Prefiero una discusión cargada de sensatez,
Que una vida cargada de incertidumbre.
Zuly Villate.
AIDAN.
Con la boda de Emiliano y Gabriela estos días de milagro he podido dormir junto a Maia, los últimos dos días ha estado más distante que nunca y eso me tiene un poco nervioso.
Esta noche es la despedida de soltero de Emiliano y su boda será justamente mañana en año nuevo. Cuando llegué con el sastre no pensé encontrarme a Maia siendo abrazada por un sujeto que la miraba con... ¿deseo?
— ¡Aidan! —saludo Gabriela provocando que de inmediato Maia se separará de ese sujeto.
—También vinimos. —saludo Emiliano cortando la inevitable tensión que se había formado.
Maia evitaba mirarme lo que me confirmó que algo ocultaba, algo que ella sabía perfectamente que no me iba a agradar.
—Bueno los hombres síganme, ya tenemos listos los trajes. Así que se los podrán medir y así dejamos listos los últimos detalles. —indico un señor y nos hizo caminar por unos pasillos aledaños a la habitación donde estaban las chicas.
— ¿Quién era ese sujeto? — pregunté mirando a Emiliano quién con un gesto quiso restarle importancia.
—Hay Dios, deje un traje en la otra habitación. Las chicas querían verlo. —mencionó el señor y de inmediato me ofrecí a ir por él.
Cuando estaba por llegar a la habitación me detuve cuando escuché la conversación que tenían adentro.
— Así que tienes pareja. —era la voz del sujeto.
—Así es. —respondió Maia.
—Y supongo que es uno de los que entro, déjame adivinar...el que me miro queriéndome sacar la yugular. —señalo y la risa de Maia se escuchó. —Bueno pues el que llego primero a ti, fui yo así que dile que llevo la ventaja. —advirtió y empecé a sentir con fuerza las palpitaciones en mi cabeza.
—No exageres.
—Cariño, perdiste tu florecida conmigo...el primero fui yo...así que...
—Estábamos borrachos. —aclaro Maia, pero su risa decayó en el instante en el que entre a la habitación.
—Como haya sido...
—Vengo por un traje que...
—Claro. —hablo una mujer extendiendo el traje mientras mantenía su visión en la computadora.
Salí de la habitación encontrándome con Maia en el pasillo y aunque traté de evitarla me lo impidió tomándome del brazo.
—Aidan déjame...
—Ahora no Maia. —anote zafándome de su agarre.
Solicite ser el primero en medirse el vestido con la excusa de tener que ver a un nuevo cliente, la realidad solo quería salir de ahí.
Cuando llegue al apartamento, Guardián me recibió, pero de inmediato salió buscando a Maia, pero al no encontrarla regreso cabizbajo.
—Guardián. —le llame mientras me sentaba en el sillón, camino hasta dejar su cabeza en mi pierna y le acaricie
La cabeza se me convirtió en un constante torbellino de emociones, preguntas e imágenes que no me dejaban tranquilo.
Cuando llego la hora de ir a la despedida de soltero de Emiliano me cambie de camisa y pantalón. Ya en el bar no dejaba de ver a Maia en cada mujer y llegué a pensar que estaba volviéndome loco.
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DEJAME DERRETIRTE +18
RandomNo se puede amar de la noche a la mañana y no se puede odiar de la mañana a la noche. Amar y odiar. Dos palabras que están en lados opuestos cuando de sentimientos se habla, dos palabras que de acuerdo a nuestro estado de ánimo, situación o momento...