puerta de su casa de forma insistente y repetitiva se acababa de convertir en la persona que más odiaba en todo el universo.

Finalmente, y ante la insistencia ajena, se levantó de la cama y fue a abrir la puerta sin molestarse de quitarse las legañas o ponerse el calcetín que había perdido mientras dormía. Nada más abrirla la cara de una compañera de clase le recibió, tenía los ojos rojos y aún perdiendo lágrimas.

-¿Kira?-Preguntó confundido-. ¿Estas bien? ¿Qué ha pasado?

-Tú tienes que saberlo, siempre te enteras de todo-La cara de confusión del chico era notoria.

-Kira, si no me dices que pasa no voy a saber cómo ayudarte.

-Han matado a mi madre, y a toda la puta manada-Los ojos del alfa se abrieron como platos.

-¿A tu manada también?

-¿También?

-Los alfas también han muerto-La chica boqueó por un momento, tratando de encontrar palabras.

-¿Qué?-Dijo finalmente.

Black Wolfs [Sterek].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora