Elegida para salvar ~ Cedric Diggory

3. Invitación

—A ver... ¿Por dónde empiezo? La chica en cuestión, digamos que viene de una familia muy influyente tanto en Inglaterra como en Francia. Al enterarse que yo era una Black hija de traidores a la sangre, no tardó en hacerme la vida imposible. Nunca llegue a hacer nada que requiriese un confrontamiento directo hasta esa vez.

—No tenías por que haberlo hecho— dijo de repente Severus, le mire confusa y un poco irritada por su respuesta.

—Si se meten con mi familia, se meten conmigo, y creo que Lyss aprendió eso por las malas— dije riendo por lo bajo.

—Siento decir esto, pero Alba hizo bien al darle su merecido a la chica esa— respondió Molly, la cara de estupefacción de todos fue retroalimentación para mi orgullo.

—Gracias Molly, alguien que lo entiende por fin—dije mirando a Remus.

—Yo solo me preocupo por tu bien Alba— rodé los ojos con una sonrisa y alzando una ceja. 

Minutos después apareció Kreacher para indicarnos que la cena estaba lista.

·

—Creo que ya es tarde deberíais iros a dormir, mañana iremos al callejón Diagon para comprar todo lo necesario para vuestro año escolar— dijo Arthur levantándose a la par que Molly. Me despedí todos pero cuando subía por las escaleras Fred y George me pararon.

—Oye Alba— empezó Fred.

—Íbamos a hacer una pijamada todos ¿Te apuntas?— terminó George.

—Claro ¿en que habitación es?— respondí alegre, había hecho amigos.

—En la habitación de las chicas— respondió George.

—No tardes— dijo Fred guiñándome un ojo, subiendo escaleras arriba seguido de George.

Me cambié de ropa, me lavé los dientes y subí a la habitación de las chicas.

—Alba, llegas justo a tiempo, íbamos a jugar al ajedrez de Ron— dijo Ginny entre aburrida y sarcástica.

—Tengo una idea mejor— todos me prestaban atención— las españolas son muy divertidas y tiene juegos un tanto raros pero entretenidos entre ellos esta: la botella, atrevimiento o verdad...

—Nos explicas de que va— preguntó Hermione.

—Claro, mirad, la botella trata de colocar a todos los participantes en un circulo con una botella en medio y girarla, a quienes toque tienen que besarse y el de atrevimiento o verdad son desafíos o preguntas sobre tu vida privada. ¿Quieren jugar a alguno?

—A la botella si.

—A la botella no.

Había 2 bandos los que si que querían: Fred, Ginny y Harry, y los que no querían: Hermione, George y Ron.

—Okay pues juguemos pues a atrevimiento o verdad— dije para no meterme en la discusión—¿Quién quiere empezar? ¿Nadie? Bueno pues empiezo yo.

—Alba ¿atrevimiento o verdad?— me preguntó Ron.

—Verdad.

—Una pregunta súper importante ¿si pudieses ir a una casa de Hogwarts cual sería?

—En realidad no tengo una preferida, me daría igual ir a Slytherin, Gryffindor, Ravenclaw o Hufflepuff. Bien, Hermione ¿atrevimiento o verdad?

—Em...Atrevimiento— dijo no muy segura.

—Ve y pregúntale a Lupin que es un nargle— le retó Harry. Hermione puso mala cara pero aceptó.

Nos tiramos jugando así hasta las tres de la mañana. Al día siguiente fuimos a buscar las cosas que necesitábamos para Hogwarts, por un momento me perdí y choque contra alguien.

—A ver si miramos por don...— se quedó callado al verme.

—Perdón no miraba por donde iba— le sonreí avergonzada, el me devolvió la sonrisa. Levante mi mano derecha como saludo— Soy Alba.

—Yo soy...— no le dio tiempo a  terminar de presentarse cuando Hermione y Ginny llegaron.

—Aquí estas estábamos preocupados por ti— dijo Ginny.

—Perdón me quedé mirando el escaparte de una tienda y cuando me quise dar cuenta no estabais— me giré para despedirme del chico, pero ya se había ido.

—Venga vámonos, que nos deben de estar esperando en el caldero chorreante— terminó Hermione.

Horas después de haber comprado todo, llegamos a casa exhaustos. A la hora de cenar, el señor Weasley nos propuso a Harry, Hermione y a mi ir con él y sus hijos al mundial de Quidditch, al cual me dieron permiso con la condición de que Fred no se me acercara mucho.

—¿Y por qué, si puedo preguntar?— preguntó indignado Fred.

—Te lo voy a explicar— hizo una breve pausa— Fred creo que te pareces a mi, y sé como soy. Por lo tanto te quiero a 2 metros de mi hija en toda ocasión— los 2 de repente se giraron hacia mi.

—A mi no me miréis, no voy a meterme en esto— dije comiendo un poco más del helado que Molly había preparado. Mi padre miró a Remus.

—Es tu hija Canuto, va a hacer lo que quiera cuando quiera y como quiera— yo me limité a sonreír por nuestro gran parecido.

—Todos a dormir que mañana hay que despertarse muy temprano para ir al mundial.