-¿Qué está haciendo? Sigue herida.- Me riño Olán detrás de nuestros pasos.
-Elizabeth...- Malek intentaba frenarme pero no estaba dispuesta.
-Volvió a pasar, Malek.- Grité alterada.- Ella apareció otra vez.
-La encontraremos.- Aseguró con preocupación.- Vuelve a la cama.
-Si sus palabras son ciertas y mis cálculos no son erróneos...- Murmuré para mí cuando mis pies descalzos tocaron las hierbas secas del exterior y tomé una especie de pala entre mis manos.- Debe estar, ¡aquí!
Con decisión clavé la herramienta en el espacio y Malek pareció morir de un infarto. Intentó tomar el objeto y lanzarlo lejos pero no se lo permití. Entendía que era un lugar sagrado pero no me importaba, no en esos momentos.
-¿Estás loca?- Gritó fuera de sí.
-Aléjate o te golpearé con esto.- Amenacé alzando la pala.
-¡Se ha vuelto loca!- Le bramó al conde de Sdon, quien no sabía que pasaba o cómo actuar.
Comencé a cavar con fuerza sin importar el dolor que ocasionaba en mi cuerpo. Cuando la pala chocó con algo sólido lo supe, había llegado.
-Estás haciendo algo estúpido en estos momentos, Elizabeth.- Malek no sabía cómo actuar o qué más decir para detenerme.
-Es mi tumba, puedo hacer lo que me plazca.- Le informé mientras colocaba la punta de la pala en el borde del ataúd improvisado y tiré hacia arriba hasta que se abrió.
Las personas se aglomeraban a nuestro alrededor y su histeria se hacía presente con fuerza. En esos momentos estaba irrumpiendo en el supuesto lugar de descanso de su reina. El miedo golpeó mi pecho con fuerza pero ya era tarde para arrepentirme, mi imprudencia había actuado antes que la razón. Alejé la pesada tapa como pude y vi que allí yacía el cuerpo de la fallecida reina, aquella que tenía una túnica cubriendo su rostro. Parecía ser un cadáver sin más aunque era ella, yo era ella y su huesuda mano cerrándose alrededor de mi muñeca terminó de confirmar mis sospechas.
-¡Ella es mía!- Gritó.
La mayoría de los que se habían reunido allí habían desaparecido en un pestañear. Yo deseaba hacer lo mismo, irme corriendo y resguardarme en mi hogar pero no podía, no más.
-¡Ella es mía!- Volvió a gritar, como única diferencia fue que en esa ocasión colocó sus dedos huesudos sobre mi vientre, causando un dolor y ardor espantoso y que mi vista fallara. Comenzó a hundir los huesos de sus dedos en mi herida, abriéndola con violencia.
No podía moverme, ella me sujetaba la muñeca con tanta fuerza que unido al dolor causado por el vientre, impedía mis pasos. No escuchaba o veía las voces y personas que se habían quedado, solo veía sus ojos. Intentaba gritar pero al no poder escuchar no sabía si el sonido se había emitido. Una mano sujetó mi rostro y lo alejó del de aquella cosa, evitando que siguiese la tortura y alejó totalmente mi cuerpo de allí. Quien me había alejado fue la mismísima Galia Treswalt y le había ordenado a los que se encontraban arriba que se mantuvieran allí. No era cien por ciento consciente de lo que sucedía a mí alrededor pero sabía que ella tenía control de la situación.
-Déjala en paz.- Ordenó la Sra. Treswalt.- Ya no te alimentarás de nuestros fallecidos.
-Soy más poderosa que...- Galia la interrumpió.
-Cierra la boca, ser blasfemo.- Gritó, estirando su brazo hacia mi yo fallecida.- Recedite, malum autem amplissimus noster senatus libertus. Vitas fugere et ad pulverem.
-¡Eso no funcionará!- Bramó.
-Aléjate.- Gritó nuevamente Galia.- Deja nuestros fallecidos en paz.
No supe con exactitud qué fue lo que sucedió después de la lluvia de gritos y destellos de color violeta oscuro, después de que la mujer que había dicho que no se haría responsable de lo que me sucediese me había salvado la vida. Mi mente había logrado unir todas las piezas y por fin lo había entendido, morir en otra época ocasionaba ese tipo de hechos o entes que dañaban el lugar al que no pertenecía la persona fallecida. Al final, sí había sido la bruja pero si la ejecución se hubiese logrado, Europa medieval hubiese tenido doble problema, dos cuerpos lo que quería decir que dos entes.
-Quiero ir a casa.- Susurré cuando abrí los ojos.
-Lo haremos.- Murmuró Malek, sentándose a mi lado.
-Es bueno tenerla aún con nosotros mi reina.- Saludó Fracci.- Pero sigo sin comprender lo sucedido.
-Un fallecido en un lugar al que no pertenecía trae sus consecuencias.- Explicó Galia.- Al menos lo hace en las épocas antiguas como lo es esta.
-¿Quién es ella?- Preguntó Malek.
-Oh, eso...- Murmuró ella con una sutil risa.- Salgamos y dejemos que descansen. Es bueno que estés bien.
-Gracias Galia.- Susurré.
Tanto Olán como Fracci y Galia salieron de la habitación silenciosamente y cerraron la puerta tras de sí. Malek seguía tan confundido como en un principio y me taladraba con la mirada.
-¿Beth?- Preguntó con curiosidad.- Explícame por favor porque no entiendo nada.
-Bueno Saqué la conclusión de que aquella bruja era yo porque ella me lo dijo en el sueño. Entonces pensé que si yo estaba viva y ella era yo, debía ser mi cuerpo ya fallecido y al parecer no me equivocaba.- Expliqué.
-¿Qué más?- Insistió en obtener toda la información.- ¿Ya no habrá más bruja?
-No, ya no lo habrá a menos que algún viajero del tiempo muera aquí.- Murmuré.- Dame tu mano.
-¿Para qué?- Preguntó con el ceño fruncido pero hizo caso a mi orden.
-¿Recuerdas que te mencioné a un ella?- Asintió.- Antes de soñar con la bruja había tenido otro sueño, uno contigo y una bebé.
-Eso qué tiene...- Lucía realmente confundido.
-Bueno, ella es... ella.- Coloqué su mano sobre mi vientre con suavidad.- Había soñado con una hermosa bebita y luego aquella cosa lo había mencionado pero simplemente lo creía un simple sueño y mención pero cuando la vi a los ojos...Vi un posible futuro.
-¿Estás embarazada?- Preguntó entre susurros.
-Vamos a ser papás.- Susurré mientras acomodaba mi cabeza en su hombro.
-¡Sí! ¡Joder, sí!- Gritó.- Se cumplió... Los deseos de cumpleaños se hacen realidad.
-¿De qué?-Sus labios sobre los míos interrumpieron mi pregunta.
-El deseo que pedí en mi primer cumpleaños en tu época.- Murmuró. Parecía un niño pequeño, no había dejado de sonreír y estaba eufórico.- Vámonos.
-¿A dónde?- Pregunté sorprendida.
-A casa.- Tomó las pocas cosas que teníamos y las acomodó en la cama.
-¿Ahora?- Su reacción había sido tan repentina que no sabía cómo actuar.
-Sí, quiero que nuestra bebé nazca sana en tu época.-Atrapó mi rostro entre sus manos y volvió a besarme.- Busquemos a Galia.
Malek de Edevane no podía ocultar la alegría que la noticia le había dado. Iba a ser papá como tantas veces había expresado su deseo por serlo y no podía negarlo, estaba emocionada por ver aquella escena que mi sueño me había mostrado. Deseaba ver a mi esposo con una sonrisa en los labios mientras sostenía en brazos a nuestra pequeña pero para eso tendría que esperar algún tiempo.
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Retorno Medieval© EE #2 [EN EDICIÓN]
Fantasy💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Segundo libro de la saga EE.• •Necesitas leer Destino Medieval para entender lo que sucede y para conocer a los personajes.• Habían pasado años en la époc...