Capítulo 24: TYFTV

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Peter tocó la puerta, esperando de brazos cruzados hasta que la pelirroja entreabrió la puerta para ver quién era, sus ojos estaban rojos por haber llorado y el maquillaje de sus ojos se había caído dejándole ojeras de mapache. Suspiró al verlos, terminando el de abrir la puerta para que pasaran.

—¿Dónde está el cadáver?—Preguntó el mayor sin ningún tipo de tacto, la pelirroja cerró la puerta tras ellos conteniendo un hipido antes de hablar.

—En el cuarto de allí—Señaló la puerta de Stiles—. No hemos sido capaces de moverlo.

—¿Estas bien?—Preguntó mostrando un atisbo de humanidad, al mismo tiempo una de sus manos se apoyó en el hombro de la pelirroja. Los ojos de ella fueron a los de él, compartiendo el huracán de emociones sin respuesta ni lógica que había empezado a surgir entre ellos.

—Es la impotencia—Contestó para restarle importancia—. Soy una Banshee y no pude prever que esto iba a pasar.

—No es culpa tuya, Lydia, sabes que hay alguien privándote de esas visiones.

—Había.

—¿Qué?

—Conocía a la chica y físicamente se ve como nos dijo Deaton, y ella era humana.

Derek decidió alejarse dejándoles su inexistente privacidad. Se quitó la chaqueta del traje dejándola sobre el reposabrazos del sillón, junto a unos cojines muy horteras, y sin parar de caminar se remangó la camisa que llevaba. Al entrar en el cuarto se congeló, entendiendo a la perfección las emociones de Lydia.

Ver a la chica que había estado conociendo, la única persona desde Kate de la que podría haberse enamorado allí tirada en el suelo y desangrada, era algo demasiado fuerte. Sus ojos brillaron en rojo y su respiración se aceleró, acto seguido siguió el rastro del olor de Stiles fuera de aquél cuarto. Entró en el cuarto de baño siguiendo el rastro, pillando al castaño del cuello y empotrándolo contra la mampara de la ducha sin tener cuidado con la fuerza.

El castaño soltó un quejido dejando caer una rezagada lágrima. Su estado no era muy diferente al de la pelirroja, sus ojos estaban rojos y se veía tan demacrado y frustrado como ella. El lobo apretó el agarre en su cuello, llegando a casi extrangularlo antes de soltar la primera acusación.

—Era tu amiga, ¿Por qué la mataste?—El no humano negó con la cabeza.

—Yo no la mate—Se defendió con el último soplo de aire que le quedaba, entonces Hale aflojó el agarre, dejándolo recobrar el aliento para que terminará de explicarse—. Ella se coló en mi casa, y me apuntó y luego se apuntó y...

Se quedó sin aliento, cerrando los ojos con fuerza para tratar de recomponerse.

—Era mi amiga, debería haberle sonsacado lo que le estaba pasando. Si quieres matarme estas en todo tu derecho—Añadió mirándole a los ojos fijamente. Derek se sintió por un momento como el cazador que mata a la madre de Bambie, eso le hizo alejarse y sentarse en el suelo contra la puerta. Stiles permaneció estático.

—¿Quieres que te mate?—Cuestionó con toda la sinceridad que era capaz de reunir—. Si realmente se suicidó dudo que sea culpa tuya.

—¿Ya no quieres cortarme el cuello?—Derek miró mal a Stiles antes de volver a agachar la mirada negando con la cabeza.

—Lydia, Malia y Peter me cortarían la cabeza—Ante eso el menor se sentó a su lado, apoyando sus piernas contra su pecho y abrazándose a ellas en una especie de posición fetal.

—En este punto, creo que hay algo que tengo que contarte—Miró a Derek por un momento, recreándose en sus rasgos faciales y lo fiero que se veía el verde de sus ojos—. Yo soy M. tu contacto que sabe cosas.

Derek se quedó en blanco un momento, en cierto modo tenía sentido para él.

—¿Siempre has sabido que era yo?

—Sólo desde que empezaste con... bueno ya sabes.

—¿Eres un federal?

—Siempre lo he sido.

—¿Por qué me ayudabas?

—Sólo recibía órdenes.

—¿De quién?

—Deucalion.

Hubo otro momento de silencio en el que Derek procesaba todo lo rápido que podía. Sin embargo la cancionsilla volvió a sonar en su cabeza, obligándole a cerrar los ojos con fuerza como acto reflejo para dejar de escucharla. Pero eso no fue lo que hizo que dejase de escucharla, sino las manos del castaño a ambos lados de su cara y sus brillantes ojos amarillos, en cierta forma aquellas pupilas que recordaban a las de un gato le relajaban, le hacían sentir como en casa, como si también fuese de la manada de Stiles.

El tarareo cesó, al contrario que las dudas, que lo único que hicieron fue crecer.

Black Wolfs [Sterek].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora