Elegida para salvar ~ Cedric Diggory

7. Lechuceria

Me levante de mi cama a las siete menos cuarto. Salía de mi sala común hacia la lechuceria, pero no sabía el camino, ¿no había nadie despierto? Me decante por ir al comedor, en el cual habían pocas personas entre ellas, Cedric, me acerqué a él.

—Que madrugador señor Diggory— dije sentándome a su lado.

—Y por lo que parece usted también señorita Black— respondió sonriente— ¿Y eso?— miró mi carta.

—Iba a enviarla, pero no sabía donde estaba la lechuceria— le conté posando la carta en la mesa.

—Desayunamos y te llevo, venga— agarré una tostada y zumo de calabaza.

Después de desayunar antes de ir a nuestro destino Cedric me hizo un corto recorrido por Hogwarts.

—Te espero aquí, sube y manda la carta, tiene que haber un encargado por si necesitas ayuda—asentí y subí. Cuando ya estaba arriba me choque contra otra persona, ¿Por qué coño siempre me pasa esto a mi? Cuando chocamos se le cayeron las cartas que llevaba.

—¡Por los calzones de Merlín! Perdón, iba distraída y no te he visto— le dije apenada recogiendo sus cartas.

—No pasa nada...Tu eres la chica nueva de 5º ¿verdad?— le miré, pero no me dio tiempo para responderle cuando siguió hablando— Se rumorea que eres la elegida. Soy Oliver Wood, capitán de Quidditch de Gryffindor.

—Soy Alba Black, antigua capitana del equipo de Beauxbaton, Ravenclaw— dije señalando mi corbata.

—Entonces deberías apuntarte al equipo de Ravenclaw, harían mal si no te eligiesen contando con tu experiencia. Si me disculpas he de irme a entregar todas estas cartas.

—Adiós Wood— busqué mi lechuza y justo cuando le iba a dar la carta, sentí una mano en el hombro, me giré rápidamente.

—¿Qué quieres exactamente?

—Ten cuidado con como me hablas Black—alcé una ceja.

—Has sido tu el que ha venido a verme— se quedó callado— ¿Vas a hablar o puedo seguir haciendo mis cosas?

—Perdón— me quedé de piedra, me acababa de pedir perdón o había sido mi imaginación.

—¿Qué?— dije atónita.

—No voy a repetirlo— me había pedido perdón ¿Qué torposoplos? Según lo que me había contado Harry, Malfoy era implacable, un monstruo sin sentimientos.

—¿Era solo eso? Porque tengo que terminar unas cosas y Cedric me...— hablando del rey de Roma, acababa de llegar— Estaba esperando abajo.

—Como tardabas decidí subir por si necesitabas ayuda— respondió Cedric, rascándose la nuca.

—Ya terminaba, si me disculpas Malfoy he de terminar mis tareas— cuando me aleje, oí una cosa que no me gustó.

—Diggory ten cuidado, ya hay más de uno que la quiere para él— susurró Malfoy, aun así le oí y me giré de inmediato.

—Yo no soy un objeto que se pueda querer u obtener, vete corriendo la voz Malfoy—el sonrió juguetón.

—La has educado bien Diggory— me aproximé peligrosamente quedando a unos centímetros de su cara.

—Repítelo si tienes huevos Malfoy— me separé lentamente. Cedric reía por lo bajo. Malfoy solo me miraba— Eso pensaba, parece que papi no te ha enseñado a como tratar a las mujeres, más te vale aprender por tu cuenta, porque si me toca hacerlo a mi más vale que te despidas de tus genitales. Los tiraré al lago negro, para cuando te levantes y mires por la ventana te acuerdes de este día y de como hablaste a tus mayores— finalmente me fui finalmente a donde estaba mi lechuza, oyendo como Malfoy, corría escaleras abajo.

Al llegar al comedor, todo el mundo nos miraba, miré a Cedric el cual tampoco entendía nada. De repente empezaron a aplaudir ¿Qué nos habíamos perdido? Incluso algunos profesores entre ellos McGonagall me miraron con orgullo y una sonrisa que intentaban ocultar. Avanzamos por el comedor en la atenta mirada de todos, nos sentamos con Prince y Evan en la mesa de Gryffindor.

—¿Alguien me explica que ha pasado?— les pregunté.

—Todo el mundo ha oído como has tratado a Malfoy antes— respondió Prince, riendo orgulloso de su nueva amiga, mientras se servía otra tostada en el plato.

—¡¿Qué?!— grité.

—¿No lo sabías?— me miró Evan.

—Que voy a saber ¿hay altavoces en la lechuceria?— les mire a los tres.

—Si, pero se supone que no deberían estar conectados ¿Había alguien más contigo arriba?

— Si, Wood— Prince y Evan se miraron burlonamente para mirarme a mi—¿A que viene la sonrisa de mierda esa?— dije alzando una deja y apoyándome en mis puños.

—Después de Cedric es uno de los chicos más solicitados— comenzó Evan.

—Y además no le cae muy bien Malfoy— concluyó Prince. Busqué con la mirada a Oliver y cuando lo divisé me levante, pero Cedric me agarró de la mano y me sentó de nuevo.

—No voy a hacerle nada, solo voy a preguntarle— soltó mi mano lentamente, intentando descifrar si decía la verdad. Cuando me soltó me levante dignamente y me dirigí a Wood.

—¿Podemos hablar?— le pregunté tranquilamente, sus amigos me miraban como si fuese una tarta— Cerrad la boca, que ya se os esta cayendo la baba— dije con una sonrisa sin mirarles directamente.

—Claro vamos— noté la mirada de Cedric a lo que yo le guiñé un ojo— ¿Qué pasa?

—¿Fuiste tu quien encendió los altavoces de la lechuceria?— alcé una ceja.

—Yo...Em...Si, fui yo— abrí la boca pero no me dejo continuar— Vi a Malfoy cuando entregaba las cartas, y pues... Sabía que no iba a hacer nada bueno así que encendí los altavoces.

—Ahora entiendo por que eres un Gryffindor— reí.

—Oye pero lo que dijo Malfoy era verdad— le miré enfadada— No la parte de como tratar a las mujeres sino la de que hay más de uno pillado por ti— le miré confundida— Date la vuelta discretamente y mira a tu alrededor— la verdad si que había chicos que nos miraban, pero es mi segundo día, no podían pillarse tan rápido ¿no?

Cuando volví con los chicos Cedric me entregó el horario.

—Black vayámonos a Encantamientos, que sino llegaremos tarde a la clase de Flitwick.

—Adiós chicos nos vemos luego— me despedí de Evan y Cedric y me fui con Layla.