Capitulo 5

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Emilio terminaba de acomodar sus cosas para el trabajo, Feliciana se bañaba para irse a la escuela y Seidy como siempre ya no estaba en casa.

Emilio subió por última vez a su cuarto por unas cosas y al pasar por el cuarto de su hija la vio terminando de arreglarse.

-¿Te falta mucho, princesa?- preguntó Emilio.
-No papi, solo me falta ponerme los zapatos y peinarme- contestó Feliciana.
-Cuando termines bajas porque quiero hablar contigo y quiero presentarte a una persona.

Feliciana asintió y Emilio volvió a bajar. En cuanto bajó el último escalón escuchó el timbre de la casa y rápidamente fue a abrir.

-Buenos días, diga...

El saludo se cortó ya que Emilio quedó sorprendido al ver a la persona que había llegado. Era un chico aproximadamente de su edad, cabello castaño, ojos oscuros y lo que comenzó a enamorarlo desde ese momento fue una hermosa sonrisa.

-¿Hola?- dijo la voz de aquel chico.
-Perdón, hola- dijo Emilio regresando a la realidad-. ¿Te puedo ayudar en algo?
-Si, vine para lo del puesto de niñero. Soy Joaquín.
-Mucho gusto Joaquín, soy Emilio.

Ambos estrecharon sus manos, Emilio en ese momento comenzó a sentir un cosquilleo en el estómago ya que las manos de Joaquín eran suaves y eso le provocaba muchas emociones. Emilio invitó a Joaquín a pasar y le ofreció asiento mientras le llevaba un café. Joaquín se sentía emocionado, sonrió al ver en un mueble una fotografía en la que Emilio cargaba a Feliciana cuando era bebé, a simple vista se notaba el amor de padre e hija.

-Aquí está tu café, Joaquín- dijo Emilio regresando de la cocina.
-Gracias Emilio- agradeció Joaquín.
-Mientras mi niña baja platicame un poco sobre ti.
-Pues no es mucho lo que tendría que contarte- comenzó a decir Joaquín-. Por el momento vivo solo en un pequeño departamento y los domingos me voy a ver a mi familia.
-Eso es lo importante Joaquín, no dejar de ver a la familia. Y ya que entramos en el tema de la familia te voy a explicar lo que harás en este tiempo que estés al cuidado de mi hija.

Emilio enumeraba cada cosa respecto al cuidado de Feliciana, desde la hora en que tenía que levantarse hasta la hora en que tenía que hacer sus tareas. Joaquín en un dos por tres se aprendió esos horarios y con ello se dio cuenta de que Emilio a pesar de ser muy joven era un excelente padre que cuidaba y amaba mucho a su hija.

-¿Alguna duda?- preguntó Emilio.
-Todo quedó claro, Emilio- dijo Joaquín-. Feliciana estará en buenas manos.

Emilio veía en Joaquín a una persona de mucha confianza y además de eso lo veía como un chico maravilloso por quien pronto descubriría un gran sentimiento.

Hermoso niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora