PRÓLOGO

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¿Qué tan profundas pueden ser las heridas del pasado como para negarse a sentir en el presente y temer del futuro?

No lo sé, tal vez no he sufrido lo suficiente para responder aquella pregunta, pero ¿Cómo responderla cuando en realidad se desconoce el pasado?

Maia podría responderles esa pregunta, aunque sinceramente su historia solo será la llave para encontrar aquella puerta que revele todo un pasado lleno de verdad, mentiras, amargura, envidia, dolor, pero vamos...no todo puede ser malo. Para que Maia pueda responderles esas preguntas ella tendrá que conocer su verdadero origen, su verdadero pasado, su verdadera familia, su verdadera historia.

Una historia que le fue arrebatada, una historia que ha impedido que ella conozca su lugar en este mundo. Pero, me surge otra pegunta. ¿Todos sabemos cuál es nuestro lugar en este mundo? O mejor aún, ¿Todos conocemos nuestro pasado?

Maia no solo descubrirá su pasado, también tendrá que enfrentarlo, pero al mismo tiempo tendrá que hacerle frente a su presente y tratar de encaminar su futuro. Pero no se alarmen, no lo hará sola. El pasado de Maia es una historia que no solo le corresponde conocer y asumir a ella, lastimosamente su pasado alcanzara su presente.

Un presente que tiene como protagonista aquel sentimiento que puede ser un arma de doble filo, como puede hacernos feliz puede herirnos. Y si, hablo...del amor.

Un sentimiento que no solo surge entre un hombre una mujer, también entre unos padres y sus hijos, entre hermanos. Pero ¿Podremos utilizar el amor para descubrir el pasado, equilibrar el presente y encaminar el futuro sin perdernos en el proceso?

Quiero creer que ella encontrará el tiempo perfecto para conocer su pasado, armar su presente y luchar por su futuro para con ello construir una vida en la que el amor podrá ser el sentimiento que destruya todo intento por opacar su historia.

Maia descubrirá que la felicidad viene acompañada de momentos dolorosos, sacrificios, mentiras, engaños. Entenderá que la perfección no existe y menos cuando de amor se habla, comprenderá que para ser feliz necesita conocer, experimentar y permitirse sentir.

Porque el humano que se niegue a sentir está perdiendo tiempo, ya que de cuando hablamos de sentimientos no siempre podemos controlar que sentir o que no.

Y si, esta historia va dedicada a todas aquellas personas que como Maia sienten que no tienen un lugar en este mundo, que como ella se niegan a sentir porque creen que los hará débil y tranquilos, porque no son los únicos en sentirse así. Está bien no encontrar nuestro lugar en este mundo, lo que no está bien es rendirnos sin antes haberlo buscado. 

DEJAME DERRETIRTE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora