Cuando me vieron entrar pude notar como su expresión se relajaba, no podía luchar y me superaban en número. El joven me quitó la varita y comenzó a andar conmigo.
-¿No he dejado claro que me iba a quedar? ¿Por qué me la quitas?
-Es un privilegio que ahora no posees.
-Pues que divertido, ¿con que voy a torturaros ahora?-noté por el rabillo del ojo como sonreía levemente.
-Te dije que si hacías lo que se te mandaba no te pasaría nada.
-¿Qué vas a hacer? ¿Castigarme? ¿Mandarme un crucio?
-Yo no, por si no te has dado cuenta, soy yo quien lleva el mando cuando el jefe no está, además no me gusta mancharme de sangre las manos.
-Que gracioso eres ¿Y quién eres exactamente tú? Aparte de ser el más joven aquí con diferencia después de mi-le sonreí sarcástica.
-No te es relevante-se apoyó en el marco negro de la puerta-Este será tu cuarto. No salgas de aquí hasta que te vengan a buscar para ver al señor tenebroso-comenzaba a marcharse.
-El señor caca dura-oí como reía, después de todo no sería el típico amargado y chiflado.
No era la misma habitación, tenía más protección y había una cama de matrimonio forrada de sábanas negras. En cuanto entré la puerta se cerró herméticamente dejándome atrapada dentro por lo menos había una bandeja con comida, no tenía tan mala pinta.
15 de Septiembre
Pasaron días hasta que alguien se digno a venir y comprobar si estaba viva, vinieron a recogerme, no lo había visto antes.
Caminaba delante de mi con paso acelerado, cuando llegamos a una sala de puertas exuberantes.
-Espera aquí hasta que se te abra la puerta-entró sin más dejándome con 2 personas vigilándome, una a cada lado de la puerta. El recibidor era grande y un tanto oscuro, no tenía muchos muebles pero los que tenía eran de madera negra y extremadamente elegantes. Unos minutos después de que el hombre me dejase se abrieron las dos puertas a la vez, dejando ver una mesa alargada de unos 5 metros llena de personas.
-Alba, bienvenida siéntete como en casa-con un gesto me indicó que podía avanzar. Observaba a los invitados estaban: Narcissa, el joven misterioso, Severus, Lucius... Dejé mi mirada más tiempo puesta de lo normal en Lucius con su moretón con una sonrisa torcida y seguí andando hasta Voldemort.
-Ya me tienes aquí ¿Qué es lo que quieres exactamente?
-Vas directa y al grano, me caes bien jovencita-miró al chico misterioso-Y a él también.
-¿Me alegro? No has contestado a mi pregunta Voldemort-un grito ahogado sonó por toda la sala.
-Aquí no me llaman así, ya te iras acostumbrando.
-¿Se supone que porque no te llamen así no puedo llamarte por tu nombre?-era un hombre de poca paciencia y mi insolencia empezaba a colmarla- Esta bien Voldy- sonreí sarcásticamente.
-Severus y Draco ya me informaron que llamabas a las personas por apodos o por nombres poco...Convencionales-fruncí el ceño.
-¿Draco?
-Si, que pena que muriera cuando evacuaron a los nuestros-se suponía que estaba muerto y que yo no lo sabía, así que actué lo mejor que pude.
-¿Muerto?-miré a los Malfoy y a Severus-¿Cómo que muerto?
-Alba se que os habíais vuelto muy unidos estos meses...
-Será mejor que dejes de hablar Severus-me sorprendió la frialdad con la que lo dije y al parecer al resto también-Hace todo este tiempo que está muerto ¿y nadie dijo nada? Sus amigos, sus compañeros, que mierda ¡Su familia! Su puta familia no sabía que había muerto.
Miré lo peor que pude a Narcissa y Lucius, para después mirar a Voldemort.
-Una gran pérdida querida, creo que deberías saber otra cosa-le miré fijamente-Tus amigos fueron masacrados cuando te capturamos a ti-miré al chico misterioso que solo me miraba inexpresivo. No podía ser posible-Solo quedaron Harry Potter y sus amigos pelirrojos mal heridos, no podrán sobrevivir-notaba como su tono era de alegría oculta.
Permanecí callada, aun que quisiera ninguna palabra podría salir de mi garganta. Cedric, Remus, Tonks, Hermione... todos se habían ido, me habían arrebatado todo y yo seguía aquí. Era una maldición, mis padres, mi familia, mis amigos, mi novio. Miré mi anillo de compromiso, aun le sentía conmigo, sus cálidos abrazos, sus besos, sus caricias, su sonrisa, ya no estaba, no volvería a sentir todo eso, ni siquiera pude despedirme lo último que le dije fue que se marchara que enseguida volvería por el. Y no lo cumplí, lo he perdido para siempre. Mi familia, quienes me habían criado, mis amigos también se habían muerto.
La reunión había terminado, se me fue el tiempo y yo seguí inmóvil en mi asiento con la mirada perdida en mis pensamientos.
-¿Alba?-una mano se posó en mi hombro, me giré bruscamente quitando su mano de mi hombro.
-Eres un mentiroso y un jodido embustero. ¡Un puto cabrón de mierda! Eso es lo que eres.
-Enfádate si quieres, ya no se puede hacer nada, puedes ponerles una velita si te hace ilusión pero no van a volver-ni siquiera noté como me levantaba repentinamente pegándole un bofetón. Cómo si no le hubiera dolido volvió la cara para mirarme-Vuelve a pegarme y me dará igual mancharme las manos lanzándote un crucio o el primer hechizo que se me pase por la mente.
-Adelante, no será ni un cuarto de lo que siento ahora-nos quedamos los dos callados. Me fui a la que sería mi nueva cárcel.
Simplemente lo había perdido todo, no había podido salvarlos, no había intentado nada para que volvieran a estar conmigo. Ya no tenía nada por lo que seguir luchando, nada por lo que seguir adelante, habían muerto por mi. No podía hacerle lo mismo a los supervivientes del ataque y a mis amigos, debía permanecer fuerte y ayudarles hasta saber que ya no correrían peligro por mi culpa.
La solución más fácil hubiera sido suicidarme o simplemente desaparecer, lo pensé en todo el tiempo que estuve sola lo pensé más de lo que debería pero ¿desde cuando yo hago lo que es más fácil? ¿desde cuando me rendía tan rápido? Pero simplemente no tenía fuerzas para aguantar todo ese dolor acumulado durante tanto tiempo.
Quería disculparme, disculparme con todos a los que había podido hacer daño directa o indirectamente, muchas personas habían sufrido por mis decisiones o acciones, escribí más de tres cartas para desahogarme de todo y sacarlo fuera pensando que así me sentiría menos horrible, en vano.
Quise llorar, gritar, romper y tirar todo lo que había a mi paso pero no podía mi cuerpo estaba inmóvil sentado en la cama mirando a la inexpresiva y haciendo nada mientras mi cabeza iba a toda velocidad pensando en todo el daño que le he hecho a las personas que tenía cerca.
Holaa a todxs, este cap ya lo había subido pero lo vuelvo a actualizar para darle el reconocimiento a esta chica tan maja, amable y maravillosa que me ha hecho la nueva portada de Elegida para salvar.
Muchas gracias
![](https://img.wattpad.com/cover/246464016-288-k167467.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Elegida para salvar ~ Cedric Diggory
FanfictionLa hija de Sirius Black, llega desde Beauxbaton para estudiar en Hogwarts su 5º año y encontrar las respuestas para las preguntas que lleva haciéndose desde que tiene conciencia. Allí encontrará nuevas amistades y más que amistades. Descubrirá secre...