—Profesor, Yeonjun se quedó dormido así que llamaré a mi chófer para que venga por mí.—Informó JiMin en voz baja saliendo con cuidado de la habitación del cachorro, cerrando la puerta tras sí.
—Puedo llevarte sí así lo prefieres.—Se ofreció YoonGi mientras le daba un sorbo a su vaso de agua, lo dejó en el mesón y miró a JiMin.—Es algo tarde y tú chófer debe de estar dormido.
—Sí... Dentro de poco serán las once de la noche.—Suspiró rendido.—Puedo pedir un taxi, no quiero que Yeonjun se quede solo, cualquier cosa puede suceder en el trayecto de llevarme para mi casa.—Habló rápido, en realidad le daba vergüenza estar a solas con YoonGi.—No es necesario, además mañana hay clases temprano y seguramente tiene un montón de cosas que hacer antes.—No tengo mucho qué hacer, un amigo vendrá a cuidar de Yeonjun mientras estoy trabajando. Puedo llevarte rápido y no habrá ningún problema JiMin.—El castaño suspiró y tomó su mochila para poder colgarla en su espalda.
—Está bien... Pero déjeme ir a darle un último beso a Yeonjun.—JiMin corrió hacia la habitación del rubio, no sabía porqué lo estaba haciendo y porqué su omega estaba actuando por voluntad propia. Desde que conoció a Yeonjun lo único que quería era darle muchos besos y abrazos. Se acercó a él y acomodó un mechón rubio que le cubría sus párpados, sonrió sin despegar sus labios y besó su frente, pasando su mano por sus sedosos cabellos dorados. La calidez era mucha y JiMin no entendía porqué se sentía así, asi que prefirió separarse del menor y suspirar en el marco de la puerta.—Buenas noches Yeonjun...—Abandonó la habitación y camino fuera de la casa donde YoonGi ya estaba esperándolo en el auto. JiMin se metió en el asiento del copiloto en silencio, tratando de controlar a su lobo porque estaba demasiado inquieto, quería correr hacia Yeonjun y darle más calor y afecto, aunque... también quería estar cerca de YoonGi.
Pero él no había estado con un alfa después de lo que sucedió con TaeHyung.
—¿Tu casa está muy lejos?
—Un poco, más o menos a media hora de aquí. Vivo en una residencia muy acomodada.—Movió sus dedos índices de ambas manos, dándole a entender a YoonGi que no estaba seguro de ello.—Casi llegando a Gangnam.
—Ya sé dónde es, tengo unos parientes que viven ahí.—Asintió encendiendo el auto para ponerlo en marcha, JiMin sacó su celular para disimular lo nervioso que se sentía aunque sus mejillas rojas lo delataban por completo, sin embargo, YoonGi no podía verlo porque estaba muy oscuro en el interior del cuarto. Esa noche en especial Seúl no estaba en mucho movimiento como de costumbre.—JiMin... ¿Tienes hermanos?
—No, soy hijo único. Ya sabe, mis papás no tienen tiempo para mí así que posiblemente no tengan tiempo para darme un hermano.—Rió.
—¿No has intentado hablar de eso con ellos?
—Han sido demasiadas veces que ni siquiera puedo contarlas.—Bloqueó su celular.—Ellos siempre dicen que todo lo que hacen es por mi bien, para tener lujos y lo mismo de siempre, esa cátedra que dan los padres que viven en su trabajo y vienen de visita a casa con sus hijos. Así que he preferido no decirles más nada y aislarme, no puedo hacer más nada que eso.—Las primeras lágrimas escaparon de sus ojos, YoonGi detuvo el auto lentamente para poder poner toda su atención en el castaño.—Es horrible darse cuenta que tienes muchas cosas pero a la vez no tienes nada. No tienes amor fraternal, no tienes amigos, todos te gritan en el colegio y... No tienes a alguien que pueda comprenderte en éstos momentos tan horribles.
YoonGi recordó de golpe todas esas noches en las que se encerraba en su habitación preguntándose cuándo la tristeza que sentía desaparecería. Recordó esa vez cuando tenía quince años, que no pudo seguir jugando en el equipo de baloncesto porque un ataque de pánico llegó a él cuando sintió las miradas de todos sobre él, sufriendo fobia social hasta un poco más de los dieciocho años.
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El parecido de tus ojos. - Yoonmin
FanfictionYoonGi es un Alfa con un lazo roto después de la muerte de su anterior Omega. Su corazón también está lastimado y los deseos de querer acabar con su dolor lo consumen por completo. Entonces, los llantos de un bebé fuera de su apartamento interrumpen...