👩🏻‍🦰16🤴🏻

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La tarde había llegado y con ello tuve que actuar lo mejor posible. Si bien mi nerviosismo era real, no era por las razones que Xander creía. Mis nervios no eran ocasionados por su cercanía en sí sino por mi plan, aquel que se acercaba a toda velocidad. No había probado casi bocado y tampoco dormido pero me encontraba lista para correr y no mirar hacia atrás.

Noche, una noche realmente hermosa y a su vez, con una atmósfera tenebrosa. Mi pulso se disparó desde el instante en que comencé a avanzar por el pasillo con pasos lentos y sigilosos. Estaba tan asustaba que procuraba no respirar demasiado para no cometer errores pero aun siendo silenciosa había algo que parecía estar mal, siempre había seguridad en todos lados y en esa ocasión no era así. Parecía una trampa pero ya no había forma de volver, no cuando mis pies habían tocado prácticamente la salida.

-Oh por Dios...- Susurré cuando mis ojos chocaron con la espalda de dos soldados que se encontraban muy cerca de mí.

Definitivamente era una trampa, estaban vigilando las entradas y salidas. Lastimosamente no tenía más opciones porque esa era la salida que se encontraba en la parte de atrás y por ende, la más segura y menos vigilada. Comencé a pasar por detrás de las columnas que allí se hallaban hasta llegar a lo que me pareció ser la luz al final del camino. El bosque me llamaba e invitaba que corriese hacia él de inmediato. Con cuidado pisé la tierra y avancé hasta que mi distracción me dio una enseñanza, nunca dejes de ver el suelo. Había pisado una pequeña ramita que casi no se había escuchado pero ellos estaban cerca de mí y localizaron el ruido en cuestión de segundos.

-¡Está afuera!- Gritó uno para avisar al resto mientras el otro se lanzaba detrás de mí.

Comencé a correr como una demente, ya no eran solo dos los que me seguían sino cientos. Las filosas ramas abofeteaban y raspaban mi piel pero en ningún momento me detuve aunque eso hubiese significado terminar con la mayoría de los árboles con rastros de mi sangre. Estaba tan asustada que no podía dejar de correr hacia el norte, girando solo en ocasiones de emergencia hacia el este u oeste.

-¡Mentirosa!- Bramó la voz de Xander, escalofriantemente cerca de mí.

No sabía cómo había llegado tan rápido pero tiró de mi cabello con fuerza hacia atrás, logrando desestabilizar mis pasos y cuerpo. Él había hecho algo pero no sabía qué, no tenía idea si había cortado mi cabello o me había herido, solo supe que logré liberarme de su agarre y caí de rodillas. Sus voces se escuchaban por todos lados pero ya no los veía o sentía cerca, había llegado a la división de tierras y no podían pasar si no querían guerra. Con el pasar del tiempo la adrenalina se fue yendo y comencé a entender qué había sucedido, dolía como mil demonios pero tenía que llegar al castillo antes de desangrarme.

-No otra vez.- Susurré nerviosa.

Coloqué mi mano en mi estómago y lo sujeté lo más fuerte que pude para intentar detener un poco el sangrado. No sabía si era por la trayectoria recorrida a gran velocidad, por la herida o por ambas situaciones pero no podía regular mi respiración y no tenía equilibrio.

-Solo un poco más.- Susurré.- Por favor.

Torpemente salí del bosque y pude ver aquello que tanto había ansiado, mi querido Britmongh se alzaba frente a mis ojos, aquellos que se iban cerrando lentamente mientras mi cuerpo caía adormecido por el dolor. Voces distorsionadas se hallaban a mí alrededor, tan lejos que era imposible identificar quiénes eran los dueños y qué decían.

-Malek...- Susurré.

¿Me había muerto? Lo veía frente a mí, sonriéndome y hablándome pero no podía escuchar sus palabras o tocarlo. Estábamos en un espacio en blanco que con el pasar del tiempo se fue tiñendo de verde menta. Era una sala de hospital, yo estaba en la camilla y él a mi lado, sonriéndole a un bebé que tenía en brazos.

-Es hermosa...- Susurró sin quitar sus ojos del bebé.- Es tan perfecta.

-¿Malek?- Pregunté para llamar su atención.

-¿Sí, mi amada?- Preguntó con dulzura.- ¿Quieres tener a nuestra hija en tus brazos?

-¿Nuestra...?- ¿Tenía una hija? No comprendía lo que estaba sucediendo allí.

-Nuestra bebé.- Repitió sin borrar la sonrisa de sus labios.

-Soy mamá...- Susurré al tener por fin la pequeña niña en brazos.

-Tiene tu cabello.- Susurró pasando su dedo por la suave mejilla de nuestra niña.

-Y tus ojos.- Su cabello pelirrojo y ojos azules la hacían ver tan hermosa que parecía una vil mentira.

-Así es.- Tomó nuevamente a la bebé en brazos y besó mis labios castamente.- Tienes que volver.

-¿A dónde?- Murmuré confusa.

-Conmigo, a la realidad. Nuestra bebé estará en nuestros brazos en otro momento pero necesito que despiertes, te necesito a mi lado.- Volvió a besarme y el cansancio golpeó mi cabeza y me llevó lejos de aquella hermosa visión de una familia con él.

Las voces a mí alrededor se hacían cada vez más claras y con ellas tuve una respuesta a todo lo ocurrido en la Europa medieval. Estaba cansada pero mi mente me gritaba que tenía que hacer caso a las palabras de Malek y despertar aunque no sabía con exactitud a lo que se refería.

-Auch.-Susurré.

-¡Elizabeth!- Exclamó su voz a mi lado.

-Hola...- Murmuré cuando mi mirada se enfocó en sus facciones.

-Oh, mierda.- Murmuró con voz rota mientras me acurrucaba entre sus brazos.- Estás viva.

-Lo estoy.- Al fin estaba cerca de mi esposo.

-Te dije... te dije que no quería volver a pasar por esto.- Comenzó a reclamarme para no romperse y comenzar a llorar.

-Lo lamento.- Susurré y rápidamente me alejé de él tan pronto los recuerdos me hicieron despertar por completo.

-¿Qué ocurre? Estás herida, no deberías actuar de manera brusca.- Su ceño estaba profundamente fruncido.

-Hice algo malo, Malek.- Sin controlar mis impulsos comencé a jugar con mis dedos pero él me detuvo y alzó mi mentón para que lo mirase a los ojos.

-¿Es necesario que lo hablemos ahora? Estás herida Beth y debes descansar.- Tenía que decirle.

-Ahora.- Me acomodé en la cómoda cama y respiré profundo.- Estaba en Villa Vurshka...

-¿Te hicieron algo?- Saltó.

-Besé a Xander.- Susurré sintiendo el molesto nudo en la garganta al mismo tiempo que él dejaba de respirar y su mirada se perdía en la nada misma.

-¿Qué?- Preguntó casi inaudiblemente.

-Tuve que hacerlo.- Intenté explicarle.

-¿Tuviste que hacerlo?- Explotó.- Dime en qué parte de un secuestro dice que tienes que besar a tu captor.

-Escúchame.- Alejó su brazo de mí como si mi tacto le quemase.

-No puedo escucharte, no quiero. Estoy intentando no perder el control y si escucho tus excusas voy a arrepentirme de mis actos.- Respiraba con una brusquedad alarmante.

-Iba a violarme si no hacía tiempo.- Sabía que me había escuchado pero solo pasaba sus manos por el rostro.

-Después hablaremos de esto.- Aseguró.- Necesito salir de aquí.

Salió de la habitación sin siquiera mirarme y cerró con fuerza la puerta tras de sí. Sabía que su reacción iba a ser así pero dolía de todas formas.

Retorno Medieval© EE #2 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora