Elegida para salvar ~ Cedric Diggory

24. Segunda prueba

Las semanas pasaban y ya quedaba poco para la segunda prueba y Cedric no había podido descifrar como abrir el huevo.

-¿Qué has probado para abrirlo?-le pregunté atándome el pelo en una coleta alta.

-He probado de todo y no a funcionado nada, ya no se que hacer.-me quedé pensando en distintos métodos y pruebas que se pudiesen realizar en Hogwarts. De repente una idea paso por mi cabeza.

-Mi querido novio prefecto, nos vemos esta tarde a las 5 en los baños de prefectos y trae el huevo-le besé cortamente y me fui sin decirle nada.

Después de mi entrenamiento salí corriendo ¿sabéis lo que es subir 5 pisos escaleras arriba corriendo? ¿No? Es cansado, demasiado se podría decir. Cuando llegué el ya estaba allí esperándome jugando con el huevo apoyado con su normal gracia en la pared, cuando me vio una sonrisa burlona apareció en su cara.

-Llegar pronto no es tu fuerte-rió contagiándome su risa.

-No, y llegar 15 minutos antes es el tuyo-le repuse, el tenía razón y yo también.

Me abrió la puerta dejando ver una gran sala de baño con todo lo necesario, como en un spa solo que esta bañera era « LA» bañera. Detrás de esta había una gran vidriera de colores que para mi sorpresa se movía.

-Esto es lo que nos perdemos los simples mortales-dije acercándome aun más para divisar cuan profunda era, depende de donde mirases la profundidad era distinta, una idea malévola pasó como una estrella fugaz por mi mente.

-¿Para que querías que trajera el huevo?-me preguntó jugando con el huevo, pasándolo de una mano a la otra.

-Creo que se como abrirlo, pero hay que meternos dentro- empecé desatándome la corbata dejándola en el suelo, quitándome los zapatos y calcetines. El por el contrario no se movía-¿Te vas a quedar mirándome? Venga quítate la ropa-el obedeció riéndose. Los dos quedamos en ropa interior.

-¿Contenta?-me dio un repaso con la mirada.

-Mucho-dije con una sonrisa burlona-Pásame el huevo-le ordené. Cuando me lo pasó no pude resistirme a hacer mi malévola idea y le tiraré al agua pero hubo un pequeñísimo daño colateral, me arrastró con él.

-Se supone que tenías que caerte solo tu-el rió, le salpique con el agua a modo de venganza, ahí comenzó nuestra guerra del agua.

Me abrazó por la espalda impidiendo que le pudiese seguir lanzando agua y me sumergió con él. Al salir se empezó a reír ya que tenía toda la cabeza llena de espuma, me quite la espuma y la sostuve en mis mano unos segundos y con una sonrisa perversa me acerqué a el.

-No, no por favor-dijo riendo e intentando huir, pero para su desgracia no lo suficientemente rápido. Me abalancé sobre el restregándole la espuma por la cara.

-Oh que bonito muñeco de nieve-dije mirándolo inocentemente. Corrió como pudo en el agua, bastante torpemente y me besó dejando parte de su espuma en mi cara-Ese es mi novio-dije volviendo a besarle, nos pasamos besándonos más tiempo del que nos gustaría admitir, pero era como la droga, demasiado adictivo.

-Tenemos-le besé-que-volví a besarle-probar-le di un corto beso-mi teoría-le besé por última vez y me acerqué para recoger el huevo.

-¿Y ahora?

-Nos sumergiremos y abriremos el huevo en el agua. A la de 3. Uno

-Dos.

-Tres-los 2 nos sumergimos en el agua y abrí el huevo, mi idea funcionaba, del huevo salía una extraña canción: