YoonGi es un Alfa con un lazo roto después de la muerte de su anterior Omega. Su corazón también está lastimado y los deseos de querer acabar con su dolor lo consumen por completo. Entonces, los llantos de un bebé fuera de su apartamento interrumpen...
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Solo bastaron tres meses para que todo rastro de vitalidad desapareciera del cuerpo de JungKook. Tres meses para que sus energías y ganas de continuar desaparecieran, llevándose a Yugyeom con él. YoonGi no estaba enterado de todo esto, JungKook lo había evitado con todas sus fuerzas, no quería recibir su lástima ni que lo mirara con dolor y compasión, le mintió diciéndole que Yugyeom los había llevado de paseo a su pueblo natal y YoonGi creyó en su palabra. Agradecía a Yugyeom, él se había portado como un verdadero esposo ante sus ojos a pesar de que este último estuviera al tanto de sus sentimientos hacia él; admiración, respeto y cariño. Tenían hijo hermoso de siete meses, lleno de luz y vida, JungKook lamentaba no poder compartir más tiempo con él, porque ese era su problema: se estaba quedando sin fuerzas y tiempo.
Leucemia aguda, la leucemia se estaba llevando toda su vida de golpe.
—Déjalo así, Yugy.—Tranquilizó JungKook al ver el rostro lleno de pánico del mayor al haber pasado el cepillo de peinar sobre su cabello y que quedara una gran cantidad en el mismo.
—No, no puedo dejarlo así.
—¿Y el bebé?—Preguntó con voz suave quitando sin problema algunos de los mechones de cabello dentro del cepillo, había dejado de ser un problema para él la pérdida de cabello.—Quiero darle un beso.
—Dormido, ha estado muy llorón.
—No he podido cargarlo mucho, me duele todo el cuerpo.—Confesó, suspirando agotado. Yugyeom lo miró fijamente, notando el montón de moretones y pinchazos que tenía en sus brazos en consecuencia a su enfermedad y las agujas para suministrarle el tratamiento.
Tratamiento que no estaba sirviendo para nada.
—Deberías decírselo a JiMin y YoonGi.—Propuso el mayor, acariciando los brazos de JungKook.—YoonGi ha sido tu amigo desde hace varios años y JiMin desde que eran muy pequeños, merecen saber todo esto.
—No quiero su lástima ni tampoco la de JiMin, sé que solo me perdonaría al saber qué estoy enfermo.—Yugyeom asintió.—Yugy, solo te pido que cuides del pequeño Kookie, que nunca lo dejes solo.
—No hables así, tú vas a estar a su lado siempre. No hables como si te estuvieras despidiendo JungKook, vas a estar en todas sus etapas, lo sé.—Yugyeom quería llorar, había llorado tanto que sentía que en cualquier momento se quedaría sin lágrimas.
—Yugy, yo...—Articuló un poco nervioso.—Quiero ir a verlo.
—JungKookie...—Tomó sus manos y las besó, mirándolo a los ojos.—¿Por qué?
—Quiero hacerlo.—Las lágrimas salieron y mordió sus labios, impidiendo la salida de un sonoro sollozo.—Llévame a verlo, por favor, Yugy.
—Está bien, te lo prometo.—Aseguró besando una vez más sus pálidas y delgadas manos.—Prometo que te llevaré a verlo.
