El parecido de tus ojos. - Yoonmin

15 - Colapso.

YoonGi despertó por los rayos del sol que empezaban a colarse por su ventana, con lentitud fue abriendo sus ojos y con lo primero que se topó fue a JiMin durmiendo a un lado de él, sus ojos estaban cerrados de una manera suave y sus cabellos castaños cubrían levemente su delicado pero demacrado rostro, quitándole el hecho de que se veía enfermo él parecía un ángel cuando dormía. Su respiración era tranquila, dándole a entender a YoonGi que se sentía en buenas manos. YoonGi acarició los cabellos de JiMin sin quitarle la mirada de encima. Quería sacar todo pensamiento negativo de su cabeza, no quería pensar que JiMin era el verdadero padre de Yeonjun. Tenía miedo, porque sabía que reaccionaría de la peor forma posible y no habría forma de controlarse.
  
Una parte suya quería comprender las razones de JiMin porque Namjoon tenía razón, sí de verdad JiMin era el padre de Yeonjun pudieron haber muchos factores que provocaron que decidiera abandonarlo, sin embargo, el hecho de recordar cuánto sufrió su bebé le rompía el corazón y lo llenaba de rabia.

—YoonGi...—Murmuró JiMin con voz somnolienta, removiéndose incómodo en la cama. Al abrir sus ojos se encontró con la mirada grisácea del mayor mirándolo con ternura, JiMin sonrió sin despegar sus labios.

—¿Qué te pasa, bebé?

—Prométeme que siempre estarás conmigo.—Murmuró mirandolo a los ojos.—Que nunca vas a dejarme.

—Pequeño...

—Solo quiero que te quedes.—Se pegó más a él y lo abrazó hundiendo su rostro en su pecho, aspirando su aroma, perdiéndose en el mismo. YoonGi olía tan bien, le gustaba tanto su esencia y definitivamente quería sentir ese aroma por el resto de su vida.

—No te dejaré, me quedaré contigo JiMin.

—Prométemelo.—YoonGi sintió como la parte de arriba del pijama empezaba a sentirse húmedo, y entendió de inmediato que se trataban de las propias lágrimas del castaño.—Prométeme qu-que estarás siempre aquí conmigo.

—Te lo prometo, te lo juro JiMinnie.—Besó su cabeza y le dio suaves caricias a su cabellera castaña.—No pienses esas cosas ¿Sí? No tengo razones para dejarte.

JiMin mordió sus labios y apretó sus ojos dejando salir más lágrimas, YoonGi no entendía porqué reaccionaba así.

—¡Papi!—La tierna voz de Yeonjun los hizo separarse de golpe, JiMin le sonrió al menor secando lo más rápido posible sus lágrimas aparentando que estaba bien, no quería que Yeonjun se diera cuenta de lo mal que se sentía.

—¡Pero mira nada más quién está aquí! ¿Cómo amaneció el niño más precioso de este mundo?—YoonGi habló antes de que JiMin pudiera decir algo, así que se quedó en silencio.

—¡Muy bien, papi!—Respondió corriendo hacia YoonGi para poder tirarse sobre él llenando de besos su rostro, JiMin sonrió y estiró su brazo para darle caricias al cabello de Yeonjun esto le provocó un ronroneo inevitable al menor.—¡JiMinnie hyung, sí te quedaste a dormir!

—Sí, era muy tarde y tus abuelos no querían que me fuera.—Respondió sin poder apartar la mirada de su rostro, es que él era tan precioso, una mirada inocente, pura, sin ningún tipo de maldad. ¿En verdad ese niño tan lindo era su hijo? ¿Esa dulzura había nacido de él?

¿De verdad era hijo de TaeHyung? ¿Cómo alguien tan puro e inocente puede ser parte de ese hombre? Se preguntaba JiMin sin dejar de sonreirle al más pequeño de la habitación.

—Papi, tengo hambre.—Informó Yeonjun con un puchero en sus labios y frotando su barriga.

—¿Qué les parece sí los invito a desayunar afuera?—Propuso YoonGi acariciando los cabellos del menor.