Hermoso niñero

Capitulo 46

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Seidy estaba feliz por escuchar la respuesta de Emilio, pero su sonrisa se borró cuando vio a Joaquín bajando las escaleras.

-¿Qué hace este tipo en mi casa?- preguntó.
-Te recuerdo que esta casa es mía desde que me fui de la de mis padres- dijo Emilio-. Y Joaquín vive aquí con nosotros porque es mi pareja pero pronto será mi esposo.

La sangre de Seidy comenzó a hervir al escuchar eso, pero su enojo creció más al ver la pancita de Joaquín. Quizo irse contra él pero Emilio la detuvo y Feliciana abrazó al castaño en modo de protección.

-Feliciana, alejate de ese fenómeno- dijo Seidy enojada.
-¡No voy a permitir que hables así de Joaquín!- gritó Emilio enojado.
-¿No te das cuenta Emilio? Él te está haciendo creer que se van a casar para que te olvides de mí y no volvamos a estar juntos. Pero piensalo, seguramente ese bebé ni es tuyo.
-¡Ya basta! Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión. Joaquín y yo nos vamos a casar y vamos a tener una bebé.
-Bueno, ya que harás tu vida con alguien más lo mejor será que Feliciana se venga a vivir conmigo. Vámonos Feliciana, ve por tus cosas.
-¡No mamá!- dijo Feliciana enojada.

Los tres mayores miraron sorprendidos a la menor ante su grito, Seidy reía nerviosa.

-Vamos hija, tu papá formará una familia con alguien más y si tú te vienes a vivir conmigo vamos a recuperar el tiempo que no pude pasar contigo- dijo Seidy.
-Te recuerdo que tú renunciaste a ella el día del juicio- dijo Emilio serio.
-Por favor hija, necesitas crecer junto a una mamá.
-¡Yo no te necesito!.

Feliciana abrazó a Emilio y a Joaquín, los miró con una sonrisa.

-En todo este tiempo me dí cuenta que no necesito de una mamá cuando tengo a dos papás- dijo Feliciana-. Mi papá Joaquín me ama más de lo que tú pudiste haber hecho y junto a mi papá Emi ya soy muy feliz.
-Pero Feli...
-Ya escuchaste a mi hija- dijo Joaquín-. Lo mejor será que te vayas.
-Emi...
-Vete y no vuelvas a aparecer por acá.

Seidy salió hecha una furia. Emilio cargó a Feliciana y abrazó a Joaquín, unas sonrisas de tranquilidad aparecieron en sus rostros.

-Estamos muy orgullosos de ti, Feliciana- dijo Joaquín.
-Si princesa- dijo Emilio-. Ustedes tres son mi única familia.