Capitulo 26

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Emilio fue a abrazar a su hermano y amigos quienes también se sentían felices, en especial Joaquín. Juan y Niurka se acercaron a él junto con Seidy, Emilio se puso nuevamente serio.

-Hijo, piensa muy bien si realmente te quieres divorciar de Seidy- dijo Niurka-. Mi nieta se sentirá triste sin su mamá.
-No mamá, nada hará que cambie de opinión- dijo Emilio con completa seguridad-. Además a Seidy nunca le importó Feliciana.
-Pues estás en lo correcto, Emilio- dijo Seidy-. Feliciana nunca me importó y ahora que ya no viva conmigo podré ser libre de hacer lo que quiera porque ella era lo que me impedía.

Seidy se fue de aquel lugar, Emilio y Joaquín la miraban con odio por imaginar la clase de madre que le había tocado a Feliciana.

-Ay hijo, tal vez con Seidy no te funcionaron bien las cosas- dijo Juan-. Pero no te preocupes, buscaré a alguien para que sea tu nueva pareja y sea una excelente mamá para mi nieta.
-No papá, aquí quien toma las decisiones soy yo y yo decidiré quién será mi pareja- dijo Emilio-. Ahora si me disculpas me tengo que ir a casa con mi niña.

Más tarde...

Emilio y Feliciana habían llegado a casa acompañados de Joaquín. Al entrar Emilio se agachó para darle un abrazo a su hija y le regaló una sonrisa.

-Mi niña, tal vez las cosas van a cambiar ahora que tu mamá ya no va a vivir con nosotros- dijo Emilio-. Pero voy a seguir demostrándote que soy el mejor papá del mundo.
-Siempre me lo haz demostrado- dijo Feliciana sonriendo-. Con solo tenerte a ti voy a seguir siendo feliz.

Padre e hija se unieron en un abrazo, era una imagen tierna ante los ojos de Joaquín y se sentía feliz porque nadie pudo lograr separarlos. Feliciana abrió sus ojos en medio del abrazo y miró a Joaquín.

-Joaquín, ¿seguirás viniendo a casa para cuidarme?- preguntó con ternura.
-Claro que si Feliciana- dijo Joaquín agachándose y sonriendole a la niña-. Por nada en el mundo dejaré de ser tu niñero.

Feliciana se fue feliz a su cuarto dejando a Joaquín y a Emilio solos. Había un gran silencio entre ellos, no sabían qué decirse.

-Joaquín, si quieres...

Emilio no pudo terminar de hablar porque sus labios fueron sellados por los labios de Joaquín. Se habían dado otro beso. A Emilio lo tomó por sorpresa pero correspondió al beso, sus labios se movían al compás y estaba lleno de amor.

Hermoso niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora