Hermoso niñero

Capitulo 3

Esa noche Emilio terminaba de arropar a Feliciana porque ya era hora de que durmiera, besó su frente y le sonrió.

-Descansa hija- le dijo-. Te amo.
-Y yo a ti papi. Sueñas bonito.
-Yo siempre sueño bonito porque tú estás en mis sueños.

Feliciana cerró sus ojos y Emilio apagó la luz para después salir del cuarto. Bajó a la sala para recoger algunas cosas, en ese momento se escuchaba la puerta principal abrirse y en el rostro de Emilio se reflejaba enojo ya que era Seidy quien acababa de llegar.

-Bonitas horas de llegar- dijo Emilio serio.
-Hola mi amor- dijo Seidy acercándose y dándole un beso-. Perdón pero tuve mucho trabajo.
-Que raro que todos los días tengas mucho trabajo.
-Pero ya estoy aquí. ¿Y Feliciana?
-Y muy apenas te acuerdas de ella, ya está dormida porque estaba muy cansada.
-Pues ya que está dormida podemos aprovechar para tener un momento a solas.

Seidy comenzó a besar a Emilio queriendo llegar más allá, el rizado odiaba cuando la chica hacía eso así que se alejó de ella.

-¿Qué pasa amor?- preguntó Seidy sin entender lo que sucedía.
-Necesito hablar contigo- dijo Emilio sin expresión alguna-. Estoy en riesgo de perder mi trabajo.
-¿Por qué?
-Tú bien sabes por qué. Desde que entraste a trabajar yo soy quien pasa más tiempo con Feliciana, tengo que salirme temprano de mi trabajo para ir por ella y debido a ello corro riesgo de perder el empleo. No digo que no ame pasar tiempo con ella pero tengo que encontrar una solución pronto.
-Te entiendo amor, pero yo tengo que trabajar todo el día y por ello no puedo cuidar a nuestra hija.
-Lo dices como si ella no te importara.

El enojo en la pareja comenzaba a hacerse presente, era notable que se enojaran ya que una estaba obsesionada al amor y el otro no la amara. Las peleas en una pareja que no se ama siempre iban a ser frecuentes.

-¿Cómo dices eso?- preguntó Seidy enojada-. Claro que me importa Feliciana.
-Pues no se nota- dijo Emilio enojado-. Nunca estás para escuchar cómo le fue en la escuela, para ayudarla en sus tareas y muy apenas la llegas a ver pero casi a la hora de dormir. Yo he pasado más tiempo con ella desde que nació.

Emilio cerró los ojos un momento para tranquilizarse, una vez que dijo lo que tenía que decir había tomado la decisión a lo que había pensado esa mañana.

-Escucha, ya lo decidí y voy a contratar a alguien que cuide de Feliciana todas las horas que ya esté trabajando- dijo Emilio.
-¿Acaso estás loco?- dijo Seidy aun más enojada-. ¿Cómo vas a contratar a alguien que no conocemos y puede hacerle algo a nuestra hija?
-De eso me voy a encargar yo- dijo Emilio-. No quiero arruinar el sueño de mi hija porque yo solo quiero verla feliz.

Emilio subió a su cuarto por una almohada y una cobija ya que esa noche dormiría en la sala, no quería seguir discutiendo sobre el mismo tema con Seidy.