👩🏻‍🦰26🤴🏻

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Los meses fueron pasando con rapidez y con ello mi vientre crecía, así como la euforia y estrés de Malek. La boda se había llevado a cabo de la manera más rápida y sencillamente posible para no estresarme o celebrarla con el vientre abultado. Con cuatro meses de embarazo nos habíamos dado el sí y a los ocho meses parecía que iba a explotar. Al tener una baja estatura y ser delgada, me costaba moverme y caminar era un lujo del que no podía gozar con libertad.

-¿Te duele mucho?- Preguntó.

-Sí, la espalda me está matando.-Eché mi cabeza hacia atrás cuando sus dedos comenzaron a vagar por mi espalda, masajeando la zona y besando cada tanto mi mejilla y cabello.

-¿Mejor?- Susurró cerca de mi oreja.

-Mjm.- Emití con los ojos cerrados.- Va a ser alta como tú.

-De eso no hay duda.- Murmuró con la voz teñido de burla.

-¿Me estás diciendo pequeña?- Pregunté simulando estar ofendida.

-Jamás me atrevería, mi hermosa y amada esposa.- Su masaje había calmado un poco el dolor y a su vez había logrado adormecerme.- Descansa Beth, estás agotada.

-Estoy bien.- Murmuré.- Necesito organizar la ropa.

-Yo me encargo de eso, lo sabes. Tú solo debes descansar.- Besó mi frente cuando acomodó mi cuerpo en la cama.

Quedé profundamente dormida en instantes y poco después sentí a Malek acostarse a mi lado y colocar su mano sobre mi vientre. No tuve constancia de nada más pero sabía que él debía haber acariciado mi vientre y hablado con Thabita, era algo que hacía siempre y en esa ocasión no podía haber sido una excepción.

-¡Mami! ¡Mami!- Gritó la voz de una niña a mis espaldas.

Me giré para ver quién hablaba y sobre todo, a quién llamaba. Mi sorpresa fue grande cuando una niña se abrazó a mis piernas y me miraba con una hermosa sonrisa y brillantes ojos azules.

-Mami, atrápame.- Dijo la niña y salió corriendo.

Por inercia fui detrás de la pequeña pero al ser una niña era fácil para ella esconderse. Recorrí cada rincón que mi cuerpo me permitió pero no la encontré.

-¡Mami!- Su melodiosa y chillona voz se escuchó nuevamente a mis espaldas.- Atrápame.

Un malestar casi imperceptible comenzó a bordear mi cuerpo pero al estar en un sueño lo atribuí a ello. Sin embargo, ella seguía sonriendo y saltando mi entras cantaba atrápame mami, atrápame.

-Mami, mami, atrápame.- Volvió a decir una última vez.

La situación se hizo clara cuando el dolor se intensificó y sentí mis piernas empapadas de algún líquido extraño. Abrí los ojos con exageración y comencé mover el cuerpo de Malek mientras intentaba mantener control de mis emociones.

-Malek...- Llamé.- Malek despierta.

-¿Mm?- Emitió sin siquiera despertar.

-Fuente, rompí fuente.- Le informé.

-¿Mm?- Preguntó aún dormido.

-La bebé, Malek.- Al hacer mención de la bebé rápidamente se abrió los ojos y se incorporó.

-¿Qué hago? ¿Qué tomo Elizabeth?- Él comenzaba a entrar en desesperación y eso no me ayudaba en lo absoluto.

-La mochila, tómala.- Le indiqué.

-Bien, vámonos Beth.- Me ayudó a levantarme y cargó mi cuerpo en sus brazos para ir más rápido.

-Me duele.- Murmuré. Tenía tanta calor y dolor que no podía concentrarme en lo que sucedía a nuestro alrededor.

Retorno Medieval© EE #2 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora