Capitulo 8

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Joaquín ya se encontraba afuera de la escuela esperando a Feliciana, había llegado a la hora que Emilio le había indicado. Todos los niños comenzaban a salir de la escuela, Joaquín buscaba con la mirada a Feliciana y al verla le hizo una seña para indicarle dónde estaba.

-Hola Joaquín- lo saludó.
-Hola Feliciana- devolvió el saludo y tomó su mochila para ayudarle a cargarla-. ¿Qué tal tu día?
-Todo bien, solo que tengo tarea de geografía y es una de las materias que se me complica un poco.
-No te preocupes Feliciana, yo te voy a ayudar en esa materia para que seas una de las mejores en la clase.
-¡Gracias Joaquín!

Fue grande la emoción de Feliciana que no dudó en darle un abrazo a Joaquín. El castaño ante ese abrazo sintió algo en su corazón, aun no sabía qué era pero con el tiempo lo descubriría. Se regalaron una sonrisa y se fueron a casa, pero alguien a lo lejos miraba mal a Feliciana.

Más tarde después de comer Joaquín y Feliciana se encontraban en la pequeña mesa de la sala haciendo la tarea de geografía, poco a poco la niña entendía más el tema.

-Entonces, ¿a qué estado pasa un hielo si lo coloco en un sartén caliente?- preguntó Joaquín.
-Pasa a líquido, pero si lo dejo más rato pasa a convertirse en vapor- contestó Feliciana con mucha seguridad.
-¡Muy bien Feliciana! Contestaste correctamente la pregunta y te haz ganado una estrellita.

De su mochila Joaquín sacó un paquetito de estrellas de colores y tomó una de color rosa para pegarla en su frente , Feliciana se sentía feliz.

-Gracias Joaquín, ahora no se me dificultará la materia gracias a tu ayuda- dijo Feliciana y su sonrisa se borró por un momento-. Mi papá también me da algún premio cuando hago algo bien y quisiera que mi mamá también lo hiciera.

Joaquín aun no sabía nada sobre Seidy pero después le preguntaría a Emilio sobre ella. Para levantarle el ánimo a la niña le entregó el paquetito de estrellas.

-Cuando era pequeño y estaba triste mi mamá siempre me pegaba una estrellita porque decía que eran mágicas.
-¿Por qué?
-Porque ayudan a aliviar la tristeza, cuando la tienes en tu frente ese sentimiento desaparece y vuelves a sonreír. Es por ello que te las voy a regalar.
-¿De verdad?
-Si, así cuando veas a alguien triste ya sabes qué hacer.

Feliciana volvió a sonreír y le dio un abrazo a Joaquín, desde ese momento comenzaría a sentir un gran cariño hacia él. Después de terminar la tarea Joaquín preparó palomitas para los dos y se sentaron a ver una película para disfrutar lo que restaba de esa tarde.

Hermoso niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora