47. Nueva era

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Negro, todo se tornó negro y así fue hasta que desperté en una oscura habitación de paredes que creía que eran verdes, casi no se podía ver en la oscuridad. Cuando mis ojos se acostumbraron pude ver a una silueta apoyada en el marco de la puerta.

-Parece que ya te has despertado-su voz era grave, no la había oído antes-Se alegrarán de saber que sigues con vida-se giró para irse.

-¡Espérate un segundo!-le grité, me levanté bruscamente de la cama-No te vas a largar sin decirme que cojones hago aquí, sin decirme quien coño eres tu, y por que mierda estoy aquí-su expresión nunca cambió, seguía siendo seria e inexpresiva.

-¿Por qué debería decírtelo?-se acercó peligrosamente a mi.

-Porque tengo mis derechos, porque me tienes secuestrada en un cuarto oscuro en contra de mi voluntad, me has quitado mi varita y porque me sale a mi de la concha. ¿Necesitas más razones o sigo con mi repertorio?-su comisura derecha se levantó, su media sonrisilla era un tanto extraña y bacilona. 

-Escucha bien lo que te voy a decir, porque solo te lo voy a decir una vez y por que lo vas a necesitar cuando venga alguien mucho menos majo que yo y más feo-rodé los ojos, otro narcisista-Habla solo cuando te pregunten, escucha y no reproches, haz lo que se te dice y podrás vivir-Este tío de que coño iba ¿pensaba enserio que iba a hacer lo que me pedía sin luchar por irme de este cuchitril?

Permanecí seria y callada, si este tipo iba a ser el más amable más me valía que no me lo cambiaran en lo que tardaba en salir de aquí, mi magia era débil y por como se veía el exterior de la ventana, la casa estaba cubierta y hechizada.

-¿Ves, si haces lo que se te pide no se te hará daño?-empezó a andar hacia la puerta.

-¿Acaso tu sabes quien soy yo? Si quisiera ya te habría matado-me acerqué más a él.

-Estoy al tanto de tus múltiples habilidades y ...-me miró de arriba a abajo como si buscara la palabra concreta para definirme- ...encantos pero sin tu varita y después de haberte desmayado tu magia no será muy poderosa.

Le arrinconé en la pared con mis poderes a unos centímetros del suelo.

-Pues parece que no tanto-le sonreí de manera divertida, estaba claro que solo era un peón, si le hacía algo tendría que lidiar con todos los demás trebejos. Él tenía razón estaba débil y mis poderes podrían fallar de un momento a otro.

-Y parecías una mosquita muerta cuando dormías, supongo que tienes valor, para eso te querrán entonces-decía con la voz entrecortada.

-¿Quienes?-su semblante serio y frío empezaba a intimidarme sobre todo porque no se había quejado todavía de mi agarre.

-Lo descubrirás en menos de 5 minutos si no me sueltas, bonita- su mirada era oscura ¿Qué escondes chico misterioso?

-Aprecio el alago, pero aquí mando yo, estas en desventaja por si no te das cuenta-me arrimé a la pared. De cerca podía verle mejor tenía el pelo casi por no decir negro, unos ojos verdes profundos y era alto me atrevería a decir que casi como los gemelos.

-¿Disfrutas las vistas?-arqueé una ceja y solté una risa sarcástica.

-¿Donde coño estamos? ¡Dímelo!-me acerqué lo más amenazante que pude a él.

Su sonrisa maquiavélica me dio repelús- Te pones muy mona cuando te enfadas pero de mi boca no va a salir nada, bonita.

Pasos se aproximaban era el momento de escapar además a mis poderes no les quedaban mucho tiempo de validez, debería reservarlos para lo que se pudiera aproximar. Me escondí detrás de la puerta esperando a que la persona la abriera y poder escapar sin ser vista. Como pensaba la persona que se acercaba abrió suavemente la puerta.

-¿Donde están esos mocosos?-me tenían que estar jodiendo.

-Hola Lucius-le saludó el joven que me había estado vigilando.

Cerré la puerta golpeando fuertemente a Lucius, este dejó caer su varita y aproveché para quitársela.

-¡Desmaius!

-Y parecía tonta la mosquita muerta-el chico reía como podía. Solté su agarre y cayó al suelo de rodillas.

-Siento hacerte esto, me has caído bien. ¡Colloshoo!-los pies del joven chico fueron pegados al suelo-Por si acaso quieres llamar para que te socorran-apunté a las paredes-¡Silencius!

El chico me miró con una divertida expresión-Mi varita está en el bolsillo derecho del pantalón-si creía que iba a acercarme a el pensaba mal.

-¡Accio varita!-una varita madera negra con runas talladas-No creas que soy estúpida-le sonreí y salí corriendo por el pasillo.

No sabía a donde ir, iba a donde iba habían pasillos y habitaciones, era muy difícil saber cual podía ser el pasillo indicado o si ya había pasado por ahí. Los cuadros eran espeluznantes, parecía que te seguían con la mirada. Recorrí todos los pasillos que pude ver o reconocer, ninguno me llevaba a ningún lado. Empezaba a darme por vencida después de más de 5 minutos corriendo sin dar con una salida. 

Un reflejo blanco llamó mi atención, y agarrarme a la posibilidad de que fuera la salida me dio las fuerzas para salir corriendo hacia allí, el reflejo avanzaba rápidamente por el pasillo. Por fin las escaleras principales descendían hasta la entrada. La emoción de salir por fin de aquí y volver a ver a mi familia y amigos me empujo a correr hasta ella.

-Un poco lenta ¿no crees?-me giré para ver como el joven al que había dejado pegado al suelo sonreía mientras los demás mortífagos le acompañaban en el principio de la escalera en el primer piso-Vuelve aquí con nosotros Alba-no sonaba como una orden.

Sin siquiera intentar contestarle corrí lo que faltaba hasta el pomo de la puerta, cerrado-Alohomora-el frío aire me golpeo pero seguí corriendo con los mortífagos siguiéndome.

Solo podía defenderme con la varita, estaba débil debía guardar fuerzas para luchar contra Voldemort. Empezaba a estar rodeada, mis piernas empezaban a fallar y cada vez aparecían más mortífagos. Quedé totalmente rodeada por ellos.

-Hagamos las cosas por las buenas Alba, suficientes personas han muerto ya ¿no crees?-su sonrisa retorcida y morbosa me erizó la piel.

-Solo ha de morir una persona más-empezó a dar vueltas a mi alrededor, marcando mis límites.

-Tu compañero-abrí los ojos-El que te acompañaba ese día.

-¡No!-las lágrimas comenzaban a amontonarse en mis ojos-¡¿Qué le habéis hecho, mamones?!

-Solo haz lo que te pedimos, él volverá pronto y si no te ve irá a por los demás, ya sabes que a quienes capturamos no suelen salir-volvió al límite del circulo y me miraba fijamente con su expresión seria y calculadora.

Quise usar lo poco que quedaba de mis poderes pero estos comenzaron a fallar. Debía resistir lo que necesitara para poder estar totalmente bien y proteger a los míos.

-Valiente hijos de puta que sois todos-comencé a marchar por donde había venido.

Esta era la única forma de salvarme a mi, a mi familia, a mis amigos y al mundo mágico.



Elegida para salvar  ~  Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora