Capitulo 39

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Emilio subió y encontró a Joaquín aun dormido, se sentó a su lado y comenzó a acariciar su cabello. Al sentir las caricias Joaquín comenzó a despertar y sonrió al ver a su novio.

-Hola- lo saludó con una voz casi audible.
-Mi bonito, ¿cómo te sientes?- preguntó Emilio-. Feliciana me dijo que te sentías mal.
-Si, pero ya estoy un poco...

Joaquín no pudo terminar de hablar porque salió corriendo al baño y volvió a vomitar, Emilio llegó detrás de él para auxiliarlo.

-Tranquilo amor, ya pasó- dijo Emilio acariciando su espalda y pasándole un trozo de papel para que se limpiara la boca-. ¿Ya estás mejor?
-Si amor, ya me siento bien- dijo Joaquín-. Solo quiero volver a acostarme.

Joaquín se lavó la boca y con ayuda de Emilio regresó al cuarto para volver a acostarse. Cuando Joaquín ya estaba acostado Emilio lo volvió a cobijar y besó su frente.

-No te vayas Emi, quedate aquí conmigo y abrazame- dijo Joaquín formando un puchero.
-Siempre me voy a quedar contigo.

Emilio se acostó a un lado de Joaquín y lo envolvió en sus brazos mientras dejaba pequeños besos sobre su cabeza, eso relajaba al menor.

-Mi amor, no me gusta verte así- dijo Emilio mirándolo-. ¿Seguro que te sientes bien? Sino para ir al doctor.
-No te preocupes amor, ya estoy mejor- dijo Joaquín sonriendo-. Pero si me vuelvo a sentir mal te prometo que voy al doctor.
-Si bonito, porque la verdad no quiero que te pase nada. Me muero si te pasa algo.

Se dieron un beso esquimal y se quedaron en total silencio pero disfrutando su compañía mientras estaban abrazados, Emilio tenía miedo de que algo malo le pasara a su novio pero confiaba en que todo saldría bien.

Duraron minutos abrazados hasta que Feliciana subió y sonrió al ver a sus papás, pero recordó a lo que subió.

-Papá Emi, ya llegó la comida pero solo falta pagarla- avisó Feliciana.
-Ya voy hija- dijo Emilio y tomó su cartera para sacar el dinero.
-¿Qué pediste de comer?- preguntó Joaquín.
-Comida china, papá Joa.
-Amor, ¿me puedes servir un poco de todos los guisados y le pones mostaza encima?
-¿Mostaza?
-Si amor, así se me antojó.
-Está bien, ahorita te lo subo.

Al salir del cuarto Emilio y Feliciana se miraron extraños por el antojo de Joaquín, no quisieron hacer preguntas pero al final le cumplirían ese antojo.

Hermoso niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora