Elegida para salvar ~ Cedric Diggory

49. Avada kedavra

20 de Octubre

Pasaron días en los que notaba como me espiaban desde la puerta, pero nadie se digno a entrar.

-Eres muy fácil de leer ¿sabes?-dirigí mi mirada al chico misterioso que estaba frente a mi, no podía hablar ni siquiera pude sostener su mirada durante más de unos segundos- Soy Tom, Tom Riddle.

-Lárgate de aquí, no estoy de humor Tom...-entonces recordé la investigación con Albus y Slughcy-¡¿Eres su hijo?!

-Has tardado más de lo que esperaba, para ser tan inteligente eres muy cortita para otras cosas.

-Lárgate ya, no te quiero aquí-notaba su presencia en mi mente, él me miraba con una sonrisa torcida.

-Te preguntas como puedo entrar tan fácil en tu cabeza sabiendo que ni el propio Dumbledore pudo en su momento-intentaba ocultar su expresión de sorpresa y confusión.

-Sal de mi cabeza, maldito imbécil.

-¿Sabes por qué es tan fácil?

-¿Por qué tu padre es Voldemort y te ha enseñado la misma legeremancia que usa con Harry?

-Porque eres débil y fácil de manipular-fruncí el ceño-Mira como te has puesto solo porque se han muerto unas cuantas personas ¿sabes cuantas morirán cuando nos enfrentemos a tu primito?-me levanté y quedé a unos centímetros de el.

-Ninguna si yo puedo evitarlo.

-Y usualmente tu tienes un papel fundamental en esas muertes.

-¡Sal de mi puta cabeza, Riddle!-posó su varita en mi cara y comenzó a acariciarme con ella, le miré mal y el levantó las manos en rendición. 

-Piensa en lo que te he dicho-empezó a dar vueltas al rededor mía-Eres una débil, una enclenque, una perfecta victima vulnerable que a la mínima ataca como si la estuvieran matando. Eres débil porque tienes mucho que perder, cuando tienes tanto poder como tú no deberías tener nada que perder.

-¿Cómo tú? ¿Cómo tu padre? Tienes razón yo tengo cosas que perder y personas por las que vale volver a casa, ¿tú que tienes? Nada, no tienes nada, no tienes ni una pizca de amor o de algo que valga la pena dentro de ti-todo lo que había reprimido se liberó con esas frases. Pude ver como Tom pasó de ser alguien inofensivo y pacífico a ser el monstruo que me acorraló contra la pared agarrándome del cuello.

-¿Eso crees, bonita? Ya no tienes nada, dentro de poco solo te quedaremos nosotros y te convertirás en la peor bruja tenebrosa que el mundo mágico haya visto y todas esas personas que tanto defiendes ahora, tu misma te encargaras de reducirles a polvo y tendrás sed de más victimas, querrás volver a cometer ese crimen por la gran sensación, el subidón de adrenalina y para ver como te ruegan-con esas palabras algo se rompió en mi interior, ese pequeño hilo que separaba la cordura de la locura.

Me faltaba aire, su agarre era fuerte y su mano se aferraban a mi garganta como clavos ardiendo.

-Yo no seré la futura bruja tenebrosa ni la futura señora Riddle.

-¿Quién entra ahora a la mente de otros?

-Antes de la mentira, leer a tu papi fue sencillo igual que a ti ¿enserio tienes tanta obsesión conmigo?-soltó su agarre y comenzó a alejarse-Sientes pavor de lo que pueda descubrir dentro de las cabezas de todos enclenques ¿no? Así es como me has llamado antes ¿verdad? Siente miedo, porque la antigua Alba a muerto y no volverá-él solo me miraba serio mientras recorría el espacio que había entre nosotros hasta quedar a unos centímetros de mi cara.