03 - La falta de un omega.

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YoonGi no podía dejar de pensar en su alumno y en lo que había visto en los baños hace un par de horas atrás. Dentro de él había nacido la necesidad de ayudarlo pero no supo porqué su cuerpo no reaccionó en el momento en el que JiMin salió corriendo de los baños, se odiaba por no haber ido detrás de él. Estacionó su auto frente a la escuela de Yeonjun y lo apagó para poder salir a buscar a su hijo. Cuando llegó al patio principal donde los niños esperaban a sus padres, vio a un montón de cachorros jugando entre sí, riéndose y hablando entre ellos, sin embargo, cuando divisó a Yeonjun sentado solo en un columpio sintió una punzada en su pecho, caminó hacia él con preocupación y se paró frente a él porque se dio cuenta que Yeonjun miraba con desánimo a los demás pequeños. 

—¡Papi!—Chilló Yeonjun al percibir el aroma de su papá y se abalanzó a él, YoonGi pudo sostenerlo así que lo cargó entre sus brazos, el menor enredó sus pequeños brazos alrededor del cuello del pelinegro y apoyó su cabeza en el hombro derecho de Min.—Te extrañé mucho, gatito.

—¿Qué tienes cachorrito?—Preguntó YoonGi apretando con delicadeza las gorditas mejillas del pequeño omega, éste lloriqueó y se aferró más a su progenitor.—¿Cómo te fue hoy, eh?

—Gatito, quiero irme a casita.—Murmuró.—Con mis abuelitos y mis otros amiguitos.

—Yeonnie, ya hablamos de eso incluso antes de venir aquí. No podemos regresarnos porque tengo trabajo, pero visitaremos a tus abuelos en las vacaciones.—Intentaba consolar al pequeño, pero éste negó con su cabeza, dejando salir más lágrimas..—Vámonos a casa para que te duermas un ratito ¿Sí? Debes de estar cansado mi amor.

—Sí, papi.—Asintió en voz baja, cerrando por un momento sus ojitos, dejándose llevar por el aroma de su papá. YoonGi lo dejaba salir cuando su cachorro se sentía mal y eso lo ayudaba a tranquilizarse y recuperar el ánimo.

Tal y como hacía desde que lo encontró abandonado frente a su apartamento.

Llegaron a la casa veinte minutos después, YoonGi calentó el almuerzo en la estufa y le dio de comer a Yeonjun, al parecer no le había ido muy bien en su primer día pero YoonGi tenía esperanza de que eso cambiara poco a poco. Después de comer, ayudó a Yeonjun a cambiarse el uniforme y luego lo llevó a su cama para que pudiera dormir una hora de siesta, para después merendar y hacer tarea.

Mientras Yeonjun dormía YoonGi se sentó en el comedor a planificar las clases del resto de la semana mientras tomaba refresco, inevitablemente, aquel dulce omega de encantadores ojos avellanas inundó sus pensamientos. A pesar de tener hermosos ojos, su mirada era triste, decaída y se notaba que había mucho sufrimiento dentro de la misma. YoonGi no podía borrar de su mente la imagen de JiMin vomitando todos los dulces que se comió.

YoonGi quería ayudarlo, y lo iba a conseguir.

~*~

JiMin se encontraba sentado solo en el comedor de su casa mientras jugaba con las verduras al vapor que había ordenado que le prepararan como almuerzo. Estaba con los ánimos por el subsuelo, por instinto llevó una de sus manos a su cuello donde se suponía que debía estar su marca, el lazo que alguna vez lo unió a un alfa. Mordió sus labios tratando de no llorar por recordarlo, y es que era inevitable para él no hacerlo; mucho menos desde que su nuevo profesor de álgebra lo haya visto provocarse el vómito, esperaba que no dijera nada. Aunque ¿Por qué debería preocuparse? Sus padres nunca estaban en casa así que no les preocuparía el que los llamaran de la universidad, lo mismo sucedió hace cinco años.

No se dieron cuenta que estaba en una relación tóxica con un alfa mucho mayor que él.

—¿Mis padres vendrán a comer?—Aunque JiMin supiese la respuesta, su corazón le pedía que hiciera una última pregunta. Tenía esperanzas de que las cosas cambiaran algún día.

El parecido de tus ojos. - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora